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“EL PADRINO” DE MARIO PUZO (parte I)

«A los dieciséis años, cuando les hice saber a todos mi intención de convertirme

en un gran escritor, mis amigos y familiares se tomaron la noticia con calma,

incluso mi madre. No se enojó. Se limitó a suponer que no estaba en mis cabales»

Mario Puzo

 

 

Antonio Teshcal,

Escritor

En 1969, en Estados Unidos, se publicó la novela protagonizada por la Familia Corleone, El Padrino, una obra que Mario Puzo escribió prácticamente por encargo. El recibimiento que tuvo no fue el esperado por el autor. Se convirtió en la novela más vendida en Estados Unidos, se mantuvo como número uno durante sesenta y siete semanas en la lista del Times neoyorquino, y también fue número uno en Inglaterra, Francia, Alemania y otros, además de ser traducida a veinte idiomas. Tal popularidad hizo que la Paramount Pictures se aventurara a hacer la versión cinematográfica.

Se cumplen cincuenta años de  la aparición de El Padrino, y como toda verdadera obra literaria, sin importar el tiempo, mantiene, dentro de su género, una maestría que cautiva y que salta más allá de la literatura. Los siguientes apartados pretenden hacer una sinopsis del autor y su obra, en un primer momento, y luego un comentario al contenido de la misma.

I. EL AUTOR, LA ESTRUCTURA DE EL PADRINO, Y SU PASO AL CINE

Datos biográficos del autor

Mario Gianluigi Puzo, desciende de inmigrantes italianos que llegaron a América huyendo de la pobreza de sus pueblos, nació el 15 de octubre de 1920, en New York. Uno de siete hijos. Su padre fue guardavías del tren, y su madre –excelente cocinera– era una mujer fuerte que no admitía desdén alguno en sus hijos, a los que daba con una porra de policía si así consentía que lo merecían. Vivió entre la calle treinta y treinta y uno del barrio conocido como Hell’s Kitchen (la cocina del infierno). Desde chico soñaba con ser escritor, pero la pobreza, que condicionaban la forma de pensar de su familia, le hacían creer que era algo difícil, y que la dura realidad de los suyos acabaría por absorberlo. Su madre, analfabeta como el padre, no concebía la idea de tener un hijo artista, y veía con escepticismo que su hijo fuera un gran lector –que visitaba la biblioteca–, pero como todos sus hijos habían desarrollado el gusto por la lectura, no se pronunció contra este hábito, se limitaba a decirle «no corras detrás de la felicidad. Conténtate con estar vivo». De joven, escribiendo una que otra historia, aún creía en que sería escritor, aunque consideraba que ser un gran criminal sería más fácil. Sirvió en la fuerzas armadas durante la Segunda Guerra Mundial, lo cual, a pesar de lo contradictorio, le alegró porque pudo “liberarse” de la vida normal que llevaba (el empleo fijo, la madre, la familia, la novia y futura esposa… el deber), para él la marcha a la guerra fue vivir una aventura, llena de mujeres, alcohol, dinero, compañeros interesantes, viajes y poco trabajo. Y es que por sus problemas de visión nunca fue puesto en combate, y le delegaron trabajo administrativo. A pesar de todo, Puzo recuerda su niñez como su mejor y mayor sueño, y finalmente vio a los suyos –sus padres y demás inmigrantes italianos– como verdaderos héroes, seres que luchaban sin descanso y que no podían permitirse el lujo de soñar, concentrados en su supervivencia. Se casó con Erika Lina Bröske con quien tuvo cinco hijos. Estudió Ciencias Sociales en la Universidad de Columbia. Antes de lograr la celebridad, trabajó como editor en publicaciones para adultos, a la vez que publicaba historias en revistas neoyorquinas. Aficionado al tenis y las apuestas, y huidizo a las entrevistas, Mario padeció de diabetes, y en 1991 fue operado del corazón. A los 78 años, Mario Puzo murió en Long Island el 2 de julio de 1999 a causa de un paro cardiaco.

Entre sus novelas se encuentran: La arena sucia (1955), La Mama (1965), Seis tumbas en Múnich (1967), Los tontos mueren (1978), El siciliano (1984); y las publicadas de forma póstuma: El último Don (1996) y Omertà (1999). El Padrino (1969) sería la obra que lo consagraría, y el cual le permitió ingresar al mundo cinematográfico como guionista, obteniendo así un premio Oscar, y otro más por el guión de una segunda parte. Repitió su trabajo como guionista en una tercera entrega del film, además de trabajar en otros proyectos, como Superman I y II entre otras películas.

