Gloria Silvia Orellana
@Diario CoLatino
“El Salvador es el segundo país más dependiente de alimentos en Centroamérica, sólo después de Panamá. El Salvador tiene un saldo negativo de más 1,145 millones de dólares, mientras Nicaragua, Guatemala y Honduras tiene saldo positivo en ese mismo rubro agropecuario”, dijo Norma Mejía, de la Mesa por la Soberanía Alimentaria.
“Un Estado incapaz de alimentar a su población, es un Estado fallido”, agregó, en la presentación del Balance del Día Mundial de la Alimentación: El Salvador se encuentra en una Creciente Inseguridad Alimentaria. Las organizaciones que integran la Mesa por la Soberanía Alimentaria se pronunciaron por la “urgencia” de construir desde la institucionalidad gubernamental la “construcción de la soberanía alimentaria”
Las muestras de este comportamiento de “crisis alimentaria”, se vislumbra en las compras de maíz a otros países con la cifra histórica de 791.2 millones de kilogramos (7,9 millones de quintales) que equivalía a 287.1 millones de dólares, afirmó Mejía.
“Esta situación implica tácitamente una política neoliberal de desprotección de la agricultura nacional campesina y a su vez, un mecanismo de apoyo a los grandes importadores de alimentos”, subrayó.
“La alimentación de la población no es prioridad para el gobierno. Menos personas ocupadas en las zonas rurales desde las temporadas (2017-2018), con 99 mil 818 personas menos. Menos áreas cultivadas 29 mil 113 manzanas menos de maíz y 4 mil 30 manzanas menos en el caso del frijol, desde estas temporadas de 2018-1019”, reiteró Mejía
Mejía también se refirió el “aumento galopante”de la Canasta Básica, tras señalar que a principios de 2023 un aproximado de 544 mil personas no alcanzaron a cubrir la canasta básica. Y en la zona rural fueron 242 mil personas, que es un 53% más que en el año 2019.
“El Salvador entró en 2023 a la lista de 1 de los 18 puntos críticos de hambre (WFP org.) en el mundo. En el que es probable que la inseguridad alimentaria aguda deteriore más al país. Para el presente año, 867 mil 900 personas, necesitarán atención humanitaria por inseguridad alimentaria”, advirtió Mejía.
Mientras, Krisia Romero, de la Mesa por la Soberanía Alimentaria, manifestó que el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), ha abandonado la agricultura, pese a los anuncios hechos desde el gobierno sobre el “Plan Maestro de Rescate Agropecuario“, que contó con más de 270 millones de dólares para operativizar actividades y garantizar la producción de un 100% de alimentos que el país consume, pero a la fecha no saben nada de los resultados, pues no ha habido rendición de cuentas.
“La ley de Agricultura Familiar aprobada a inicios de ese mismo año mandata al MAG, a asignar anualmente un presupuesto para llevar a cabo esta ley que es una obligación, pero ni en el año 2021, 2022 y este año se han recibido un centavo de ese presupuesto”, indicó.
“En diciembre del mismo año el gobierno anunció la creación del Programa Repollo, Cebolla y Tomate (RECETO), en Chalatenango con la creación de 600 invernaderos, una inversión de 24 millones de dólares, ¿pero, a dónde están esos millones ahora que no hay hortalizas en el país?”, acotó Romero.
A la situación anterior hay que sumarle el impacto del cambio climático. La Mesa por la Soberanía Alimentaria, con base a informes científicos y técnicos de la Red de Sistemas de Alerta Temprana contra la Hambruna (FEWS NET) , prevé reducciones de al menos el “25% en la producción de susbistencia”. Que resultará en un ensanchamiento de la brecha entre producción y necesidades del país.
Adalberto Blanco, explicó que la Mesa por la Soberanía Alimentaria tiene una propuesta -desde hace muchos años- (2008) se ha solicitado una Ley de Soberanía Alimentaria, pero llevan más 15 años esperando este tipo de legislación que apoye a los productores y productoras campesinas.
