Por Hiroshi Hiyama
Ise/AFP
Beijin/PL
Las potencias mundiales del G7 iniciaron el jueves una cumbre de dos días en Japón con la mirada puesta en la renqueante economía mundial y en la creciente influencia de China, fuente de tensiones en la región Asia-pacífico.
El cónclave entre los jefes de Estado y de Gobierno de Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Canadá y del anfitrión Japón se lleva a cabo en Ise-Shima, una zona montañosa a unos 300 kilómetros al sudoeste de Tokio.
Los mandatarios recorrieron el jueves un santuario shintoista, una religión nativa de Japón. El viernes irán a Hiroshima, arrasada por un bombardeo nuclear estadounidense en 1945. La presencia de Barack Obama, primer presidente estadounidense en funciones que visita la ciudad, reforzará el carácter simbólico de esa visita.
Obama fue el último de los ilustres huéspedes en llegar Ise-Shima, un lugar de frondosa vegetación. Lo hizo en medio de impresionantes medidas de seguridad, precedido por una caravana de vehículos SUV negros con los vidrios ahumados que avanzaban flanqueados por filas de escolares que agitaban banderas de Japón.
Fue recibido por el ministro nipón, Shinzo Abe, junto a quien cruzó un puente curvo de madera, en dirección al amplio santuario.
La preparación de ese paseo hizo fruncir el ceño a varios analistas, debido a la simbología nacionalista que arrastra ese lugar desde la época en que el shintoísmo era religión de Estado en Japón.
Por la tarde, la agenda prevé una presentación de coches ecológicos, un sector en el que Japón es líder mundial, y una serie de reuniones bilaterales.
La situación de la economía mundial focalizará las discusiones de los participantes, aunque no se espera que zanjen las disprepancias entre quienes proponen, como Japón, abrir las billeteras para dinamizar el crecimiento o al contrario, como Alemania, ahorrar más para sanear las cuentas.
La migración, ‘crisis global’
China, segunda economía mundial por el volumen de su PIB total, no forma parte del G7, pero estará muy presente en las discusiones, debido a las fricciones que causa la constante reafirmación de sus reivindicaciones sobre la práctica totalidad de los mares de China Oriental y de China Meridional.
Estados Unidos y Japón buscan unificar esfuerzos para contrarrestar esa ofensiva, en apoyo a los pequeños países que tienen litigios territoriales con Pekín.
El G7 también abordará la crisis de los refugiados en Europa, provocada por éxodos masivos de personas que huyen las guerras y la miseria de Medio Oriente, Asia y África.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, afirmó el jueves, tras llegar a Ise-Shima, que esa crisis concierne a todo el mundo, y no solo a la Unión Europea.
«Sabemos que por cuestiones geográficas la mayor responsabilidad recae, y seguirá recayendo, en Europa. Pero también quisiéramos que la comunidad internacional demuestre solidaridad y reconozca que se trata de una crisis global», agregó.
La cuestión del terrorismo islamista debería ser evocada por el presidente francés François Hollande, al abordar los letales atentados yihadistas de 2015 en París.
Japón extremó en vísperas de la cumbre los controles en aeropuertos, estaciones ferroviarias y terminales portuarios y reforzó la vigilancia de «blancos fáciles», como salas de espectáculos y estadios.
Los dirigentes del G7 abordarán igualmente, sin duda alguna, las preocupaciones que causa el referéndum en el cual los británicos dirán el 23 de junio si quieren permanecer en la Unión Europea o romper con ella.
Corea del Norte
El presidente de Estados Unidos Barack Obama dijo este jueves en Japón que Corea del Norte, que desarrolla un programa nuclear militar, es un motivo de «gran preocupación» tras reunirse con los otros jefes de Estado y de gobierno del G7.
«Corea del Norte es una gran preocupación para todos nosotros. Cuando hay un régimen tan inestable y aislado, plantea una amenaza a medio plazo sobre la que tenemos que estar muy atentos», declaró al margen de la cumbre del G7.
China insta a evitar tensiones
El ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, urgió hoy al G7 a centrarse en los problemas económicos, financieros y de desarrollo de interés mundial, y evitar exacerbar las tensiones regionales.
El canciller pidió a los líderes del G7 dejar de provocar disputas respecto al Mar Meridional de China.
Los temas que traten son cosa suya. No obstante, deben mantener una postura justa y equitativa sobre lo que discuten y evadir los dobles raseros, dijo Wang.
China espera que el G7, cuyos miembros también forman parte del G20, se coordinen con el G20 y desempeñen un papel positivo y constructivo para que la cumbre de los Veinte sea un éxito, acentuó Wang.
Recordó el máximo representante de la diplomacia de esta nación que China y Japón representan la mayor parte del total de la economía de Asia.
En ese sentido expuso que es la voluntad común de los países asiáticos que la cumbre del G7 se centre en el desarrollo y promueva el crecimiento económico de la región a través de cooperación y la coordinación con el G20.
Enfatizó que la postura de Beijing sobre el Mar Meridional de China, reside en solucionar las disputas pacíficamente a través de diálogo y las negociaciones entre los territorios directamente involucrados, sobre la base de la ley internacional y la Declaración sobre la Conducta de las Partes en el Mar Meridional de China.
Por último resaltó que la política de este Gobierno sobre ese asunto está recibiendo el entendimiento y apoyo de cada vez más países.