La estructura y los hechos de El Padrino

La novela consta de nueve partes, las cuales dentro de su estructura tienen divisiones numeradas de forma correlativa a lo largo de la historia. Se distribuyen de la siguiente manera: Primera parte: 1-11; Segunda parte: 12-13; Tercera parte: 14; Cuarta parte: 15-19; Quinta parte: 20-22; Sexta parte: 23-24; Séptima parte: 25-29; Octava parte: 30-31; Novena parte: 32.

A su vez, dentro de estas divisiones existen apartados que son utilizados por el autor para hacer contrapunto a la historia. De tal manera que cuenta un suceso desde el ángulo de algunos personajes, o hasta donde los personajes presencian la acción ahí desarrollada, y utiliza el contrapunto para describir la misma acción desde el ángulo de otros personajes, o hasta donde estos otros personajes la han presenciado. Luego sigue la secuencia de la acción con el desempeño de estos personajes en otra escena paralela. Así urde los eslabones de un panorama mucho más amplio. No se limita a abordar solo la acción, importancia tiene la psiquis y los antecedentes del personaje desde donde se narra. Logra así mayor dominio de los hechos, de la personalidad y las conductas que toman los personajes, lo que permite identificar el sitio de cada uno dentro del universo narrativo, en la Familia y la mafia.

Primera parte (1:13-213). Esta parte es la más extensa, y se ocupa de desarrollar a los personajes que prevalecen en lo largo de la historia, describiéndolos física y psicológicamente unos más que otros: Vito Corleone (Padrino, Don, Jefe de la Familia) y sus hijos: Santino (Sonny), Freddie, Michael (Mike), Connie, y Tom Hagen (hijo de crianza y consigliere); Johnny Fontane (ahijado de Vito), Clemenza y Tessio (los caporegime), Kay Adams (pareja y segunda esposa de Mike), Carlo Rizzi (esposo de Connie). Otros personajes importantes, algunos de los cuales aparecen en esta primera parte, otros más adelante, son: Genco Abbandando (primer consigliere de la Familia), Virgil Sollozzo (traficante de drogas, aliado de la Familias Tattaglia y Barzini), Luca Brasi (sicario de los Corleone), Don Tomasino (amigo de Vito), Apollonia (primera esposa de Mike), Rocco Lampone y Albert Neri (sicarios de la Familia Corleone), entre otros.

Esta primera parte deja establecida, a grandes rasgos, la organización compleja y completa, y el poderío, de la Familia Corleone, y sobre todo la cabeza de la Familia, el Don: Vito Corleone. Este personaje es ampliamente celebrado desde los diálogos hasta en la psicología de los personajes, y no es para menos, se trata de un hombre que en resumidas cuentas es: inteligente, generoso, severo, cuidadoso, leal, respetuoso, y aunque suene contradictorio en un mafioso: es justo y hombre de palabra, y de valores morales tradicionales; amado y admirado por su familia, y respetado y temido por su adversarios. Muestras de ello son los delirios de Genco Abbandando, consigliere y amigo del Don, que en su agonía le cree más poderoso que la misma muerte, y en esta escena con el enfermo es también cuando el Don muestra su mayor humanidad al llorar con el moribundo. Su bondad queda expuesta en la historia de Tom Hagen, que acabó por ser parte de la familia con un trato inclusive más diligente que el Don dio a sus hijos. El solo recuerdo del rostro de su protector le devuelve la seguridad al ser despertado por las pesadillas. Él, a pesar que tenía el libre albedrío de ejercer la abogacía a su antojo, y lejos de los negocios de la Familia, quiso trabajar para el Don, logrando tal diligencia a punto de ser el consigliere a pesar de no ser ni siciliano, ni siquiera italiano, algo inconcebible para una Familia.

