César Ramírez
@caralvasalvador
Desde mi punto de vista la primera reelección (i)legal en nuestra nación ocurrió en 1934 por la imposición del General Martínez que legalizó el Golpe de Estado el 2 de diciembre de 1931 y el 4 de febrero de 1932 la Asamblea Legislativa se pronunció por ese hecho a su favor, en ese caso su mandato terminaría en 1934; pero el astuto general durante el período 1932-1934 conspira para su reelección, su objetivo es un Segundo Mandato, para ello recurre al subterfugio de depositar su gobierno seis meses antes del término de su período, así el 28 de agosto de 1934 Martínez deposita el gobierno en Andrés Ignacio Menéndez hasta el 1 de marzo de 1935; “(i)legalmente” es reelecto cinco años más hasta 1935-1939.
Debemos hacer notar que el Golpe de Estado de 1931 es ilegal, aunque las discusiones de aquellos tiempos afirman lo contrario, el cuartelazo fue defendido por abogados “a sueldo” del oficialismo, otros extranjeros se pronuncian “oportunamente” sobre el caso, con conceptos de: “soberanía”, “constitución”, “inaplicables tratados internacionales” “antimperialismo” “injerencia extranjera” etc. al menos Estados Unidos se pronuncia contra el Golpe de Estado por los acuerdo internacionales firmados con anterioridad, en consecuencia todo acto generado a partir de una ilegalidad es ilegal, provocando una cascada de actos ilegítimos que se prolongarán 14 años.
En nuestra realidad en el año 2023 ocurre un evento al estilo de los viejos tiempos, todo el escenario ilegal se genera a partir del 1 de mayo de 2021 con la destitución de los magistrados de la Sala Constitucional y Fiscal General de la República, a partir de ese día la Constitución deja de ser garante de los derechos ciudadanos.
Desde esa fecha en adelante su interpretación constitucional es sospechosa, llegando al punto crispante del 3 de septiembre de 2021 donde la Sala Constitucional (impuesta) emite un fallo en el que habilita que el presidente de la actual administración pueda competir en la reelección.
El guion hacia el “Segundo Mandato” (i)legal continúa con el anuncio del día 29 de junio 2023 “Ulloa anuncia la fecha en que Bukele y él “abandonarán” sus cargos”. En este caso recordemos el Art. 156 Constitucional “Los cargos de Presidente y Vicepresidente de la República y los de Designados solamente son renunciables por causa grave debidamente comprobada, que calificará la Asamblea” … en este rubro conociendo la trayectoria de la Asamblea Legislativa de mayoría oficialista, el resultado es evidente, pero eso no cambia todos los artículos que impiden la reelección del presidente y vicepresidente.
¿Una causa comprobada? la probabilidad es amplia y de no ser “comprobada” nos acercamos a otro delito constitucional, además de los artículos ya mencionados con anterioridad que prohíben la reelección, pero reseñamos éste: Art. 75.- Pierden los derechos de ciudadano: No. 4 Los que suscriban actas, proclamas o adhesiones para promover o apoyar la reelección o la continuación del Presidente de la República o empleen medios directos encaminados a ese fin.
El panorama en éste último artículo constitucional es aplicable desde el 15 de septiembre de 2022 cuando el presidente Bukele anuncia su reelección.
En el pasado el General Martínez usó un método similar, pero no existían todas las limitaciones de la constitución actual, su reelección habría fracasado legalmente, pero sabemos cómo habría procedido para evadirlas.
Para nosotros el futuro de esa reelección en el siglo XXI, se inicia en el pasado, donde el Martinato se perpetuó por la represión contra todo opositor, un Estado Policial, no existieron derechos humanos, ni libertad de prensa, ni siquiera libertad cultural, el exilio fue norma en miles de salvadoreños para salvar su vida, tampoco ocultó su simpatía nazi, su autoritarismo se consagra después de 1932; un segundo período de la actual administración con la saga de tantas arbitrariedades desde 2019 no contribuirá en nada ni al desarrollo económico, ni los derechos humanos y menos a la democracia.
El futuro de la reelección es el mismo de todas las dictaduras latinoamericanas del siglo XX, y en el siglo XXI su destino no tendrá nada nuevo, ya sabemos cómo terminan los dictadores y nosotros “el pueblo” también. amazon.com/author/csarcaralv