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El negocio de la basura

José Acosta

De acuerdo al Ministerio de Medio Ambiente, en El Salvador se producen 3,400 toneladas de basura al día, de estas unas 2,000 toneladas son depositadas en el relleno sanitario propiedad de la empresa Manejo Integral de Desechos Sólidos, MIDES. Su construcción inició en 1997 y en mayo de 1999 comenzó a operar. El proyecto inicial comprendía la instalación y funcionamiento de plantas de compostaje, plantas de reciclaje y relleno sanitario para la disposición final; no obstante, en la marcha toda la propuesta se redujo al relleno sanitario.

Actualmente MIDES presta el servicio a 102 municipalidades y la tarifa por tonelada de desechos recibida ronda los $23 dólares, en la mayor parte de los casos las municipalidades han protestado, no solo por el alto precio de la tarifa si no también por otros inconvenientes, por ejemplo la falta de inversión en el mantenimiento de la única calle de acceso al relleno, la poca agilidad para permitir la descarga de los camiones o los retrasos en el pago de utilidades al Consejo de Alcaldes del Área Metropolitana de San Salvador, propietario del 10 % de las acciones de la empresa.

En 20 años de funcionamiento este negocio de la basura, ha generado ingresos millonarios, solamente la alcaldía de San Salvador está pagando una factura mensual de $423,000. Entre mayo de 1999 y octubre de 2017 pagó un total de $70.8 millones, por su parte la municipalidad de Soyapango pagó en el mismo periodo un monto de $23.5 millones. Uno de los secretos para que sea un negocio lucrativo es que MIDES logró que las municipalidades firmaran un contrato que les obliga a entregar la totalidad de los desechos sólidos recolectados.

Un contrato de esta naturaleza es una estafa a las municipalidades y a la población, que en definitiva es quien paga los servicios de disposición final, porque al establecer la obligatoriedad de llevar todos los desechos al relleno sanitario, no hay opción para el desarrollo de programas de compostaje y reciclaje; no hay estímulos para la reducción de la basura, más bien se promueve la generación. Por ejemplo la municipalidad de San Salvador entrega a MIDES 80 toneladas diarias de desechos orgánicos, las cuales perfectamente pudieran ser compostadas lo que reduciría costos para la municipalidad y además tendría un impacto positivo en el medio ambiente, pero el contrato no permite esta alternativa.

Afortunadamente la totalidad de estos contratos finaliza en mayo de 2019, pues fueron firmados para un plazo de 20 años. Lo más seguro es que la mayoría de alcaldes terminará por renegociar su contrato, pues la ley obliga al tratamiento de los desechos sólidos y fuera de MIDES las opciones son casi inexistentes.

Sin embargo, todas las municipalidades que utilizan los servicios de MIDES deberían negociar en bloque, buscando reducir lo más posible los costos por disposición final de los desechos, en ciudades latinoamericanas, similares a las nuestras, el costo por este tipo de servicios no sobrepasa los $10. Otro asunto que se debe negociar es que el cobro sea por volumen y no por peso como actualmente se hace, ya que durante la época de invierno los desechos empapados de agua duplican y hasta triplican su peso.

Pero lo más importante, en un nuevo contrato, es eliminar las cláusulas que obligan a entregar la totalidad de los desechos recolectados e iniciar sin más demora verdaderos programas educativos para evitar la generación de basura, así mismo programas de reciclaje y compostaje.

Un estudio realizado por la alcaldía de Mejicanos, demostró que es posible compostar y reciclar el 75 % de los desechos que genera el municipio, de esta forma se tendría un impacto sustancialmente positivo en las finanzas de las municipalidades, en la salud pública y en el medio ambiente.

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