Buenos Aires / AFP
Aurélia End
La décima cumbre del G20 se celebra este fin de semana en Argentina con un telón de fondo de tensiones comerciales y sobre el cambio climático, pero la atmósfera se enrareció aún más con la profundización del conflicto entre Rusia y Ucrania.
Los jefes de Estado y de gobierno de las 20 potencias del planeta, 19 países y la Unión Europea, que concentran 85% del Producto Interno Bruto (PIB) del mundo, se reunirán este viernes y sábado en Buenos Aires.
Más de 22.000 policías argentinos se desplegarán para dar seguridad a la cumbre, en un país afectado por una nueva crisis económica, y un año después de un G20 en Hamburgo marcado por la violencia.
Organizaciones sociales argentinas han convocado una serie de actividades, desde talleres y charlas en la plaza del Congreso hasta una manifestación que esperan «masiva y pacífica» para rechazar al G20 y las políticas económicas del presidente Mauricio Macri.
– Mar de Azov –
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, avivó la tensión el jueves al cancelar a último momento su encuentro con su par ruso Vladimir Putin, horas antes del comienzo oficial en Buenos Aires de la cumbre de líderes del G20.
«Basándome en el hecho de que los barcos y los marineros no han sido devueltos a Ucrania desde Rusia, he decidido que sería mejor para todas las partes involucradas cancelar mi reunión previamente programada en Argentina con el presidente Vladimir Putin», escribió Trump en Twitter, horas antes de su llegada a la capital argentina.
Sin embargo -agregó- confía tener «una cumbre significativa» con el líder ruso «tan pronto esta situación se resuelva».
La cita era uno de los platos fuertes del menú del evento que se extiende de viernes a sábado y que celebra los 10 años de existencia de este foro que reúne a economías desarrolladas y emergentes desde 2008.
Pero el agravamiento del conflicto entre Rusia y Ucrania forzó al presidente estadounidense a tomar distancia con Putin, luego de que guardacostas rusos tomaran el control de tres buques de la Marina ucraniana en el mar Negro, cerca de la península ucraniana de Crimea, anexionada por Rusia en 2014, disparando contra ellos y dejando tres heridos entre los marinos a bordo.
Los presidentes estadounidense y ruso se reunieron cuatro veces desde que Trump llegó a la Casa Blanca pero solo una vez durante una cumbre, en Helsinki este julio.
En sus encuentros, ambos mandatarios manifestaron su intención de iniciar una nueva era en las relaciones entre Washington y Moscú.
La anulación del encuentro ocurre en medio de la controversia en Estados Unidos por nuevas revelaciones en la investigación sobre una presunta injerencia de Rusia en la campaña presidencial estadounidense de 2016.
– Las miradas sobre Xi y Trump –
En el frente comercial, Heisbourg resalta la expectativa sobre «si (China) se levantará» contra Trump, quien también habló del tema en los últimos días.
El presidente de Estados Unidos se reunirá con su homólogo Xi Jinping en Buenos Aires, en el otro gran duelo de la cumbre.
Mientras la escalada de represalias aduaneras entre Pekín y Washington ya sacude la economía mundial, Trump reiteró el lunes su amenaza de gravar a todos los productos chinos importados a Estados Unidos.
El martes, sin embargo, dijo que veía una «buena oportunidad» de alcanzar un acuerdo con China bajo ciertas condiciones.
El 18 de noviembre, la cumbre de la Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) terminó en punto muerto, sin comunicado final, luego de los intercambios acalorados entre los representantes de Estados Unidos y China.
En Buenos Aires, el comunicado final intentará promover una visión «racional y positiva» del comercio, dijo a la AFP el ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, Jorge Faurie.
Pero diez años después de la primera cumbre de mandatarios del G20, el multilateralismo se ve socavado por la política de «Estados Unidos Primero» de Trump, la elección de líderes populistas (en Italia y Brasil, por nombrar solo dos miembros delG20), y el Brexit.
