Por Jeremy Tordjman
Washington/AFP
Los países del G20 evocaron con prudencia la crisis en Ucrania durante su reunión en Washington el viernes, view y advirtieron que están a «atentos a todos los riesgos» que representa para la estabilidad económica mundial.
«Estamos vigilando la situación económica en Ucrania, see atentos a todos los riesgos a la estabilidad económica y financiera», sostuvieron los ministros de Finanzas del G20 en su declaración, tras reunirse desde la tarde del jueves en la capital estadounidense.
Aunque las palabras están cuidadosamente escogidas, el texto demuestra un cambio importante respecto a la anterior reunión del G20 a finales de febrero en Sidney, donde Ucrania no fue mencionada en la declaración final de la cita, a falta de acuerdo con el ministro ruso.
Desde entonces, la crisis se ha agravado en la exrepública soviética, y el conflicto con su vecina Rusia ha despertado temores sobre posibles repercusiones de esta situación en el crecimiento mundial, aún convaleciente.
El presidente Barack Obama llamó el jueves a los aliados de Estados Unidos a preparar nuevas sanciones en caso de una «escalada» rusa en Ucrania, donde separatistas prorrusos «aparentemente con apoyo de Moscú, continúan con una campaña (…) para erosionar y desestabilizar» al país.
Este viernes, el canciller ruso, Serguei Lavrov, alertó contra el incremento en muchos países europeos de los «sentimientos antirrusos» alentados por la situación en Ucrania.
En este contexto de hostilidad, el secretario del Tesoro estadounidense, Jacob Lew, pidió este viernes a la comunidad internacional que tome «medidas inmediatas» para completar la ayuda prometida a Ucrania por el FMI y evitar así una bancarrota del país.
A fines de marzo, el FMI estimó que Ucrania necesita 27.000 millones de dólares en dos años y avaló un preacuerdo por una línea de crédito de 14.000 a 18.000 millones. Este acuerdo debería ser confirmado por los estados miembro del Fondo a fines de abril o comienzos de mayo.
En el comunicado, los jefes económicos del G20 señalaron que la crisis ucraniana pone de manifiesto el papel del FMI como «primer recurso mundial frente a las crisis financieras».
La directora gerente del Fondo, Christine Lagarde, había advertido el jueves sobre el impacto en la recuperación de la economía global de los «crecientes riesgos geopolíticos» en el este de Europa.
Presión a EEUU para reformar FMI
Las principales economías del globo mantuvieron la presión sobre Estados Unidos para que ratifique una reforma del FMI que duplicaría sus recursos y le daría un papel más preponderante a los países emergentes dentro la institución.
El acuerdo fue alcanzado en 2010 pero necesita el aval del Congreso estadounidense, donde enfrenta oposición de los republicanos.
«Urgimos a Estados Unidos a ratificar estas reformas cuanto antes», escribieron en su comunicado final los ministros de Finanzas, y advirtieron que, si no lo hace antes de fin de año, buscarán otras alternativas dentro del Fondo.
«Por algunas razones, hemos sido un poco víctimas colaterales de las sempiternas diferencias que vemos en estos momentos» entre la administración Obama y la oposición republicana, dijo Lagarde el jueves.
El ministro brasileño de Hacienda, Guido Mantega, dijo que no era posible «seguir esperando a Godot», en referencia a la pieza teatral de Samuel Beckett en dos personas esperan a un personaje llamado Godot, quien sin embargo jamás aparece.
No existen remedios milagrosos
Sin sorpresas, el G20 abogó también por una aceleración del crecimiento global y se comprometió a tomar medidas «realistas y concretas» en ese sentido.
Dos meses atrás, el grupo se había fijado como objetivo estimular la actividad económica para lograr dos puntos porcentuales más de crecimiento antes de 2018.
Pero, a diferencia de la reunión de febrero, esta vez los países retiraron cualquier mención explícita al retorno a la normalidad de la política monetaria estadounidense, que había generado preocupaciones en los países emergentes.
El referirse al combate a las desigualdades, Mantega pidió que las preocupaciones del FMI y el BM se transformen en políticas concretas, y por ello revivió la propuesta de aumentar o establecer impuestos a las grandes fortunas.
La perspectiva de un endurecimiento de la política monetaria de Estados Unidos, con un alza de las tasas de interés, empujó el año pasado y en enero último a los inversores a huir en masa de los países emergentes, lo que desplomó algunas monedas locales.
A falta de remedios milagrosos, los mayores organismos financieros del globo insistieron esta semana en evitar los obstáculos que frenan el crecimiento.
«La actividad económica mundial sigue desequilibrada y los riesgos de degradación siguen presentes», dijo Lew, expresando que está «preocupado» por el débil nivel de inflación de la zona euro, que algunos analistas afirman está en riesgo de deflación.
Precisamente, el FMI exhortó el jueves al Banco Central Europeo (BCE) a tomar medidas para evitar este escenario.