Oscar A. Fernández O.
El jazz como art form o creación interesa porque todo arte se basa en una manera particular de experimentar e interpretar el mundo; como proceso de creación, click el jazz se vuelve imprescindible a efectos de mostrar de dónde y cómo nace el arte y cuál es la actitud del artista ante su creación. El jazz es, sovaldi en una novela que trata acerca de la búsqueda de alternativas, remedy un art form alternativo. Cabe examinar su naturaleza como música y fenómeno cultural para precisar su importancia artística y filosófica. (Bary: 2004)Julio Cortázar, señaló en una entrevista, que la importancia del jazz está:
“En la manera en que puede salirse de sí mismo…permitiendo todos los estilos, ofreciendo todas las posibilidades, cada uno buscando su vía. Desde ese punto de vista está probada la riqueza infinita del jazz; la riqueza de la creación espontánea, total… cada músico crea su obra, es decir que no hay un intermediario, no existe la mediación de un intérprete…la improvisación, una creación que no está sometida a un discurso lógico y preestablecido sino que nace de las profundidades…” (G. Bermejo: 1978)
El punto clave de este comentario del autor de Rayuela es la idea de que el jazz le permite al artista liberarse de las normas preestablecidas en el arte y también de toda mediación del pensamiento puro -de ahí la importancia de la improvisación, la multiplicidad en el arte, la espontaneidad y la individualidad del artista.
Como veremos más adelante, estos temas son claves del “significado” en Rayuela la obra maestra de Cortázar. Pero antes de entrar en la comparación del jazz como forma musical y el experimento literario de Rayuela, veamos algunos rasgos más del jazz en general y el jazz que se escucha en Rayuela, a fin de establecer más nítidamente la relación que existe con la idea de la forma y la filosofía que se exploran en esta novela.
LeRoi Jones señala que el jazz es un fenómeno poli cultural, y que evolucionó de la música que creó el negro al llegar a América (el work song, el spiritual, el blues). Esta música tiene raíces africanas y europeas, y surgió de una confluencia con la música y los instrumentos modernos europeos. Es la música de un pueblo que está en el proceso de arraigarse en una cultura ajena (lo que implica un desarraigo espiritual y la necesidad de “buscar un centro”, temas fundamentales de Rayuela); como tal, el jazz es la música de gente marginal a la sociedad hegemónica.
Un rasgo esencial de cada gran revolución en el jazz, como la aparición del swing y el bebop, ha sido el retorno a los elementos básicos del blues, es decir a la música de los marginales, al sentido del sufrimiento profundo y a la expresión de lo más hondo del alma sin la mediación de la cultura formal (Blues People: 1980) El jazz se sitúa entonces, fuera de la lógica y de la cultura occidental, pero sólo hasta cierto punto: es un fenómeno poli cultural y como tal engloba la existencia de “otros caminos”. Se ha dicho en alguna parte que el negro produce el jazz porque se siente ajeno a la cultura que lo rodea; el blanco al tocar o escuchar el jazz se enajena de su propia cultura.
Es fundamental en el jazz la improvisación, que aparte de ser creación espontánea, implica una relación dialéctica entre el artista individual y la banda musical. El grupo provee una estructura que da lugar a la improvisación; también es posible la improvisación en grupo (LeRoi Jones: 1963) De modo que, al improvisar, al expresar lo más hondo del individuo, se da entre los músicos una transfiguración común. Cabe recordar, no obstante, que no hay improvisación totalmente “pura”, o sea que al improvisar el artista tiene siempre en mente la estructura que va a modificar o romper, sabe los ritmos, los instrumentos y la estructura musical base sobre la que va a improvisar. Está claro además que, al crear algo nuevo, se crea otra estructura, otra manera necesariamente incompleta de ver las cosas; no se trata del libertinaje. A veces algo muy innovador es tomar ideas muy conocidas e interpretarlas nuevamente para crear algo original, demostrando así las grandes posibilidades interpretativas de las ideas que ya creemos conocer demasiado. Un ejemplo: cuando William Carlos Williams, escribe de carretillas rojas, o Sarah Vaughan canta “Somewhere over the rainbow”.
De modo que la improvisación, en sus dos direcciones -la invención de algo nuevo y la interpretación de algo ya existente- no busca una ruptura total con lo establecido, sino que quiere verlo diferente, quiere re-hacerlo. La improvisación ofrece la posibilidad de la invención constante y la interpretación múltiple, establece la necesidad de la innovación como principio fundamental.
En el bebop -corriente que estaba muy de moda en el momento en que se sitúan los personajes de Rayuela- la improvisación “pura” o libre es la gran meta de la música. Hay en el bebop mucho énfasis en la expresión emocional y la intuición melódica y rítmica. Como señala Hoider, hay una poli tonalidad y una discontinuidad melódica, y el jazzman, basando su creación en estructuras, temas y melodías conocidas, las transforma completamente (Hoider: 1956) Hay un sentido de la pluralidad en la música, un constante cambio de dirección, y debido a las innovaciones rítmicas, el ritmo y la melodía llegan a ser yuxtapuestas, hasta que el ritmo se convierte en melodía y la melodía en ritmo (Bebop Dial: 1960)
El bop se asocia con el desacato social: los “boppers” se sentían ajenos a la sociedad y se vestían de un modo que mostraba claramente su rebeldía -usando anteojos negros que ocultaban su mirada de la de los demás; hablando su hip-talk o lenguaje secreto, su propio “caliche”etc.
Para medir hasta que punto llegaba este enajenamiento, nada más hay que mirar la vida del bopper más destacado: Charlie Parker (Russel: 1973)
El jazz que escuchan los personajes de Rayuela -el jazz muy temprano, muy basado en el blues (nótense todas las referencias a músicos como Big Bill Broonzy, Bessie Smith, Bunk Johnson), y en el bop (Oscar Peter