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Barrio destruido en la ciudad de Alepo, Siria.

El gobierno y los rebeldes sirios preparan la batalla final de Alepo

Por Layal Abou Rahal

Beirut/AFP

El gobierno y los grupos rebeldes enviaban este lunes importantes contingentes al frente de Alepo, la segunda ciudad siria, en vistas de una batalla que puede resultar determinante para la guerra que devasta al país.

El domingo, una alianza de rebeldes y yihadistas anunció el inicio de la batalla para apoderarse de la totalidad de Alepo, tras haber propinado un duro revés al gobierno en esta ciudad del norte del país.

Los insurgentes rompieron tres semanas de asedio impuesto por el gobierno a sus barrios en el este de Alepo, en una contraofensiva que les permitió por su parte rodear parcialmente los barrios del oeste controlados por el gobierno en esta ciudad dividida desde 2012.

Esta victoria representa uno de los pocos éxitos de los rebeldes estos últimos años frente al gobierno, en un conflicto devastador y complejo que ha dejado más de 280.000 muertos desde 2011 y ha obligado a millones de personas a abandonar sus hogares.

Frente a la aviación del gobierno, el apoyo de los ataques aéreos rusos y de los combatientes iraníes y del Hezbolá libanés, los rebeldes apoyados por yihadistas utilizaron con éxito vehículos cargados de explosivos y atacantes suicidas para abrir huecos en el sistema de defensa del gobierno.

Según el director del Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), Rami Abdel Rahman, tanto el gobierno como los rebeldes enviaron refuerzos a Alepo y sus alrededores.

«Unos dos mil combatientes progobierno, sirios, iraníes, irakíes y del Hezbola libanés llegaron a Alepo a través de la ruta de Castello, al norte de la ciudad», procedentes del centro del país, precisó.

Un alto responsable de seguridad de Damasco confirmó a la AFP la llegada de refuerzos.

‘La guerra no se detendrá’

Los rebeldes, por su parte, recibieron refuerzos de combatientes uigures (musulmanes) chinos, procedentes de la provincia vecina de Idleb y de la campaña de Alepo, según el OSDH.

Los aviones sirios y rusos continuaron, mientras tanto, bombardeando los barrios rebeldes y las posiciones de los insurgentes al sur de Alepo, así como en la ciudad de Idleb, bastión rebelde.

Ambos campos se preparan para la batalla que reviste una gran importancia para ambos y sus aliados en el extranjero. Rusia e Irán apoyan al gobierno, mientras que los occidentales, Turquía y Arabia Saudita apoyan a los rebeldes.

«Gane quien la gane, la guerra no se detendrá. Sin embargo, es una etapa importante cuyo resultado orientará la trayectoria del conflicto», estima Thomas Pierret, experto de Siria.

«Si los rebeldes vencen, se irá hacia una partición del país, con un gobierno en el Golan, Damasco, Homs y la costa», explica este profesor universitario de la universidad de Edimburgo.

«Si los leales [al gobierno] ganan, la insurrección se replegará a la provincia de Idleb, dominada por Ahrar al Sham y Fateh al Sham».

Reforzado por su éxito en Alepo, «el Ejército de la Conquista», que agrupa a los grupos rebeldes islamistas entre ellos el potente Ahrar al Sham y el Frente Fateh al Sham (antiguo Frente al Nosra que renunció a su lealtad a Al Qaida), anunció «el inicio de la nueva fase para la liberación del conjunto de Alepo».

Ayudas al sector progobierno

«Anunciamos nuestra intención de duplicar el número de combatientes para esta batalla», declaró la coalición en un comunicado el domingo por la noche. «Sólo dejaremos de luchar cuando icemos la bandera de la conquista en la ciudadela de Alepo».

Esta coalición también tomó el sábado una gran parte del barrio gubernamental de Ramusa, en la periferia sur de Alepo, lo que les permitió llegar a los barrios rebeldes, romper su asedio y cortar la principal ruta de abastecimiento de los barrios progobierno.

En la noche del domingo, las fuerzas progubernamentales consiguieron hacer llegar a sus barrios de Alepo camiones de ayuda a través de la ruta del Castello, retomada recientemente a los rebeldes.

«Nuestras fuerzas encontraron una ruta alternativa [a la de Ramusa] para permitir la llegada de alimentos y de carburante» para los 1,2 millones de habitantes del sector gubernamental, dijo la televisión estatal.

Los habitantes de los barrios occidentales de Alepo compraron masivamente en el mercado agua y comida por temor a un asedio.

La guerra en Siria, iniciada en marzo de 2011 y se volvió más compleja con la implicación de actores internacionales y grupos yihadistas.

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