Carlos Girón S.
DIOS, el Ser vivo, único, verdadero y todopoderoso trajo a existencia a Su criatura: el hombre. Y le dotó de muchos dones, aparte del más grande: la vida. Le dio un alma inteligente, razonamiento, una memoria, una voluntad y el libre albedrío.
El libre albedrío es la habilidad del hombre para decidir, por sí mismo, cuándo y cómo debe actuar para mantener su fuerza y su independencia, resistiendo voluntariamente las tentaciones y los obstáculos que puedan impedirle que actúe de acuerdo con la ley de su naturaleza más profunda.
El razonamiento lleva al hombre a conclusiones para poder decidir; la voluntad cumple lo que ha decidido. La memoria guarda los efectos de las elecciones hechas cada vez, y con el recuerdo de esos efectos le previene de no repetir aquellas que le han causado daño y dolor.
Mas si el hombre persiste en elegir erróneamente, la memoria guarda silencio hasta que él aprenda la lección.
Otro don de Dios es el tener una naturaleza dual: un cuerpo material y un alma espiritual.
Por esta dualidad el hombre se ve impelido por dos influencias: las del cósmico, por un lado; y las del mundo, por el otro. Unas son de esencia espiritual; las otras, de orden material.
Según la forma de vida y los hábitos, cada uno se deja halar hacia el mundo o hacia el cósmico.
Muchos hombres y mujeres que no conocen u olvidan la Ley Kármica, no se detienen a pensar en las consecuencias que pueden venir al tomar una decisión.
Hay la costumbre entre mucha gente de achacar a otros la causa de situaciones críticas o aflictivas que padecen. Olvidan que cada uno cosecha según lo que siembra.
Otra excusa es que hay un ángel y un diablillo, que susurran a cada oído hacer esto o lo otro, ya sea bueno o malo.
Los estudiantes de misticismo hablan en otra forma: de un ser o maestro interno, que guía hacia el sendero del bien, y un ego físico que «tienta» a ir por el camino errado.
El estudio y la práctica de las enseñanzas místicas son de gran valor para sentir y escuchar al maestro interno, y saber elegir siempre lo más correcto.
¿Cómo ser libre? el hombre puede ir hacia arriba o hacia abajo; a la derecha o a la izquierda; elegir el bien o el mal. Con el libre albedrío Dios estableció la Ley del Karma; según el hombre escoge, así asume consecuencias kármicas.