Ciudad del Vaticano / AFP
Kelly Velásquez
El papa Francisco abrió el domingo el sínodo de obispos sobre la defensa de la Amazonía y sus habitantes con una dura condena de los incendios y los «nuevos colonialismos».
«El fuego aplicado por los intereses que destruyen, como el que recientemente ha devastado la Amazonía, no es el del Evangelio», dijo durante una misa solemne en la basílica de San Pedro.
El papa criticó los «nuevos colonialismos» que «quieren sacar adelante solo las propias ideas, hacer el propio grupo, quemar lo diferente para uniformar todos y todo».
A la ceremonia, con los celebrantes vestidos con hábitos litúrgicos verdes y acompañada de cantos antiguos, participaron más de 200 prelados entre obispos y cardenales, así como numerosos indígenas provenientes de la Amazonía, algunos con sus trajes tradicionales.
«Cuántas veces el don de Dios no ha sido ofrecido sino impuesto, cuántas veces ha habido colonización en vez de evangelización», reconoció el pontífice argentino.
«Dios nos guarde de la avidez de los nuevos colonialismos», clamó al referirse a la historia da esa inmensa y rica región de América del Sur, azotada en agosto por los incendios forestales que provocaron una crisis internacional.
Considerado el pontífice más sensible a los problemas ecológicos tras publicar en 2015 la encíclica «Laudato Sí», el papa argentino quiere movilizar y sensibilizar a los dirigentes del planeta sobre los grandes males de ese enorme territorio, con más de 30 millones de habitantes.
El papa se dirigió a los católicos para que «no se apague el fuego misionero» que para él debe ser «fuego de amor que ilumina, calienta, da vida y no fuego que se extiende y devora», afirmó al abordar uno de los temas más espinosos del encuentro, la evangelización de esos pueblos con culturas muy diferentes.
– «Defender la Madre Tierra» –
«Ayúdanos a defender nuestra Madre Tierra, no tenemos otra», pidió por su parte la misionera indígena brasileña sor Laura Vicuña pocas horas antes de la ceremonia.
La Amazonía abarca nueve países de América del Sur, tiene una superficie de 7,5 millones de km2, en ella residen más de 100 pueblos y es conocida por sus selvas tropicales ricas en biodiversidad.
Detener la deforestación y la devastación de las comunidades indígenas son claves para el movimiento católico de la Amazonía y son los dos puntos de partida de los debates que se iniciarán el lunes en el Vaticano.
En total, 113 «padres sinodales» provenientes de la región panamazónica, además de los obispos de la región junto con expertos, misioneros e indígenas, participarán por tres semanas, hasta el 27 de octubre, a las reuniones convocadas bajo el lema «Amazonía: nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral».
Unos 87.000 indígenas amazónicos fueron consultados sobre las principales amenazas que pesan sobre sus comunidades, acechadas por los que codician el petróleo, el gas, la madera, el oro y sueñan con más extensiones de monocultivos agroindustriales como la soja.
Con ese debate histórico para la iglesia, Francisco quiere dar una respuesta que llama la 2ecología integral», que tiene en cuenta «el clamor de la tierra y de los pobres».
– Bajo las críticas de los ultraconservadores –
La posición del papa irrita al ultraderechista presidente brasileño Jair Bolsonaro, quien sostiene que se trata de pura «psicosis ambiental» y defiende la explotación comercial en áreas de preservación ambiental e indígena.
Las labores del sínodo se basan en un documento de trabajo de 80 páginas, en el que se pide escuchar el grito de la «Madre Tierra», asaltada y gravemente herida por el modelo económico basado en un «desarrollo depredador», «que mata», «saquea», «destruye» y «aniquila», el cual fue calificado de «herejía» por los sectores conservadores.
Los llamados «padres sinodales» debatirán también sobre la posibilidad histórica de ordenar como sacerdotes a hombres casados, muchos de ellos indígenas, un tema que podría desencadenar un cisma dentro de la Iglesia.
«Un error teológico, paganismo», lo calificó el ultraconservador cardenal estadounidense Raymond Burke, mientras otro cardenal conservador, el alemán Gerhard Ludwig Müller, exprefecto de la Congregación para la Doctrina de Fe, sostiene que el sínodo quiere «demoler» las estructuras de la Iglesia.
«Yo rezo para que no haya cismas, pero no tengo miedo», confesó recientemente el papa a los periodistas.
Además de la falta de sacerdotes en las regiones amazónicas, en el encuentro se hablará del papel de las mujeres, un tema delicado que también divide, y de la pérdida a diario de fieles que adhieren a las sectas evangélicas.
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