Ciudad del Vaticano/AFP
El papa Francisco confirmó su voluntad de abrir la Iglesia a las regiones más alejadas de su centro institucional con el nombramiento de 15 nuevos cardenales electores, ask cialis de los cuales tres vienen de Asia, advice tres de América Latina, discount dos de Oceanía y dos más de África.
El domingo, durante la oración del Angelus, Jorge Bergoglio anunció la nominación el próximo 14 de febrero de 20 nuevos purpurados, de los cuales 15 tienen menos de 80 años y podrán, por tanto, votar en caso de cónclave.
Dos días antes de la ceremonia solemne de investidura, el papa examinará junto con todo el Colegio Cardenalicio, convocado para un consistorio, la reforma de la Curia Romana, uno de los mayores desafíos de su pontificado.
De la Curia, equivalente al gobierno del Vaticano, solo ha nombrado como cardenal a uno de sus miembros, el francés Dominique Mamberti, exministro de Exteriores de la Santa Sede.
Cuatro europeos (dos italianos, un español, el arzobispo de Valladolid, Monseñor Ricardo Blázquez Pérez, y un portugués, el patriarca de Lisboa, Monseñor Manuel José Macário do Nascimento Clemente) estarán entre los nuevos cardenales electores.
Pero el papa Francisco ha vuelto a innovar, como ya hizo en febrero de 2014, eligiendo a prelados de diócesis de las que nunca había salido ningún cardenal.
El arzobispo de Rangún, Monseñor Charles Maung Bo, se convertirá así en el primer cardenal birmano de la historia de la Iglesia. Con Monseñor Francis Xavier Kriengsak Kovithavanij, de Bangkok y Monseñor Pierre Nguyên Van Nhon de Hanoi, el papa ha reforzado la presencia asiática en el seno del colegio cardenalicio.
Primer cardenal de Tonga
El obispo de Tonga, Monseñor Soane Patita Paini Mafi, se convertirá por su parte en el primer cardenal proveniente del archipiélago oceánico de Tonga. A los 53 años, será al mismo tiempo el cardenal más joven del colegio cardenalicio.
El año pasado, el papa creó el primer cardenal haitiano de la historia durante su primer consistorio.
Alberto Suárez Inda, arzobispo de Morelia (México), Daniel Fernando Sturla Berhouet, arzobispo de Montevideo, José Luis Lacunza Maestrojuán, obispo de David (Panamá), José de Jesús Pimiento Rodríguez, arzobispo emérito de Manizales (Colombia) y Luis Héctor Villalba, arzobispo emérito de Tucumán (Argentina) representarán el continente latinoamericano.
El portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, ha justificado la ausencia de cardenales estadounidenses y canadienses argumentando que “su número ya era consistente en el órgano y continúa estable”.
África tampoco ha sido olvidada: el pontífice ha nombrado al arzobispo de Santiago de Cabo Verde, Monseñor Arlindo Gomes Furtado, y al de Adis Abeba, Berhaneyesus Demerew Souraphiel.
El papa ha confirmado que no se siente ligado a la tradición de las sedes cardenalicias, que suelen recaer en grandes ciudades, y urbes como Bruselas o Venecia no tienen cardenal en este momento.
El colegio cardenalicio crece con cinco nuevos miembros no electores, nombrados por el papa en recompensa a su trabajo en el seno de la Iglesia.
El próximo 14 de febrero, la asamblea de cardenales pasará a contar con 228 miembros de los cuales 125 son electores en caso de cónclave.
Tras ese consistorio, habrá 34 cardenales electores elegidos por Juan Pablo II, 60 nombrados por Benedicto XVI y 31, por el papa Francisco.
De ellos, 57 provienen de Europa, 17 de Estados Unidos y Canadá, 19 de América Latina, 15 de África, 14 de Asia y 3 de Oceanía.
Con las nuevas designaciones, el pontífice argentino sigue trabajando en la modificación de equilibrios internos del Colegio Cardenalicio, órgano más importante de la Iglesia, al hacerlo un poco menos eurocentrista.
En febrero de 2014, durante el primer consistorio de su pontificado, el papa Francisco nombró a 19 nuevos cardenales, entre ellos, una decena de “la periferia”, según la fórmula que gusta emplear.