La narración inicia mientras se desarrolla la boda de Carlo Rizzi y Connie. La acción de esta primera parte gira en torno a la propuesta de Virgil Sollozzo, sobre el negocio de las drogas, que resulta en una negativa por parte del Don, lo cual deriva en el atentado contra él y la consecuente zozobra ante el intento fallido. Especial atención merece ver como la psicología de un Michael Corleone se transforma, pasando de un joven que, desinteresado por mezclarse con los negocios de la Familia, se siente tan americano y “correcto” –al punto de ser veterano de guerra condecorado– para luego sentir que ha pasado una vida demasiado cómoda. Viendo a su padre hospitalizado, y en riesgo de ser atacado nuevamente, desea ahora ser la pieza clave en un hecho que detonará la medición de poder a través de una guerra de mafias.

Hechos que merecen atención son la muerte de Genco Abbandando, que permite a Tom Hagen ascender como hombre de confianza; y la aparición de Johnny Fontane, que protagonizará la segunda parte. Una Kay fielmente enamorada de Michael también aparecerá en escena, descrita como una chica moderna para su tiempo y que parece no creer como son en realidad los Corleone, y menos su amado que debe marchar al exilio tras asesinar a Sollozo y al capitán McCluskey, responsable del ataque contra el Don, y su guardaespaldas, respectivamente.

Segunda parte (1:217-264). Se enfoca en Johnny Fontane, en su vida y la vida en Hollywood, su relación con sus hijas y su primera esposa, su incursión como productor de películas –cosa que hará gracias a su Padrino–, y cómo ayuda a un amigo y también ahijado del Don, Nino, llevándolo al Hollywood del que éste quedará completamente desencantado al ver toda la pobreza humana tras el encanto de la gran pantalla. Esta parte culmina con Johnny ganado el Óscar como actor en la película de Woltz, papel que le fue negado por el productor, pero que tras ser testigo de la capacidad de Don Corleone de estar tan cerca de él como nunca lo sospechó, le entrega el papel a todo desgano. El triunfo por el Oscar, como cualquier otro comercio, será un gane producido bajo circunstancias nada casuales.

Tercera parte (1:267-311). Narra el origen de Vito Andolini, un niño de doce años que debe marcharse de su natal Corleone, huyendo de los asesinos de su padre y su hermano, los cuales lo buscan para eliminar cualquier probabilidad de venganza contra el jefe mafioso a quien su padre había “ofendido”. Vito llega a Estados Unidos y se establece en el conocido barrio de Hell’s Kitchen de Nueva York, bajo la protección del padre de Genco Abbandando.

El ahora nombrado Vito Corleone, ya adulto, se queda sin empleo por acción de una mafia representada por un tal Fanucci. Conoce al “alegre Peter Clemenza como el melancólico Tessio” (1:273), que ya se mueven en el mundo del hurto y el robo, y la confianza que les inspira los vuelve amigos. Ya que Vito está desempleado acepta su propuesta de entrar al negocio. Decisivo en la vida de Vito es el asesinato de Fanucci. El cálculo, la frialdad, pero sobre todo la inteligencia, hacen que Vito sea cada vez más visionario, luego de ese incidente se convertirá en un “hombre de respeto” que sabe cuándo, cómo y dónde actuar para sacar el mejor provecho.

Su imperio comienza con el contrabando del aceite de oliva, el cual venden, a la buena o a la fuerza, hasta lograr el monopolio. La imposición de la ley seca en Norteamérica le permitirá consolidarse con el tráfico de licor. El poder económico amasado entonces lo lleva a moldear su estructura organizativa de la misma forma en que se organiza una milicia. Sus negocios avanza luego hacia el juego y las apuestas, lo que hace que tenga un roce con Al Capone, situación de la que sale triunfal y más fortalecido. Y así Vito va agrandando su poderío sobre otros negocios… quizá el aspecto más sobresaliente es su buena cabeza. Como patriarca va haciéndose de poder no solo con la fuerza, sino sembrando “amigos”, los cuales ante su generosidad no tienen alternativa que ser leales al Don, que como un líder se adelanta al tiempo, sabe que manteniendo el orden logrará mayores frutos, y entonces, con la palabra y las armas, logra la paz entre la Familias más poderosas del hampa, consagrándose como un hombre de negocios.

Esta parte deja ver que la novela inicia in media res, pues la paz sembrada hace años acaba con la llegada de Sollozo. Otros hechos, como el primer atentado contra el Don, la formación de Sonny como un joven agresivo y cruel, el ingreso de Mike al ejército, y la Segunda Guerra Mundial, serán temas transversales, unos más desarrollados que otros.

