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El “número de Dunbar” y el “número de Montes”

Luis Armando González

                                    Dedico este texto a la memoria del P. Segundo Montes, en el 35 Aniversario de su asesinato

En los ambientes científicos, decir el “número de Dunbar” es hablar de algo conocido. Se trata, aunque lo abordaré más adelante con cierto detalle, de la cifra que, según el psicólogo evolutivo Robin Dunbar, indica el rango máximo de relaciones de amistad efectivas que un individuo puede tener en un momento determinado: 150. Del “número de Montes” no tengo noticia que se haya hablado en algún lugar; de ser así, sería yo el que estaría acuñando la expresión.

¿A qué me refiero con ello? Para comenzar lo atribuyo al P. Segundo Montes (1933-1989), el sociólogo asesinado en El Salvador –junto con otros compañeros también jesuitas como él— en noviembre 1989. Pues bien, en sus clases de sociología –y es probable que esto esté anotado en alguno de sus artículos o libros— Montes solía decir que para evaluar el daño que sufre una persona (por represión o por pobreza) siempre hay que multiplicarlo por 4 o por 5, en tanto que siempre se encuentran 4 o 5 personas afectadas por lo que le sucede a ella. El sociólogo jesuita destacaba, ante todo, la relación del individuo con sus progenitores y, en segundo lugar, la relación de aquél con al menos un hermano (o hermana) o con su pareja, con la cual podría haber procreado un hijo (o una hija).

La primera relación suma a tres integrantes, en tanto que la segunda suma dos o tres (al individuo ya sea en relación con uno o dos hermanos o ya sea en relación con su pareja y, si se da el caso, con al menos un hijo. Se trata de números mínimos que, al sumarlos, redondean el 5. Es lo que yo llamo el “número de Montes”, el cual, si se visualiza su significado sociológico, tiene tremendas implicaciones a la hora de interpretar el alcance de las decisiones políticas o económicas cuando se las dimensiona en sus repercusiones sociales.

Como el “número de Dunbar” se refiere al máximo de relaciones de amistad que alguien puede tener, quizás, en el caso del planteamiento de Montes, sería mejor usar la expresión “número mínimo de Montes”; pero la dejo tal cual se me ocurrió la primera vez. Y ello porque Segundo Montes –hasta donde sé— no hizo un cálculo semejante al realizado por Robin Dunbar, quien, además de un “círculo máximo de amistad”, identificó un “círculo mínimo de amistad”, además de los círculos de amistad existentes entre uno y otro.

En efecto, Dunbar realizó un recorrido desde el “número de Dunbar” (150) hasta el número mínimo de vínculos de amistad que una persona puede tener. Sería algo así como el “número mínimo de Dunbar”. Para mi sorpresa, este número es el 5. Y al igual que como hizo para calcular el primero, para este último Dunbar realizó un enorme esfuerzo de investigación, contando con el apoyo de distintos equipos de trabajo, para recabar toda la información que le permitiera llegar a la determinación de este primer eslabón (círculo) de lo que él denomina “los círculos de la amistad”.

En éstos, el primero es, precisamente, el formado por 5 integrantes, entre los cuales hay unos lazos de amistad intensos (“amigos íntimos”), el siguiente de 15 miembros (“grandes amigos”), seguido del de 50 (“buenos amigos”) y por último el de 150 (“simplemente amigos”)[1]. Asimismo, según Dunbar, los círculos se integran uno con el otro; y también fuera del círculo de amistad de 150 se extienden tres círculos más: de 500, 1500 y 5000 (siendo este último el de las “caras conocidas”)[2]. A continuación, presento la “amistad en círculos” tal como la visualiza Robin Dunbar[3]:

“En el estrato de 15 amigos ya habíamos dicho –señala Dunbar— que se encontraba el círculo de confianza. El de 5 parecía ser el grupo de apoyo: el pequeño conjunto de personas a las que podemos pedirles cualquier favor o consejo; a esos amigos los llamo también el ‘paño de lágrimas’. En el de 15 es donde están las personas con las que tienes más trato, aquellas que invitas a cenar a casa, a ir al cine o a tomar unas copas. Me inclino a pensar que el de 50 es el estrato de amigotes: aquellas personas que invitas a una barbacoa el fin de semana, a un cumpleaños o a un aniversario. El estrato 150 es el de las bodas, primeras comuniones y funerales: esas personas que acudirían a las ceremonias que se celebran una sola vez en la vida. En él lo más probable es que se incluyan los hijos de tus mejores amigos”[4].

Dije antes que me llamó la atención que el “número mínimo de Dunbar” (referido al “primer círculo de amistad”) fuera el mismo que el “número de Montes”, es decir, 5. Estoy convencido, desde lo que he leído de Robin Dunbar y por cómo reconoce los aportes de sus colegas, que le daría satisfacción saber que un sociólogo jesuita llegó, en una universidad de Centroamérica, a un número tan significativo para él.

Claro está que los dos números no se refieren a lo mismo: el de Dunbar hace referencia a las relaciones de amistad y el de Montes a las de parentesco. Pero ambos resaltan que hay un círculo mínimo de personas a las que cada individuo está ligado intensamente en los afectos y no sólo eso: la suerte, felicidad, infelicidad, bienestar, desdichas, fracasos y logros de cada individuo no sólo son suyos, sino que son también los de quienes forman parte de esos dos círculos mínimos a los que aquél pertenece.

Montes decía –como ya anoté— que cuando una persona sufre daño ese daño se tiene que multiplicar por 5. Gracias a Dunbar sabemos –o deberíamos saber— que en realidad la multiplicación debe hacerse por 10, pues el dolor, los abusos y la desolación no sólo afectan a quienes las padecen directamente y sus parientes cercanos, sino también a esos amigos que son como hermanos.

Quienes por doquier celebran y aplauden los agravios padecidos por otros hacen gala de una insensatez que o bien descansa en una ignorancia radical o en una bajeza moral incurable o en ambas cosas a la vez. No se percatan –y si lo hacen no les importa— de que probablemente se estén gestando, delante de sus narices, dinámicas sociales impredecibles debido a afectaciones a grupos sociales que no están en la mira de sus cálculos.

Alcalá de Henares, 4 de noviembre de 2024

[1] Robin Dunbar, Amigos. El poder de las relaciones más importantes. Barcelona, Paidós, 2023, p. 82.

[2] Ibíd.

[3] La imagen la obtuve del siguiente sitio: http://ars-uns.blogspot.com/2021/06/cuanta-gente-podemos-conocer-segun.html. Es la misma que aparece en el libro arriba citado (p. 83), pero en inglés. Lamentablemente, no encontré una versión en español.

[4] Ibíd., p. 103.

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