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La petición de un alto el fuego a todos los conflictos que hay en el mundo, solicitado por el Secretario General de las Naciones Unidas el pasado 23 de marzo cuenta con el apoyo de un número creciente de Estados miembros, unos 70 socios regionales, actores no estatales, redes y organizaciones de la sociedad civil, además de todos los Mensajeros de la Paz y Defensores de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
António Guterres afirmó este viernes durante una videoconferencia con los medios de comunicación acreditados ante la Organización, que su pedido, ante la pandemia de COVID-19, está resonando en todo el mundo.
«Los dirigentes religiosos -incluido el Papa Francisco- han añadido su voz moral en apoyo a un cese al fuego mundial, al igual que los ciudadanos mediante la movilización popular en línea.
Sólo por mencionar un ejemplo, un llamamiento lanzado por [la organización civil] Avaaz ya ha reunido el apoyo de más de un millón de personas. A todos ellos les expreso mi profunda gratitud.»
El titular de la ONU publicó este viernes una actualización que informa sobre las repercusiones de su llamamiento e indicó que «un número considerable» de partes en conflicto en los siguientes países aceptaron su anuncio: Camerún, República Centroafricana, Colombia, Libia, Myanmar, Filipinas, Sudán del Sur, Sudán, Siria, Ucrania y Yemen.
«Pero hay una enorme distancia entre las palabras y los hechos, entre trasladar las declaraciones de paz al terreno y hacerlo en la vida de las personas. Hay enormes dificultades para su aplicación, ya que los conflictos se han enconado durante años, la desconfianza es profunda, con muchos saboteadores y desconfianzas.»
El Secretario General es consciente de que cualquier avance que produzca es frágil y fácilmente reversible», de que no se han visto avances en muchas de las zonas más críticas y de que, incluso, algunos conflictos se han agudizado.
«Para silenciar las armas, debemos alzar las voces por la paz», sentenció.