@JennyCoLatino
Su salida era esperada ansiosamente por una gran cantidad de periodistas que aguardaban detrás de una cinta negra, physician en el Salón de Honor de Casa Presidencial.
La puerta que del Despacho del Presidente de la República, seek da al salón, se abrió, e inmediatamente se escuchó el sonido de los obturadores de las cámaras, cuando de allí salió el sacerdote Presidente del Pontificio Consejo para la Familia y postulador de la causa de beatificación de Monseñor Oscar Arnulfo Romero: Vicenzo Paglia.
La espera de Paglia era muy anhelada, pues traía un anuncio que desde un buen tiempo los salvadoreños, en especial quienes profesan la fe católica, esperaban.
Nada más y nada menos que el anuncio del día que, por fin, Romero, el salvadoreño más internacional, será beatificado.
El obispo Paglia salió escoltado del presidente de la República, Salvador Sánchez Cerén, así como del canciller Hugo Martínez; el arzobispo de San Salvador, monseñor José Luis Escobar Alas, y el nuncio apostólico, León Kalenga. En su pecho, colgado de una larga cadenilla color plata, Paglia portaba un accesorio con un gran significado para él: el crucifijo que usaba monseñor Romero, y que recibió de manos de monseñor Ricardo Urioste, al ser nombrado como postulador ante la Congregación de la Causa de los Santos.
Al dirigirse a la mesa de honor preparada para realizar la conferencia, Paglia hizo una estación frente a ésta y dirigió su mirada, por varios segundos, a una pintura del Obispo Mártir, la cual adorna la pared del costado poniente del recinto de la sede presidencial.
En la pintura, una obra de arte del pintor salvadoreño, Rafael Varela, ordenada por el ex presidente Mauricio Funes, se observa a Romero ataviado con una túnica blanca.
“El 23 de mayo de este año, el Arzobispo Oscar Arnulfo Romero será proclamado Beato, como mártir de la iglesia universal, la celebración tendrá lugar en El Salvador y será presidida por el Cardenal Ángelo Amato”, anunció Paglia, entre aplausos de los presentes y visiblemente conmovidos y emocionados.
Monseñor Plagia manifestó que esta beatificación es un don extraordinario para toda la iglesia en el mundo y en especial para todo El Salvador, porque “Romero desde el cielo se ha convertido en el pastor bueno y beato que une hoy a todo su pueblo, por el cual dio su propia vida”.
Asimismo, catalogó como un “signo de la providencia” que la Congregación para las Causas de los Santos haya dado el consentimiento unánime a la tesis de que monseñor Romero fue asesinado por odio a la fe.
“Hoy completamos el itinerario de la causa, es el tiempo de la alegría y de la fiesta. Cómo no reconocer que el martirio de monseñor Romero ha dado fuerza a tantas familias salvadoreñas que perdieron familiares y amigos a lo largo de la guerra”, dijo el religioso católico.
Del mismo modo, resaltó que el simbolismo de la muerte de Monseñor Romero “ha hecho de él un testigo elocuente de que el amor por los pobres no conoce límites”. “Creo que tenemos un protector en el cielo, un protector para todos, pero sobre todo de los pobres y más humildes, honor a este país que ha dado al mundo y a la Iglesia un hijo muy grande en el amor como monseñor Óscar Arnulfo Romero”, aseguró el delegado del Vaticano.
Allí, Paglia entregó al presidente Sánchez Cerén el documento que recoge la investigación sobre el martirio de monseñor Arnulfo Romero que realizó el Vaticano, con lo cual se dio paso al decreto de la Congregación para las Causa de los Santos que autoriza la beatificación, por la vía del martirio, del Siervo de Dios Óscar Arnulfo Romero y Galdámez.
El decreto fue avalado por el papa Francisco el pasado 3 de febrero. “Ese fue un día señalado por Dios, pues la Iglesia hace memoria litúrgica de San Óscar y también marca el aniversario del nombramiento de Monseñor Romero como Arzobispo de la Arquidiócesis de San Salvador”, dijo el delegado del Vaticano.
En tanto, el presidente Sánchez Cerén calificó de “histórico” el anuncio de Paglia, entretanto que reconoció su trabajo por hacer realidad la beatificación del más universal de los salvadoreños y guía espiritual del país.
“A través de su fe y de esa labor hacia las personas más necesitadas se puede construir un mundo nuevo de esperanza y de optimismo. Esta beatificación también se convierte en un milagro para El Salvador, porque esto nos permite, a partir de su pensamiento, tratar de unir el país y enfrentar los nuevos retos que tenemos. No dudo que si Monseñor estuviera vivo, así como está su obra él estuviera al frente de esa búsqueda de unir voluntades para llevar paz a nuestras familia”, aseguró el mandatario.
En este contexto, informó que su gobierno dará todo el respaldo a la iglesia Católica para garantizar que la ceremonia de beatificación sea “una fiesta nacional e internacional”, de tal forma que todas las personas que quieran participar puedan “recibir la bendición que significa la beatificación” de Monseñor Romero. Además, expresó que el país tiene el compromiso de seguir fomentando y difundiendo el pensamiento del mártir salvadoreño, por lo que a través del Ministerio de Educación, se está analizando crear una cátedra acerca de la obra de amor y esperanza, del que fuera arzobispo de San Salvador.
“Monseñor Romero es un hijo que engrandece a este país. Su obra y doctrina ha llegado a rincones más alejados del mundo y ha convertido su vida en una esperanza para la humanidad”, aseguró el jefe de Estado, quien también hizo entrega a Paglia de una pintura de Monseñor Romero, creación del artista salvadoreño Josué Villalta.
El cuadro fue acompañado de una carta de Sánchez Cerén, titulada “Este pueblo aprenderá a sonreír”, frase pronunciada por monseñor Romero en su homilía del 16 de diciembre de 1979.
El mandatario expresó su confianza de que por fin la causa de Monseñor Romero sería avalada por el Vaticano, pues durante su visita al Papa Francisco, el 25 de abril de 2014 cuando aún era gobernante electo, las conversaciones tuvieron como punto central su legado.
“Fue una reunión en donde se fortaleció en mí la esperanza de que algo iba a suceder el 2015, que algo trascendental iba a ser parte de este año”, afirmó.
En este sentido, reiteró que todas las conversaciones con el Papa Francisco y Monseñor Paglia tuvieron como centro “la figura de Monseñor y la identificación de él con la causa de la paz, con la causa de los pobres, con la causa de generar esperanza y generar el futuro de nuestro país”.
Es de recordar que Monseñor Romero fue un sacerdote católico salvadoreño y el cuarto arzobispo metropolitano de San Salvador de 1977 a 1980, quien se caracterizó por su predicación en defensa de los derechos humanos.
Murió asesinado el 24 de marzo de 1980, a los 62 años de edad, mientras oficiaba una misa en la capilla del hospital de La Divina Providencia en la colonia Miramonte de San Salvador.
El autor material del asesinato Monseñor Romero, según información en poder de Diario Co Latino, entregada por fuentes que estuvieron próximas a los círculos del mayor Roberto d’Aubuisson, fundador de los Escuadrones de la Muerte y del partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), fue el subsargento de la extinta Guardia Nacional, Marino Samayoa Acosta.
Es de recordar que D´Aubuisson fue señalado por la Comisión de la Verdad como uno de los autores intelectuales del magnicidio de Monseñor Romero.
Treinta años han pasado desde la muerte física de Romero, pero la inmortalidad de su legado sigue más viva que nunca en el pueblo salvadoreño, quien reza porque un día sea proclamado Santo, sueño que está más cercano con su próxima beatificación.