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El legado de Mons. Romero llama al pueblo a sembrar la semilla de unidad

Por: Iván Escobar
Colaborador

Por la conciencia de fe que tenemos, celebramos el natalicio de Mons. Romero, un santo”, expresó el padre Fredy Sandoval, durante la homilía dedicada a Mons. Oscar Arnulfo Romero, en el marco del 106 aniversario de su natalicio, el cual recordó este 15 de agosto la iglesia católica y la feligresía.

Las actividades tuvieron lugar durante todo el día martes en la cripta de Catedral Metropolitana, donde descansa el cuerpo del Obispo mártir, quien fuera asesinado por sectores radicales de derecha el 24 de marzo de 1980, mientras oficiaba una misa en la capital del Hospitalito de la Divina Providencia.

Desde las 8 de la mañana del 15 de agosto, acudieron con ramos de flores, oraciones, peticiones y sobre todo mucha fe y alegría, hasta la tumba de Mons. Romero, para celebrar junto al recuerdo de su pastor, la vida y testimonios de fe, también estaban presentes los miembros de la Comunidad Mons. Romero de la Cripta, responsable de organizar cada año, la celebración del natalicio del religioso, primer santo salvadoreño.

El padre Sandoval alentó a los feligreses presentes a ver la figura de Mons. Romero como “algo especial que tenemos los salvadoreños”, y puso como ejemplo, que Mons. es el único santo de la iglesia católica, a quien se le celebra su natalicio, ya que por lo general a los mártires se les recuerda el día de su muerte o martirio, preciso.

Después de Jesús, María y Juan Bautista, “nosotros aquí tenemos a Mons. y celebramos su natalicio desde hace mucho tiempo”, mencionó, ante aplausos y orgullo de los presentes.

Una peregrinación permanente

A la tumba de Mons. Romero, si bien acuden turistas tanto nacionales o extranjeros, en su mayoría quienes asisten son hombres y mujeres humildes, muchos le conocieron en vida, y llegan para dar gracias a Dios, y a pastor por los favores recibidos, y por qué no estar presentes cada 15 de agosto, fecha de su cumpleaños. “Yo siempre vengo, cada año estos aquí presente”, aseveró Guadalupe Cañada, quien llega desde el municipio de Apopa, y dice sentirse orgullosa de estar en este lugar santo.

Guadalupe es una mujer de avanzada edad, pero ella, fue la primera que asistió para orar ante la tumba del Obispo mártir, quien es un ejemplo “para mí, y los míos”, al igual que ella, cientos de personas visitaron este martes la tumba Mons. Romero, y participaron en las actividades organizadas para este 106 aniversario del natalicio.

Con cantos, poesía, música, oraciones y testimonios fueron parte de la jornada, celebraron y recordaron muchos feligreses a Mons. Romero, agradecieron sus palabras, sus enseñanzas y, sobre todo, el amor que por siempre mantuvo a su pueblo, “sabemos que donde están, en el cielo, está pendiente de nosotros y nos acompañan”, decía una mujer mientras rendía tributo ante la tumba del religioso.

También llegaron Rosa Alba, una comerciante de artículos de Mons. Romero que participa en todas las actividades en honor de él, así como Edelvira Orellana Andino, quien con su pequeña grabadora digital, llevó una vez más serenata al cumpleañeros. Ambas agradecieron a Dios, y a Mons. por permitirles estar presentes, y se sorprendieron con las fotografías de la exposición “Mons. Romero y la Memoria” se presentó en este espacio, y donde ellas, son protagonistas de dos de las imágenes en exhibición.

Mons. Romero siempre fue agradecido con los detalles y las muestras de cariño, ejemplo de ello, se puede extraer de su diario personal, donde dejó transcritas sus homilías. “Yo quiero agradecer, pues, todas las manifestaciones de amistad y de solidaridad que con esa ocasión me brindaron y las recibo como obispo y pongo a los pies de Cristo, pues, todo este homenaje para que todo redunde en su gloria. Por la fineza y la ternura del mensaje…”, expresó Mons. Romero, en la homilía del 21 de agosto de 1977, luego de agradecer las felicitaciones que recibió por su natalicio número 60, cuando en vida modestamente tomaba a bien el cariño que el pueblo le tenía. Hoy muchos saben que él, les agradece desde el cielo, y acompaña su andar.

Al final todos los asistentes y religiosos compartieron en comunidad el pastel con café, como a él, siempre le agrado, comentaron algunos. Los organizadores de la jornada se mostraron optimistas, y consideran que el compromiso es mantener viva la memoria de Mons. Romero, sobre todo, hoy en día cuando las necesidades de la gente son muchas, donde la pobreza aún está presente en los hogares, y la exclusión de grandes sectores sociales, continúa.

 

Ante ello, Héctor López, teólogo y catedrático, quien en el marco de la jornada ofreció la ponencia: “El legado de los mártires”, subrayó que “este momento, es un momento de siembra…de siembra de un nuevo proyecto, es necesario sembrar un nuevo proyecto…Mons. Romero estaba claro en su época, recogiendo la cosecha abundante de primavera…ahora en 2023 la siembra es necesaria, no podemos cosechar lo que se siembra. Y la unidad de este pueblo es fundamental”, concluyó.

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