Ninguna buena intención, aunque sea vaga, logra un consenso. Especialmente, la promesa de luchar contra el calentamiento global, que Francia pretende defender en Buenos Aires, antes de la apertura de la conferencia climática COP24 del 2 de diciembre en Polonia.
Emmanuel Macron difícilmente logrará convencer a Trump, quien retiró a su país del Acuerdo de París y cuestiona el calentamiento global.
– El multilateralismo en juego –
Los líderes de las principales economías del planeta desembarcan en estas horas en Buenos Aires para asistir a la cumbre, marcada por una guerra comercial entre Estados Unidos y China, las dos mayores economías del planeta.
Es por tanto la reunión entre el presidente estadounidense y su par chino Xi Xinping la que acapara todos los focos.
Precisamente este jueves, el presidente estadounidense dijo que un acuerdo comercial con Pekín estaba «cerca».
Pero inmediatamente enfrió toda esperanza de avances: «Creo que estamos muy cerca de hacer algo con China pero no sé si quiero hacerlo», le dijo Trump a los periodistas de la Casa Blanca antes de iniciar su viaje.
Los mercados esperan que se pueda llegar a un acuerdo antes de fin de año, cuando los aranceles estadounidenses aumenten significativamente.
Estados Unidos hará un gesto comercial importante cuando en el marco de esta cumbre firme un nuevo tratado comercial con México y Canadá, que reemplaza al NAFTA o TLCAN, rechazado por Trump luego de 24 años de vigencia.
Y en las calles las protestas previstas para este viernes ya calientan los motores.
«El G20 es donde se reúnen los poderosos del mundo para planear la profundización del capitalismo. (…) No es casualidad que se excluye a los propios pobladores del uso del espacio público», dijo a la AFP Juliana Díaz, una argentina que participa de uno de los eventos críticos a un G20 que ha dejado bloqueada buena parte de la ciudad.
– El clima en el menú –
En otro plano, Trump deberá medir fuerzas con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien pretende incluir en los primeros puntos de la agenda del G20 el calentamiento global, antes de la conferencia climática COP24 del 2 de diciembre en Polonia.
El republicano, un feroz detractor del concepto de cambio climático, retiró a su país de los acuerdos ambientales de París en junio de 2017, poco después de llegar a la Casa Blanca.
Los reflectores apuntan además al príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed bin Salmán. A instancias de Human Rights Watch, la justicia local inició una investigación a Salmán, envuelto en un escándalo por el asesinato el pasado 2 de octubre del periodista saudita Jamal Khashoggi, que trabajaba para The Washington Post, en el consulado de Riad en Estambul.
En medio de estas tensiones geopolíticas, la cumbre tendrá espacio para un momento histórico.
La primera ministra Theresa May llegará a Buenos Aires como la primera líder británica en pisar el suelo argentino desde la guerra de las Malvinas en 1982.
– Controversia por Salmán –
Figura controvertida en esta cumbre es el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed bin Salmán, quien este miércoles ha sido el primero de los líderes en llegar a la cumbre.
Ante un pedido de la organización de defensa de los derechos humanos HRW, la justicia argentina abrió una investigación a Salmán, envuelto en el escándalo por el asesinato el pasado 2 de octubre del periodista saudita Jamal Khashoggi en el consulado de Riad en Estambul.
Salmán tiene previsto reunirse con Putin y probablemente con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan. Con ambos debería abordar el tema del crimen del periodista, que trabajaba para The Washington Post.
Sobre ese asunto, Salmán recibió el miércoles el respaldo del secretario de Estado estadounidense Mike Pompeo, quien dijo que «no hay ningún elemento directo que vincule al príncipe heredero con la orden dada de asesinar a Jamal Khashoggi».
En tanto, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, se declaró dispuesto a tratar con el príncipe saudita sobre la guerra en Yemen.
En medio de estas tensiones, la cumbre debería, sin embargo, sellar una reconciliación simbólica: 36 años después de la guerra de las Malvinas, Theresa May será la primera líder del gobierno británico en ir a Buenos Aires.