Oscar A. Fernández O.
Las características definitorias del jazz son: un especial sentido del ritmo, cialis el uso de la improvisación y un peculiar tratamiento sonoro y armónico basado en los cantos de trabajo, cialis en los gospel, and y espirituales y sobre todo en el blues.
Desde sus comienzos, el jazz se ha ramificado en muchos sub estilos carentes de una descripción única que se adapte a todos ellos con fiabilidad absoluta. Los intérpretes de jazz improvisan dentro de las convenciones del estilo que han elegido. La improvisación se acompaña de una progresión de acordes de una canción popular o una composición original que se repite. Los instrumentistas imitan los estilos vocales negros, y los efectos sonoros como el scat, gruñidos y gemidos
La voluntad de crear un sonido personal de color tonal ha llevado a los músicos a la utilización de unos ritmos que se caracterizan por un sincopado constante y también por el swing la sensación de estire y afloje que surge cuando se oye la melodía alternándose con el pulso o la división del pulso esperados. Las partituras escritas, si existen, se usan tan solo como guías de la estructura dentro de la cual se desarrolla la improvisación. La instrumentación típica comienza con una sección rítmica formada por el piano, el contrabajo, la batería y una guitarra opcional, a la que se pueden añadir instrumentos de viento. En el bis bandas los vientos se agrupan en tres secciones: saxofones, trombones y trompetas. Hay excepciones en algunos sub estilos pero la mayor parte del jazz se basa en la adaptación de infinidad de melodías a algunas progresiones de determinados acordes. Si bien para la improvisación de jazz se usan piezas cuyas pautas formales son muy distintas, hay dos estructuras que se usan con frecuencia en los temas de jazz. (Arnau, Juan (1984). El Jazz – Historia)
Los orígenes del jazz son unos de los más originales de la música. Sus personajes y estilos, su fuerte individualismo, la hacen atractiva, y aunque algunas tendencias exijan una preparación por parte de los aficionados, es sobre todo música para escucharla con los pies .El jazz perdurara mientras la gente lo escuche con los pies y no con la cabeza dijo John Philip Sousa .Y así fue, se empezó a tocar música para que la gente bailara.
El jazz tiene sus raíces en el eclecticismo musical de los afroamericanos .En esta tradición sobreviven huellas de la música del África Occidental ,de las formas musicales de la comunidad negra del nuevo mundo negro ,de la música popular y clásica ligera europea de los siglos XVIII y XIX y de formas musicales populares posteriores que han influido en la música negra o que son obras de compositores negros .Entre los rasgos africanos se encuentran los estilos vocales ,que destacan por una gran libertad de coloración vocal ;la tradición de la improvisación ,las pautas de pregunta y respuesta ,y la complejidad rítmica ,tanto en la sincopa de líneas melódicas individuales como en los ritmos complejos que tocan los distintos miembros de un conjunto .Otras formas de música afroamericana son los cantos que acompañaban el trabajo, las nanas y, aunque posteriores, los cánticos espirituales y los blues. La música europea ha aportado estilos y formas específicas: himnos, marchas, valses, cuadrillas, etc. Así como la armonía. (Clayton, Peter; Gammond, Peter. 1990. Jazz de la A a la Z)
Gran parte de la influencia europea se debe a los estudios que realizaron estos músicos del Viejo Músico, incluso en tiempos en los que esos solo podían encontrar trabajo en los barrios en los que se divertían los pobres o en los barcos que surcaban el Mississippi .Entre los elementos negros de la música popular que han contribuido se incluye la música de banjo de los Minstrels shows ;los ritmos sincopados de influencia negra procedentes de la música afroamericana, los estilos de pianola de los músicos de la tabernas del medio oeste y las marchas e himnos tocados por las bandas de metales de negros .Surgió otro género que se trataba del ragtime ,música que combinaba muchos elementos, incluidos los ritmos sincopados y los contrastes armónicos y las pautas formales de las marchas europeas. A partir de 1910 el director de orquesta W.C Handy tomo otra forma influyente, el blues y lo llevó más allá de su tradición precedente, con la publicación de originales blues. En las manos de los músicos del jazz, sus blues llegaron a quien sería quizá su mayor intérprete en los años veinte: la cantante Bessie Smith, que grabo muchos de ellos.