Cuarta parte (1:315-372). La narración inicia con Kay Adams siendo abordada por policías en su propia casa, le dirán que Michael es el asesino de McCluskey y Sollozo. Ella no lo cree. Al ir a casa de los Corleone intuirá la verdad. Luego se da protagonismo a Carlo Rizzi y su vida marital con Connie, quien sufre físicamente la frustración de Rizzi por ser un segundón en el que los Corleone no confían.

Aquí se retoma la narración de la primera parte. El Don, convaleciente aún, vuelve a casa, mientras que el asesinato de McCluskey ha hecho que la policía se vuelva intolerante a los negocios de las Familias, sin embargo el tono baja a medida que McCluskey es cada vez más expuesto como un corrupto, no solo de sobornos derivados del juego y el contrabando, sino del negocio de las drogas y asesinatos por extensión, lo cual es intolerable para la moral que parece envestir una policía solo acostumbrada a cohecho.

Con Sonny al frente, la guerra entre la Familia Corleone y las demás Familias estalla, y el periodo de paz por el que han pasado –diez años desde la guerra que consolidó al Don– parece haber “debilitado seriamente las cualidades combativas de los caporegime, Clemenza o Tessio” (1:346). Hagen no es un consigliere de guerra, y con el Don aún débil, la situación se vuelve difícil.

Cuando la narración llega a describir el negocio funerario de Amerigo Bonasera, advertimos que ha trascurrido un año de guerra, Sonny se ha reafirmado como un hombre cruel y violento, pero incapaz de poderse razonar con él. El aparente avance de los Corleone sobre el resto de Familias, medido por una disminución de los ataques, es roto tajantemente con el asesinato de Sonny. Llegado ese momento, Bonasera deberá devolver el favor que debe al Don, reconstruyendo al hijo acribillado, y el Padrino deberá tomar nuevamente el control aún convaleciente.

Quinta parte (1:375-436). Don Vito Corleone toma el control de la Familia y convoca a las Familias más poderosas. En la reunión hace gala de sus dotes de negociador, y con un discurso lúcido, propio de un monarca sabio y poderoso, propone la paz. Una paz nada desinteresada a pesar de las pérdidas económicas que pueden representar las acciones que lleven a que todo vuelva a ser como antes, inclusive el aprobar el negocio de los narcóticos que proponía Sollozo. El principal objetivo del Don es garantizar el regreso de Michael. Asimismo se entrevé su intención de preparar su retiro, un retiro gradual y lleno de precauciones.

Llama la atención como se introduce en escena al clan Bocchicchio, haciendo una rápida pero efectiva descripción de esta Familia italiana. También habrá maestría en describir en poco más de tres páginas la vida, pasión y muerte de Felix Bocchicchio, miembro renegado del clan que acaba acorralado por los antecedentes de su Familia, y que finalmente le orillan a actuar con la ira que caracteriza a los suyos. Su irrevocable condena a muerte por asesinato será el vehículo perfecto para limpiar el nombre de Michael, echándose encima la responsabilidad del asesinato de McCluskey y Sollozo, a cambio de que los Corleone aseguren el futuro de su esposa e hijos.

Finalmente el personaje de Lucy Mancini tomará casi la mitad de esta parte, la cual ahora goza de la protección de los Corleone, y parece haber encontrado otro amor en el doctor Jules Segal, en Las Vegas. Johnny y Nino, amigos de Lucy, aparecerán y Johnny será diagnosticado de nódulos en la garganta por el doctor Jules.

Sexta parte (1:439-478). Continúa la primera parte desde la perspectiva de Michael Corleone, su llegada a Italia bajo la protección de Don Tomasino, y su fulminante enamoramiento hacia Apollonia Vitelli, mal al que los lugareños llaman “rayo”. Es una parte descrita con un sensualismo primitivo que mezcla el candor y la lujuria. El panorama que se describe es desolador, de una tierra dominada por mafiosos, donde las personas están sumisas a la ley omertà, que implica silencio ante el actuar de la mafia bajo toda circunstancia so pena de muerte.

