Elías M. Figueroa*
La fortaleza de un gobierno históricamente ha sido La fuerza de la organización popular colectiva, check vivimos en una sociedad que separa dos aspectos entre los que piensan y dirigen y entre los que hacen y ejecutan. La separación entre el trabajo intelectual y el trabajo manual, medical no debe ser una curricula que sigue devocionalmente repitiendo esa práctica en las organizaciones que buscamos la transformación de la sociedad.
La ruta, de transformación debe buscar cada vez más la superación de esa dicotomía, en donde las Organizaciones y Movimiento de los Trabajadores, siempre deben buscar articular las esferas. Por eso, es fundamental, la apropiación del conocimiento científico, de las experiencias históricas, de las estrategias de lucha, de la organización y también de la formación política, como condiciones esenciales para el avance de una organización de base en la cual sus miembros se transforman en sujetos políticos con capacidad de pensar, de elaborar, de hacer su desarrollo económico local, aplicando un método dinámico elaborado e implementado por las organizaciones y por sus militantes, para enfrentar y superar desafíos que surgen en la realidad; para superar las contradicciones inherentes a cualquier proceso de lucha, por lo que no debe existir un único método para siempre.
El método exige, iniciativa, creatividad, esfuerzo colectivo, osadía para crear algo nuevo en nuestras organizaciones con distintos niveles de actuación, de comprensión y de participación de sus integrantes. No obstante, la gran preocupación debe ser la de buscar y garantizar al máximo la participación de todos los involucrados en el proceso; como forma de constituirse, en los hechos, en sujetos políticos de la transformación.
Muchos políticos hablan de masas, de los trabajadores y trabajadoras que están siendo explotados, que se encuentran dispersos y sin organización que los vincule a una estrategia de superación de sus dificultades. a pesar de los procesos de reforma agraria que el país implementó, la derecha económica oligarca mantiene fuerza en el poder del capital, tierra y utiliza la mano de obra con salarios que no le permiten alcanzar la canasta básica y los trabajadores sin tierra continúan siendo parte de la masa de trabajadores que trabajan la tierra pero que no la poseen, ya que el fantasma normativo legal los obstaculiza para cumplirlo y el modelo productivo de invasión del gran rubro caña de azúcar con la monopolización del mercado, convierte a los productores de la materia prima en maquileros para la industria de proceso en manos de un solo capital y no de la estructura organizativa rural trabajadora ,siendo explotados en su proceso de trabajo.
El deterioro nacional a finales de los años 70s resultó de diversos factores que precipitaron la crisis económica, social y organizativa, por lo que la izquierda se organizó en un primer momento en la Dirección Revolucionaria, para luego organizar y constituir el FMLN , que recogió y condujo la lucha del pueblo salvadoreño que venía realizándose desde los años 30, contra el general Martínez, quien para desarticular la organización de lucha conformó una junta cívico militar, responsable de la proclamación de emergencia nacional que les permitiera efectuar cambios en la estructuras económicas, sociales y políticas, como un último esfuerzo a la crisis del capitalismo en el salvador a efecto de frenar el avance revolucionario, quienes ya tenían una estrategia para la toma del poder.
La fuerza de los procesos organizativos territoriales está en los principios éticos y morales revolucionarios, en la afectividad y solidaridad con otros sectores sociales, en la capacidad de construir alianzas con otras fuerzas en lucha desde una perspectiva de unidad, entre los que piensan y dirigen y entre los que hacen y ejecutan el trabajo intelectual orgánico buscando la transformación de la sociedad, buscando la relación entre la organización y las masas como una relación entre educadores y educados, para la conquista y transformación de los aparatos del Estado, que permita crear las condiciones de esa nueva hegemonía y la transformación de la sociedad civil”.
Nunca se trata de una mirada “desde afuera”, nunca las tareas de los intelectuales en la organización son tareas aparte de las tareas de su clase de origen.
Formar nuevos dirigentes y militantes, elevar el nivel de conocimiento y de conciencia de la base son condiciones esenciales para el enfrentamiento en la lucha, con capacidad de organización y con la vivencia de nuevos valores y comportamientos, con claridad en los rumbos a seguir y en el horizonte a construir, teniendo como perspectiva la transformación de la realidad y de las personas, que debe ser una de las apuestas.
Por último, el método tiene que ver con el camino de avance organizacional, tomando la decisión de salir de la condición en la que se está a través de las acciones colectivas, abriendo las veredas, los caminos que nos conducen a disponer de organizaciones de la vida civil que decidirán sobre los grandes cambios sociales, económicos, políticos y judiciales.
Si tenemos unidad en torno a los objetivos estratégicos y humildad para reconocer que la voluntad de la mayoría es quien decide, las discordancias siempre existirán; pero quedarán restringidas a cuestiones puntuales que el tiempo supera rápidamente.
Muchos exigen democracia hasta llegar a algún cargo dentro de alguna instancia (área, sector, etc.), a partir de ahí, jamás se preocupan por ella. Otros se satisfacen simplemente con la democracia dentro de las instancias; pues creen que si los dirigentes participan, las bases están representadas.
La organicidad es el elemento fundamental para que las bases puedan participar de dicha democracia, dando sus opiniones para que las instancias tengan más elementos para decidir cuestiones menores, y las bases puedan contribuir en la implementación de las decisiones encaminadas por las instancias..
No comprender el dinamismo del movimiento de masas es llevar a la organización al fracaso. Por lo tanto, es necesario saber cuándo se abren nuevas perspectivas de lucha y cómo está el espíritu de las masas, para no quedar aislados por su desánimo o su cansancio., por lo que es necesario saber elaborar tácticas y combinar las formas de lucha.
Toda dirección democrática debe funcionar de forma colectiva. Pero para ser colectiva, la dirección debe contar con conocimientos y nivel de conciencia política elevada. Donde sólo uno domina el conocimiento, concentrará también el poder en sus manos, porque “saber es poder”.
Visto de otra forma, la no disponibilidad de un sistema de retroalimentación de información y de un programa de preparación empresarial insitu para las organizaciones productivas y de trasformación; incrementa la descalificación de las organizaciones en el acceso a recursos y capacidad de creación y conducción de proyectos productivos que mejores las condiciones económicas, educativas, empleo, ingresos y políticas al interior de las organizaciones, por lo que sus trasformaciones y su competividad corren el riesgo de destrucción por el subjetivismo, el oportunismo o por la falta de creación de un método de trabajo que permita integrar los verdaderos líderes con los intelectuales orgánicos que faciliten la trasformación del tejido organizativo y desarrollo del país.
*Movimiento de Profesionales Agropecuarios del ALBA, “APROALBA”, adscritos a la Coordinadora Intergremial Rafael Aguiñada Carranza,”CIRAC”.