A bordo del avión del papa / AFP
Una eventual mediación del Vaticano en la crisis de Venezuela requiere el acuerdo de las dos partes, subrayó el martes el papa Francisco en el avión de regreso a Roma después de una visita a Emiratos Árabes Unidos.
«Las condiciones iniciales son que las dos partes pidan» esta mediación, declaró a la prensa el papa argentino a los periodistas que viajaban con él, y agregó que recibió una carta del presidente de Venezuela Nicolás Maduro, pero que todavía no la ha leído.
«Acercarse a uno y al otro para poner en marcha posibilidades de diálogo. Así funciona en la diplomacia», explicó el papa al recordar que de esta manera en el pasado habían «evitado una guerra» entre Chile y Argentina a finales de la década de los 70.
En 1978, el papa Juan Pablo II logró imponer su mediación entre los dos países vecinos que estaban en entonces al borde de la guerra como resultado de un conflicto fronterizo.
Jorge Bergoglio también recordó que el Vaticano participó de un intento para establecer un diálogo entre el gobierno y la oposición en Venezuela bajo los auspicios del ex presidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero a finales de 2016.
«Pero fue infructuoso», admitió.
«Todavía no he leído esta carta (de Maduro). Y veremos qué se puede hacer», agregó el papa Francisco.
Insistió en que es necesario el acuerdo de ambas partes -«es ese el secreto», dijo»- y recordó que en el Vaticano «siempre estamos disponibles».
Juan Guaidó, de 35 años y jefe de la Asamblea Nacional de mayoría opositora ha sido reconocido presidente encargado de Venezuela por unos 40 países, pero el mandatario Nicolás Maduro cuenta también con apoyos internacionales, como China, Rusia, Cuba y Nicaragua, entre otros, y el respaldo de las fuerzas armadas.
Francisco regresaba de una visita a Abu Dabi, capital de Emiratos Árabes Unidos, que duró menos de 48 horas, la primera de un papa a la Península arábiga. Lo más destacado aparte de una misa multitudinaria, fue la firma, el lunes, de un documento «sobre la fraternidad humana», junto a el gran imán sunita del Instituto egipcio Al Azhar, jeque Ahmed al Tayeb.
«El documento fue preparado con mucha reflexión y rezando (…) Para mí hay sólo un gran peligro en este momento: la destrucción, la guerra, el odio entres nosotros. Y, si nosostros creyentes no somos capaces de darnos la mano, de abrazarnos (…) nuestra fe será derrotada», comentó al respecto.