“Históricamente, también hemos promovido y exigido la reforma constitucional para incluir el derecho humano al agua y la alimentación, que sería la base jurídica para implementar una serie de políticas públicas en función de ser más resilientes ante este tipo de situaciones”, alegó.
“Recordemos, somos un país multiamenazas, es decir, tenemos sequías, inundaciones, terremotos, huracanes, erupciones volcánicas y otras, entonces, deberíamos estar preparados ante este tipo de fenómenos y ¿cómo lo vamos hacer?, apostándole a la agricultura. Porque un país que no tiene agricultura está en alta vulnerabilidad”, reafirmó Blanco.
Sobre el modelo económico salvadoreño, Blanco consideró que era “insonstenible”, el que se ve reflejado en el conflicto político en el vecino país de Guatemala, que “ha desnudado la precariedad en la que se encuentra la población salvadoreña”, señaló, al afirmar que ante la falta de producción local de alimentos la inseguridad alimentaria se eleva gravemente.
“La crisis en Guatemala pudo haber sido un huracán o un terremoto, pero es una crisis política y no sabemos cuánto durará. Y bien desnudó todas las mentiras de la producción de alimentos salvadoreña. Como medidas específicas pedimos la eliminación del IVA a productos sensibles de la Canasta Básica, y el incremento del salario mínimo que es insuficiente, los precios de hortalizas como la papa la libra está a 2 dólares en el Puerto de la Libertad. Y los tomates a 3 por un dólar y repollos a 1.50 de dólar en algunos casos”, sostuvo. Blanco.
Otro de los problemas identificados por la Mesa por la Soberanía Alimentaria es que las riendas del Ministerio Agricultura y Ganadería, ha tenido en esta administración cuatro ministros, tres viceministros y una viceministra. Para Blanco son ocho funcionarios que no han podido acercarse o guiar las líneas generales del MAG.
“¿Hasta cuándo vamos a esperar para comenzar a construir soberanía alimentaria?, o ¿Qué otra crisis deberemos de enfrentar para frenar y hacer algo real en el país?, como Mesa por la Soberanía Alimentaria, eso planteamos”, acotó.
“Hemos propuesto también los – Sistemas Alimentarios Diferentes-, como la agroecología como medida frente al Cambio Climático; los mercados locales, más allá de la propaganda gubernamental, en donde se tendrían alimentos a la mano para las poblaciones, además de abaratar la adquisición de alimentos para las poblaciones”, reiteró Blanco.
La Mesa por la Soberanía Alimentaria también impulsa en su novena edición el “Festival Raíces” que desarrollarán todo el mes de octubre a nivel nacional a fin de llevar alimentos y experiencias sobre cultivos alternativos.
“Hacemos un llamado al gobierno y ponemos a disposición de las autoridades gubernamentales, el conocimiento de los campesinos y campesinas que producen alimentos a partir de sus experiencias. Y que el MAG, deje el distanciamiento con los productores campesinos y campesinas, más allá de sus spots publicitarios”, apuntó Blanco.
En cuanto a la importación de alimentos que va en detrimento de los productores nacionales, que aumentó durante la pandemia del COVID-19, Blanco reiteró que en la actualidad todos los indicadores que ha verificado apuntan a una “importación de todo”, con ventaja para grandes importadores como la anulación de los aranceles a productos alimenticios de Centroamérica.
“La lógica es importar y lo vimos durante el 2020, más del 300% en importaciones y el año pasado rompió el récord en que más maíz se importó tanto en dinero y cantidad ¿A dónde vamos con esto?, cualquier crisis por más pequeña que sea nos va a afectar.
“La gente está doblando el maíz, para cosechar y no habrá postrera, y la producción de mazorcas son pequeñas e incompletas de granos, y esto tiene que ver con falta de lluvia a principios del año. El pronóstico más consevador es el 25% de pérdidas en granos básicos, pero creemos que podría llegar hasta un 40% en pérdidas”, puntualizó Blanco.
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