Pues bien, les contaré la historia del pájaro “dichoso fui”.
Esta ave muy nuestra de la campiña Salvadoreña es de un color
Amarillo naranja y la cruzan unas cintitas negras, digo su cuerpecito;
Haciendo más bello su contraste y cuando canta entona sus
canciones así: “dichoso fui, dichoso fui” famoso por su canto el
dichoso fui; aquí frente a mi casa se posaba en un árbol de
madrecacao que por cierto de unas flores muy bellas, ahí se pasaba
todas las mañanas a entonar su canción desesperada de amor; dicen
que sufría por amor, que era un amor platónico; con que soñaba y
no había sido correspondido así pues nuestro enamorado soñador;
era poeta y en algunas ocasiones le declamaba cuando llegaba ella;
le recitaba poemas de amor!… en aquellos amaneceres cuando el
astro rey se aparecía como una enorme pelota amarilla naranja,
repartiendo sus pétalos de fuego. Por todas aquellas laderas, y su
melancolía se hacía más y más grande, ella era una alondra y se
posaba frente a él en las ramas de atrás del madrecacao, él la
contemplaba extasiado, pero era tímido para iniciar el dialogo; al
fin se atrevió y le dijo, me llaman llamarada… así me dicen los de
mi especie, permíteme presentarme ¿Tu cómo te llamas?, pregunto,
a lo que ella respondió: mis amigos me dicen flor de fuego…!flor
de fuego ¡Qué bello nombre, él! Déjame cantarte algo y
comenzó a entonar aquella canción que dice así:” no preguntes
nunca como llegue a quererte” mi vida comenzó cuando llegaste tú
¡tarará tarará! ¡Ha dijo ella, que linda canción; linda y bella eres tú
Le dijo y así se entablaba una amistad… que se convertiría en un
Gran amor para él, también le dijo: te he idealizado a través de mis
Versos y te hice este poema; veamos dijo ella declamela, y el
comenzó a decir:
¿Qué tiene tu sonrisa?
¿Qué tiene tu mirada?
¡Que me quema, me hechiza!
Y me envuelve en una llamarada
Y tus alas bellamente cinceladas
De un corte perfecto
Y bellamente labradas
Son dos pétalos de singular tersura
Que con toda tu hermosura
Alondra eres de singular belleza
Mujer por la que suspiro tanto
Cuando vuelas, cuando posas
En las ramas… eres bella
Delos pies a la cabeza.
CARLOS ANDRES VILLACORTA