Tegucigalpa/AFP
El jefe de la policía hondureña, sovaldi Ramón Sabillón, que se había encerrado en un cuartel para evitar su destitución, terminó cediendo tras la intervención del presidente Juan Orlando Hernández, informaron a la AFP fuentes cercanas al oficial.
En las últimas horas del viernes, el presidente llamó a Sabillón y le advirtió que su destitución era una decisión presidencial, por lo que terminó cediendo, informó una fuente oficial que pidió no ser identificada.
Sabillón, destituido por oponerse a la militarización de la policía, estaba custodiado por decenas de policías a la entrada al cuartel general de la policía en Casamata, de donde se negaba a salir.
El jueves el ministro de Seguridad, Arturo Corrales, había anunciado la decisión del presidente de «darle una misión» a Sabillón en Naciones Unidas y reemplazarlo por Félix Villanueva.
Pero Villanueva no pudo asumir el cargo porque Sabillón se negaba a entregar el mando de la institución que tiene unos 12.000 hombres.
Según dijo a la AFP la comisionada retirada de policía María Luisa Borjas, Sabillón recibió el apoyo de otros oficiales y agentes, que llevaron a cabo a paros parciales en diferentes zonas del país. Borjas confirmó a la AFP que Sabillón «terminó cediendo» pero no sabía si si aceptó el cargo en la ONU.
Según fuentes policiales y medios locales, Sabillón se rebelaba contra la creación de una Policía Militar de Orden Público (PMOP) y la participación cada vez mayor de las Fuerzas Armadas en la lucha contra el crimen.
El presidente hondureño creó el año pasado, cuando era presidente del congreso, la PMOP, un cuerpo formado por 2.500 efectivos, incluyendo miembros de las fuerzas armadas, y que tiene el objetivo de alcanzar los 5.000.
Hernández quiere elevar a rango constitucional la reforma aprobada el año pasado.
Desde que en 2012 se descubrió que cientos de policías estaban vinculados a bandas del crimen organizado y se inició un proceso de depuración, los militares han ganado protagonismo en la lucha contra el crimen.