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Cultivar hortalizas en la zona oriental se ha vuelto un reto para los productores que le apuestan a este rubro, physician pues las altas temperaturas les ha llevado a optar por nuevas alternativas de producción como son los invernaderos o casas mallas.
Este es el caso de Luis Fernando Berríos, buy cialis un joven productor del municipio y departamento de San Miguel, que le apuesta a la producción de chile dulce en casas mallas, para ello cuenta con la asistencia técnica del Centro Nacional de Tecnología Agropecuaria y Forestal “Enrique Álvarez Córdova” (CENTA), a través de la agencia de extensión de San Miguel.
Este desafío por el cultivo de hortalizas en ambientes protegidos o mejor conocidos como casas mallas, fue concretándose después de asistir a las escuelas de campo (ECA) que desarrollaban los técnicos del CENTA, quienes les explicaban y demostraban las ventajas de cultivar en otros ambientes que no sean al aire libre.
Berríos explicó que el cultivo de chile dulce, antes ya lo había hecho al aire libre y había perdido bastante, pero los del CENTA lo animaron a construir una casa malla, ahora ya tiene casi un año de cultivar dicha hortaliza.
“Estoy contento porque ya no son solo pérdidas; hemos visto la diferencia entre producir a campo abierto, cuando lo hacíamos al aire libre sacábamos poquito y hoy sacamos más, aunque la inversión es mayor también”, agregó el productor.
Entre los temas que desarrollaban en las ECA destacan la preparación de suelo, el manejo agronómico del cultivo como podas, conducción de guías, fertilización, la producción de plantines, uso de sistemas de riego y la preparación de abonos orgánicos.
César Rolando Mejicano Cruz, extensionista del CENTA, en San Miguel, quien brinda la asistencia técnica, afirma que “en las ECA, reuníamos alrededor de 25 a 30 productores, de los cuales la mayor parte ha construido sus propias casas mallas y sus invernaderos para la producción de plantines y todos están produciendo y obteniendo ganancias con las tecnologías implementadas”.
La mayoría de casas mallas son de 900 metros cuadrados y son construidas con madera, muy pocas de metal, porque la madera hace que disminuyan los costos de las casas y sea más accesible a los productores.
Para producir hortalizas en este tipo de estructuras es muy importante la preparación del suelo desde un mes antes de la siembra, la cual consiste en incorporarle materiales orgánicos como estiércol de bovino, gallinaza, granza, carbón; además de la formación de camellones y la aplicación de cal, esta última con el objetivo de bajar la acidez del suelo y desinfestarlo.
Este fortalecimiento técnico a los productores forma parte de las acciones que realiza el Ministerio de Agricultura y Ganadería, a través del CENTA, con el objetivo de incrementar la producción de alimentos con una asistencia técnica oportuna, que a su vez fortalecen la soberanía y seguridad alimentarias de la población salvadoreña.
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