Santiago Leiva
Diario Co Latino
Apartado de las canchas por un problema de visión después de sufrir un accidente vehicular, sildenafil Mario Pablo Quintanilla es ahora un ex jugador profesional que, sovaldi sale aunque ya no se da el lujo de celebrar sus propios goles o asistencias, vive con pasión el deporte que le vio crecer y que le llevó a la esfera del fútbol de privilegio. El ex volante creativo inició su carrera como marciano, jugó para Municipal Limeño, FAS, Once Municipal, Nejapa y por su puesto para el Alianza, el equipo por el que hincha su familia y también él.
Curtido de jugar al fútbol es un ex jugador que no se muerde la lengua para juzgar lo que a su juicio se está haciendo mal. Tampoco para alabar las cosas buenas, tanto que considera que la selección de fútbol playa es una “bendición de Dios” que ha llegado justamente cuando nuestro fútbol atraviesa por horas bajas. Esto nos dijo en una entrevista con Diario Co Latino.
– Vi un comentario tuyo cuestionando la falta de liderazgo e identidad de los jugadores de Alianza ¿hace falta eso en el equipo blanco?
Realmente de eso es lo que carece, de jugadores que amen la institución, la camisa blanca. Que sientan el orgullo de llevar esa camiseta. (En el pasado) hubo líderes que se consagraron por eso, porque eran referente, emblemas y se les respetaba. Todo eso se ha perdido, se ha perdido la identidad.
– ¿Extraña Mario Pablo Quintanilla las canchas?
Sin duda, las extraño mucho. Fue una de las mejores épocas de mi vida, jugar al fútbol en primera división y en selecciones nacionales es uno de los regalos más hermosos que me regaló Dios.
– ¿Crees que tu retiro de las canchas fue prematuro?
Llegó porque así fue la voluntad de Dios, y la voluntad de Dios se respeta. Creo que mi retiro se dio porque mi vida llevaba otro rumbo y Dios quería que lo volteara a ver porque no lo hacía a pesar de todas las bendiciones que me daba. Recibía bendiciones a granel y yo no lo volteaba a ver. Tenía a Dios en mi boca, pero era del diente al labio. Creo que fue necesario que viviera tantas cosas como mi accidente. Yo creo que fue una bendición de Dios ese accidente.
– Recuerdo que sufriste un grave accidente de tránsito en 2008, pero que volviste nuevamente a la cancha ¿Qué pasó luego, qué motivó tu retiro?
Bueno, realmente ya no fui el mismo, yo tenía un problema de visión en mi ojo izquierdo y tenía que adaptarme a mi nueva vida, pero no lo pude hacer porque necesitaba que el técnico me diera esa confianza, y no la recibí hasta que llegó Gustavo De Simone, el si me dio la oportunidad de adaptarme nuevamente.
– ¿Pero te retiraste al poco tiempo, fue por lo mismo de la visión?
Sí, aparte que estaba cansado sicológicamente, mi mente ya no daba más, y no tenía la misma hambre de antes. Retirarme era lo mejor, porque el accidente sumado a tantas cosas que uno pasa como los atropellos de los directivos y la forma como tratan al futbolista salvadoreño, mentalmente ya no me sentía capaz de seguir jugando.
– ¿Qué ha sido de tu vida en estos últimos cinco años?
Ha sido una etapa donde espiritualmente ha sido la más bella, la mejor etapa de mi vida porque me he acercado a los pies de Cristo, y en lo profesional también me he preparado, ahora soy entrenador clase B, y estoy en eso porque es lo que me apasiona. Me gusta enseñar fútbol a las nuevas generaciones y ser profesional como técnico. Ahorita no estoy trabajando.
– La gente sigue cuestionando el nivel del fútbol salvadoreño ¿es tan malo este fútbol?
Yo pienso que sí, pero esto no es sorpresa. Pienso que el futbolista es el menos culpable. Uno tiene como ilusión llegar al fútbol, uno se presenta y de repente estás en un equipo de primera división o una selección nacional, pero no vas preparado, no tenés armas o fundamentos como para poder enfrentar a otros países que están más preparados en infraestructura, en el trato profesional hacia los jugadores de parte de los dirigentes.
– ¿Qué nos falta para estar a nivel de países como Costa Rica, Honduras o Panamá, recién la sub 20 fracasó y la sub 17 igual?
Falta cambiar la mentalidad o cambiar a todos los dirigentes. Se oye pesado, pero esta es la realidad de nuestro fútbol. Se debe cambiar a todo aquel que piensa o sigue pensando como hasta hoy lo hace. No queremos invertir en las fuerzas básicas, sino que estamos pensando que eso es un gasto. En otros países lo importante son los niños de esas canteras, de esas inferiores. Realmente ahí radica esa diferencia, todo el éxito que están teniendo y que nos están pasando encima. Antes por fútbol, por técnica no nos quedábamos, estábamos a la par de ellos, porque ellos estaban igual que nosotros que no trabajaban, pero hoy ha cambiado porque están trabajando y nos pasan encima, ya nos superaron. Hoy ya no basta con el indio cuscatleco, con ponerle (h…) ya no basta con eso. La diferencia la está haciendo el trabajo que está haciendo el vecino.
– ¿Qué tanto ha afectado a El Salvador el tema de los amaños?
Muchísimo, muchísimo, porque la afición ha dejado de creer y se ha resentido con el fútbol nacional, y los medios también han abonado para que veamos hacia otro lado. No estoy en contra que se observe o se admire (otro fútbol), pero que lo nuestro tampoco se haga a un lado por muy malo que sea… yo creo que hay cosas positivas en nuestro fútbol, ha habido cosas extraordinarias, a veces veo grandes jugadas o grandes goles y a mí me da tristeza que no se dice nada. Hay cosas muy buenas en nuestro fútbol y que sigue teniéndose la técnica, pero lamentablemente por lo que te he mencionado el fútbol está cayendo en lo más profundo, está tocando fondo porque no queremos trabajar en las inferiores, no somos clubes 100 por ciento de primera división, no lo somos es mentira. Ahora nos vienen personas de afuera y dicen tenemos que cambiar el césped de las canchas por esto, esto, y esto pero eso ya lo sabemos desde hace muchos años.
– ¿No te parece que la única que asume el compromiso de dar la cara por el país es la selección de playa?
Es una cuestión de apreciaciones. Que bueno (que esta selección) es que esté en el momento en que el fútbol salvadoreño está pasando por una crisis. Yo no le llamaría suerte al éxito que ha tenido la selección de playa sino una bendición de Dios porque vino justamente en el momento que está delicado el fútbol 11.
– La selección de playa te parece entonces una bendición
Claro que es una bendición. Ellos han puesto el nombre del país en un lugar muy alto con el hecho de llegar a campeonatos mundiales. Yo creo que esta selección llegó en el momento más justo cuando el fútbol 11 está pasando por esta crisis que te acabo de mencionar. Entonces, es algo que nos dio oxigeno como aficionados, como apasionados del fútbol.