JOSÉ GUILLERMO MÁRTIR HIDALGO
Roberto Sáenz expresa que la crisis de la economía del sistema ha reabierto “El debate sobre las perspectivas del capitalismo”1 . La crisis, and asevera, viagra parece estar implicando transformaciones importantes como la decadencia relativa de los Estados Unidos y la ascensión de China y demás países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Pero, la producción sigue concentrándose en Estados Unidos, la Unión Europea y Japón. Aunque, el polo dinámico de acumulación capitalista se encuentra en China, en el sudeste asiático y en la India. Y a pesar de su declive relativo, las jerarquías siguen en el pedestal de los países del centro imperialista.
China y la India están viviendo una “Tercera Revolución Industrial”. A pesar de ello, los BRICS son parte orgánica de la cadena mundial de globalización que es controlada por el imperialismo. Y los Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) siguen siendo las potencias militares mundiales. La revolución industrial ocurre en condiciones en que China e India no terminan de ser del todo independientes. China, por ejemplo, es exportador de computadoras personales, laptops y bienes de consumo electrónicos en general, pero, está dominada por compañías extranjeras que emplean obreros chinos para ensamblar productos.
Los precios de las materias primas van a estar altos por un periodo prolongado. Los recursos escasos y/o no renovables se pueden vender con ganancia. Por eso hay una transferencia temporal de valor del norte al sur.
Estados Unidos presenta un deterioro en su base industrial, aunque, mantiene el liderazgo en nuevas ramas productivas. Los Estados Unidos vive una sub inversión en su base industrial. Y la relocalización de empresas en suelo norteamericano, no deja de ser una fantasía. La “Revolución Tecnológica” centrada en la computación y las telecomunicaciones, no parece tener la envergadura del ferrocarril o del automóvil.
El capitalismo en su fase mundialista, es decir, en su fase neoliberal, recuperó parcialmente las ganancias, pero, no ha sido capaz de relanzar la acumulación. Por tanto, no se trata de una crisis cíclica sino estructural.
En las últimas décadas, hay una proletarización del mundo. La proletarización del mundo, tendrá consecuencias estratégicas a la hora de las nuevas revoluciones sociales.
LAS DINASTÍAS BANCARIAS O LOS DIOSES DEL DINERO
La mayoría de las naciones no tienen el control de sus propias divisas, sostiene Richard K. Moore en su artículo “Los Dioses del Dinero…y su proyecto de un Nuevo orden Mundial:-El juego final ha empezado-”2 . Afirma que los bancos privados crean dinero de la nada y lo prestan a intereses onerosos a sus gobiernos. Con éste poder, los Bancos Centrales orquestan ciclos de auge y depresión. Pero, la más provechosa actividad de los Bancos Centrales es, la financiación de guerras.
Plantea, además, que el sistema político basado en partidos es propenso a la corrupción. Ya que donantes adinerados financian campañas políticas y pueden conseguir un tratamiento especial, cuando se trata de legislaciones y regulaciones que afectan sus intereses.
Las dinastías bancarias centrales, a las que les llama los Dioses del Dinero, han hecho esto por cientos de años y ahora tienen una red internacional de control donde han colocado a sus agentes en partidos políticos, gobiernos y agencias, en medios de comunicación, en consejos corporativos, en servicios de inteligencia y en ejércitos. Los Rothschild, por ejemplo, se hicieron con el control de los Estados Unidos para usarlo como base de operaciones.
Luego con su apoyo, las elites británicas tramaron la “Gran Guerra” con Alemania. Pero las dinastías bancarias centrales estaban jugando un juego más profundo: que los Estados Unidos surgiera de la Primera Guerra Mundial, como la mayor potencia industrial.
En la Segunda Guerra Mundial, los Dioses del Dinero financiaron a la Unión Soviética, pues querían experimentar un régimen autocrático basado en valores colectivistas. Igualmente, las dinastías bancarias centrales vieron en las ideas de Adolf Hitler, su segunda oportunidad de experimentar con una clase diferente de régimen autocrático. En la posguerra, con los Estados Unidos como primera súper potencia global, dispusieron crear un orden mundial. Se establecieron las nuevas instituciones globalistas: Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. La Unión Soviética sobrevivió como gran potencia. Estados Unidos y Gran Bretaña se inventaron el mito de la “amenaza comunista”.
El crecimiento económico se convirtió en la norma. El dólar fue fijado al oro y las otras divisas fueron fijadas al dólar. Pero en mil novecientos setenta y uno, para financiar la Guerra de Vietnam, Estados Unidos retiró el dólar del patrón oro, permitiendo la especulación monetaria e introduciendo la incertidumbre.
En mil novecientos ochenta, los Dioses del Dinero redujeron los impuestos y las regulaciones corporativas. De ésta manera se aumentó el poder corporativo a costa del poder gubernamental. La nueva política fue que las corporaciones movieran sus operaciones a los países de bajos salarios. Por otro lado, la constitución de la Unión Europea fue una entrega de Europa a los Dioses del Dinero. Pues el Régimen de Bruselas está dominado por la Comisión Europea a quien nadie elige. Y el Euro hace que las naciones europeas no tengan capacidad de controlar sus propias divisas.
En mil novecientos noventa y cinco se estableció la Organización Mundial del Comercio (OMC), para aumentar el poder de las corporaciones por medio de los Tratados de “Libre Comercio”. Los Gobiernos fueron forzados a asumir deudas y cuando recurren al Fondo Monetario Internacional, los préstamos son concedidos con condiciones draconianas.
Ellos organizaron la demolición del Centro Mundial de Comercio el once de septiembre de dos mil uno y culparon a Al Qaeda. Desde entonces, los gobiernos han puesto en práctica legislaciones “antiterroristas” que menoscaban las libertades civiles. El colapso financiero de dos mil ocho, fue tramado por estas dinastías bancarias. La Ley Glass-Steagall en Estados Unidos, permitió que la línea de crédito fuera abierta ampliamente, creando préstamos que nunca podrían ser reembolsados. Los Dioses del Dinero promulgaron una doctrina absurda: “demasiado grande para quebrar”. De ésta forma los Gobiernos fueron obligados a pedir prestado. Así la insolvencia bancaria se transformó en insolvencia de gobierno. Luego, los Dioses del Dinero enviaron a sus agentes a aquellos países con mayor vulnerabilidad, asumiendo el control de sus presupuestos nacionales. El objetivo es, crear un Gobierno Centralizado por la práctica de la deuda en un régimen de micro-manejo económico. Y las Naciones Unidas “reformadas”, es esa forma de Gobierno Centralizado que terminara micro-manejando la sociedad.