Rebeca Henríquez
@RebeHenriquez
La brecha de desigualdad en el fútbol femenino y masculino aún es una problemática, que históricamente ha denigrado y sometido a las mujeres a condiciones precarias, violaciones a sus derechos y en algunos casos, comportamientos misóginos. En ese contexto y como parte del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, la Asociación Salvadoreña de Fútbol 7 y la Asociación de Mujeres Ixchel, alzaron la voz ante el gremio deportivo.
“Hoy rompemos el silencio manifestando nuestro repudio ante los hechos ocurridos en este torneo clausura 2023 de la Liga Femenina de Primera División, en el cual las jugadoras de Santa Tecla expusieron en un comunicado el incumplimiento del pago de su salario durante el torneo. Hasta la fecha el club no ha respondido ante las solicitudes expresadas por las jugadoras”, indicó la presidenta de la Asociación de Fútbol 7, Tatiana Aguilar.
En primera instancia, las asociaciones hicieron énfasis en el caso que viven las jugadoras de Santa Tecla, a quienes aún se desconoce si la junta directiva del club canceló o no los dos meses que adeuda con el equipo. Las atletas, en su momento, destacaron que el fútbol de la categoría está en “segundo plano” para los directivos y que por ello, no se da la importancia que merece.
Entre las carencias que padecen los equipos de la liga femenina están el impago salarial que el club tigrillo y el cuadro colinero denunciaron, las condiciones precarias como la falta de uniformes para disputar los diferentes partidos, pues reciben solo una indumentaria. Otros equipos no cuentan con una atención médica correcta y el “salario” en comparación con el de la liga masculina, es sumamente inferior.
Previo al inicio del Apertura, el presidente de la Primera División, Samuel Gálvez, dijo en conferencia de prensa que la liga femenina se encaminaba a la profesionalización, una apuesta contraproducente, porque debido a los incidentes que ocurrieron el pasado 20 de mayo en el estadio Cuscatlán, donde murieron nueve aficionados, y ante la cancelación de la Liga Mayor, el fútbol femenino también se vio afectado y se declaró desierto en las semifinales. En este contexto, jugadoras de diversos clubes solicitaron a la Federación Salvadoreña de Fútbol (FESFUT), en una reunión, la independencia de la relación que tiene los clubes de la liga femenina con la Liga Mayor, además de la profesionalización.
También, hay que recordar el caso que vivió Santa Tecla en el torneo anterior, en el cual el equipo masculino estuvo muy cerca del descenso, y con él se iría también el cuadro femenino, un equipo que, en aquel entonces, estaba en su mejor momento.
Respecto al “salario” que reciben las jugadoras, la presidenta de la Asociación Salvadoreña de Fútbol 7, Tatiana Aguilar, mencionó que históricamente la planta femenina han recibido viáticos que corresponde a la cantidad de $20, y se conoce que, no cuentan con un contrato profesional como suele ser en los equipos masculinos.
Un medio local reveló que el salario de un jugador de la Liga Mayor equivale a una planilla de un equipo de la Liga Femenina, que ronda entre los $3 mil a $4 mil. Los viáticos que reciben las jugadoras inician con un promedio de $20, según Águilar, hasta $150, de acuerdo a los datos.
En el cierre de la fase regular del Apertura, el encuentro entre Santa Tecla vs Platense femenino, en el Toledo Valle, solo se presentaron 11 jugadoras del plantel verde, pero no jugaron el partido como en protesta ante la deuda que ha mantenido la junta directiva del club.
La presidenta de la Asociación Salvadoreña de Fútbol 7 ejemplificó su caso de violencia psicóloga y amenazas que sufrió desde el inicio de su formación como entrenadora, por parte de Martín Alexander Segovia y Rigoberto Flores García, a quienes se les impuso medidas cautelares a fin de proteger y frenar hechos de violencia. Las organizaciones hicieron un llamado a las autoridades correspondientes a que apliquen la Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia para las Mujeres al gremio deportivo y reiteraron el apoyo a las futbolistas y entrenadoras para que rompan el silencio ante las múltiples violaciones a sus derechos en las canchas.