Por Karim Talbi y Rana Moussaoui
Ginebra/AFP
La delegación del gobierno sirio amenazó con retirarse de las negociaciones para poner fin a tres años de guerra civil, discount que se abrieron este viernes en Ginebra sin lograr que los dos bandos se sentaran en la misma sala.
El ministro sirio de Relaciones Exteriores, Walid Mualem, dijo al emisario de la ONU y la Liga Árabe, Lakhdar Brahimi, que «la delegación oficial siria abandonará Ginebra si no se consiguen celebrar sesiones serias de aquí a mañana», sábado, indicó la televisión estatal siria este viernes.
El gobierno acusó a la opositora Coalición Nacional de «no ser seria y no estar preparada» para las conversaciones de la conferencia de paz de Ginebra II.
Éstas habían comenzado ya con mal pie el viernes, cuando Brahimi esperaba reunir a los representantes del presidente sirio, Bashar al Asad, y de la oposición en una misma dependencia.
Pero las negociaciones comenzaron por separado, con un encuentro a las entre Brahimi y la delegación de Damasco -liderada por Mualem-, y otro con la oposición -liderada por el jefe de la coalición siria, Ahmad Jarba-, indicó una portavoz de la ONU en Ginebra, Alessandra
Vellucci.
«Hay que ser pacientes y ver el desarrollo del proceso», dijo la portavoz.
Según fuentes de las dos delegaciones, la oposición rechazó sentarse en la misma mesa que el gobierno sirio, argumentando que el ejecutivo sirio debía aceptar el principio de un gobierno de transición sin Asad antes de celebrar cualquier encuentro directo.
«El problema de esta gente es que no quieren conseguir la paz, vienen aquí con precondiciones», había dicho a la prensa el viceministro sirio de Relaciones Exteriores, Faysal Moqdad.
Llegados el jueves a Ginebra tras una tensa conferencia en la localidad suiza de Montreux que reunió a unos 40 países y organizaciones, ambas delegaciones buscan terminar con el caos mortífero que ha dejado más de 130.000 muertos en Siria y obligado a miles de civiles a abandonar sus casas o exiliarse.
Diplomáticos y observadores se hacen pocas ilusiones acerca del resultado de estas negociaciones, pero recuerdan que el simple hecho de que los dos bandos acepten acudir a Ginebra es todo un acontecimiento.
El primer ciclo de negociaciones está previsto que dure «hasta el final de la semana próxima», el 31 de enero. «Pero también se puede terminar todo el viernes», recordó con prudencia una fuente diplomática occidental.
«Sabemos que llevará su tiempo y si tiene que durar un día más, que dure un día más», indicó asimismo un alto responsable del Departamento de Estado estadounidense.
El futuro de Bashar al Asad sigue siendo el principal motivo de desacuerdo. La oposición plantea como principio su salida y la constitución de un gobierno transitorio en el que no desempeñe ninguna función, algo que el gobierno rechaza.
A falta de consenso sobre este punto, Brahimi podría concentrarse, igual que occidentales y rusos, en definir las primeras medidas para aliviar a la población.
Brahimi evocó «señales» de que las delegaciones parecen dispuestas a discutir del envío de ayuda humanitaria, de treguas localizadas, sobre todo en Alepo, y de intercambios de prisioneros.
Según una fuente diplomática, la oposición podría poner de entrada sobre la mesa la idea de «ayuda humanitaria conjuntada con treguas localizadas».
Parte de la los «ecuación depende también de la capacidad de padrinos» de los dos campos, Estados Unidos para la oposición y Rusia para el presidente Al Asad, para pesar y maniobrar entre bastidores y del avance de los peones occidentales, rusos y monarquías del Golfo en este «gran juego» de luchas de influencia.
El presidente francés, François Hollande, expresó este viernes en Roma su «deseo de que el Vaticano pueda recibir a la Coalición Nacional Siria», principal grupo de oposición, en un encuentro con el papa Francisco.