Michael pasa custodiado por Calo y Fabrizzio, sin que ellos tengan claro quién es él. Su presencia despierta sospechas entre los lugareños, mientras tanto Don Tomasino debe lidiar con los criminales del lugar, viéndose, incluso, peligrado. Michael se casa con Apollonia, y su matrimonio llama aún más la atención de los habitantes. Después de meses, la noticia de la muerte de Sonny le es comunicada a Don Tomasino. Para entonces la seguridad de Michael parece insuficiente, a tal punto que el mismo Don Tomasino se siente inseguro, así que éste decide enviarlo lejos. Fabrizzio, traidor, prepara un atentado contra Michael, pero es Apollonia y Calo quienes resultan muertos, y Michael queda inconsciente por casi una semana debido al ataque. A pesar del saldo trágico, Michael ahora está más seguro, porque todos creen que ha muerto. Todo indica que las hostilidades contra Don Tomasino se debían precisamente por su presencia.

Una oscura historia de Luca Brasi será contada por una partera anciana, una historia que Michael desconocía pero que sabía que existía y que nadie quería contarle, la historia que lo une en lealtad con su padre. Michael, ahora viudo, parece un hombre más decidido a seguir el camino de su padre cuando, tras despertar del ataque, le dice a Don Tomasino: “Diga a mi padre que quiero regresar a casa. Y dígale también que quiero ser su hijo” (1:477).

Séptima parte (1:481-559). Desde el exilio de Michael, Kay Adams llama por teléfono a la señora Corleone con regularidad y siempre recibe la misma respuesta: “Eres una buena chica, pero debes olvidarte de Michael y buscar un marido que te convenga” (1:481). Han pasado casi dos años, Kay Adams ha terminado la universidad y es maestra. Luego de un largo periodo de faltar a sus llamadas decide telefonear a la señora Corleone, entonces se entera que Michael lleva seis meses desde su regreso a New York. Visita la casa de la familia en Long Beach, y a pesar de que la noticia la ha desconcertado, dejado sinsabores y dudas, acaba por entregarse a un Michael que ahora parece mucho más frío, y el cual no niega ser el asesino de McCluskey y Sollozo, porque, como le asegura: “me vi moralmente obligado a luchar por mi familia” (1:490). Le propone matrimonio, y le expone que los negocios se volverán legales en poco tiempo, tiempo en el que le advierte que todo será difícil.

La narración continúa con el protagonismo de Johnny y Nino, el primero, ganador del Oscar, se ha convertido en un exitoso productor de películas, mientras que el segundo es ahora un cantante y actor en ascenso. Sin embargo la fama parece haber afectado a Nino, quien además de diabético, pasa por una depresión que lidia con la bebida y el juego, Johnny, en cambio, es un hombre mucho más sobrio. Ha transcurrido tiempo desde que se operó de nódulos en la garganta, y su voz, aunque afectada, parece cantar lo suficientemente bien.

Michael y Kay llevan ya dos años de casados, tienen un hijo y esperan el segundo. Michael viaja a Las Vegas, a visitar el hotel de Moe Greene, donde la Familia tiene inversiones, y donde han pasado Freddie, que se ha convertido en un play boy mal visto por su padre, y Lucy, que está por casarse con el doctor Jules. Tom no es más el consigliere, Michael está al frente de los negocios de la Familia y Al Neri es su guardaespaldas. La Familia piensa en trasladarse a Las Vegas en pocos años, y quiere comprar el hotel de Moe, quien finalmente no acepta. Nino muere de una hemorragia cerebral. Moe es asesinado, tras lo cual Al Neri debe ir de vacaciones. En casa hay planes que prevén una lucha, una lucha frontal que ni los caporegime Clemenza y Tessio saben, pero Tom intuye, pues Rocco Lampone –el nuevo hombre fuerte de la Familia– prepara un nuevo regime. Solo Corleone padre e hijo conocen los planes que han trazados.

Han pasado casi diez años desde la boda de Connie, y la casa vuelve a llenarse, pero esta vez es por el funeral de Don Corleone, quien es sorprendido por un ataque cardiaco. Su muerte hace que los planes de la Familia tenga un viro en el tiempo. Sin embargo Michael ya estaba listo para la situación, y después del funeral del Don aconseja a sus caporegime que se mantengan al margen de las provocaciones de los Tattaglia y los Barzini, que se han aliado y creen que el poder de la Familia Corleone está acabado con el Don ya muerto. Michael sabía que el momento de la traición llegaría en este punto, y solo Hagen sabe, pensando como siciliano, la situación que se avecina. El traidor resulta ser Tessio.

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