Por Jean-Louis de la Vassiere
El papa Francisco denunció este viernes en Manila las «desigualdades sociales escandalosas» y proclamó su «rechazo firme a toda forma de corrupción», look en el primer día de su visita a Filipinas.
Hay que «romper las cadenas de la injusticia y la opresión que dan lugar a evidentes -y realmente escandalosas- desigualdades sociales», salve lanzó a las autoridades reunidas en el Palacio presidencial, llamando a una «reforma» de las estructuras sociales.
Es necesario que cada uno proclame su «firme rechazo a toda forma de corrupción que desvía los recursos destinados a los pobres», añadió.
El papa aterrizó el jueves por la tarde en Filipinas, un bastión del catolicismo en Asia minado por la pobreza y la corrupción, para efectuar una visita de cinco días.
El papa llegó al Palacio presidencial en un minúsculo Volkswagen Touran de color azul, y fue aclamado desde las aceras por una muchedumbre entusiasta.
«Ahora, más que nunca, es necesario que los dirigentes políticos se distingan por su honestidad, su integridad y su responsabilidad respecto al bien común», agregó el papa, ante las autoridades políticas y el cuerpo diplomático.
En su discurso, de tono firme, el santo padre llamó al cambio: «La reforma de las estructuras sociales que mantienen la pobreza y la exclusión de los pobres requiere ante todo una conversión del espíritu y del corazón del pueblo filipino», dijo.
«La exigencia moral de garantizar la justicia social y el respeto a la dignidad humana son esenciales para la consecución de los objetivos nacionales», subrayó el obispo de Roma.
Lucha contra la corrupción
Recién llegado de Sri Lanka, el Sumo Pontífice, de 78 años de edad, que tiene un programa extremadamente cargado durante su estadía en el archipiélago, mostraba un semblante pálido y parecía fatigado.
Antes del discurso inaugural de su visita, se había reunido con el presidente Benigno Aquino, quien hizo de la lucha contra la corrupción el elemento central de la campaña electoral que lo llevó al poder en 2010.
Desde entonces, el anterior presidente y tres senadores han sido detenidos, y el propio Aquino orquestó la destitución del máximo responsable del Tribunal Supremo de justicia por corrupción.
Sin embargo, aunque la comunidad internacional ha aplaudido sus esfuerzos, algunos dentro de su país lo acusan de perseguir solo a sus enemigos políticos y no a sus aliados. Y pese a que Filipinas es una de las economías asiáticas con mayor crecimiento, en cuatro años de poder Aquino no ha logrado rebajar las brutales tasas de pobreza que asuelan el país.
La pobreza ha forzado a 10 millones de filipinos a salir del país en busca de una vida mejor.
Alrededor de un cuarto de la población del archipiélago, unos 25 millones de personas, vive con menos de 60 centavos de dólar diarios, según las últimas estimaciones oficiales.
Supervivientes del tifón
El papa recordó que uno de los objetivos principales de su viaje era visitar a los supervivientes del supertifón Haiyan, conocido en Filipinas como Yolanda, que en 2013 dejó 7.350 muertos y desaparecidos.
Francisco puso como ejemplo «la fuerza heroica, la fe y la resistencia que demostraron muchos filipinos» ante el supertifón Haiyan y ante «muchos otros» desastres naturales.
El santo padre se desplazará el sábado a la región de Tacloban, que sufrió las peores consecuencias de la catástrofe, en un país regularmente devastado por fenómenos climatológicos mortíferos.
Tras este primer discurso, el papa visitó en Manila una asociación de ayuda a niños de la calle, que en muchos casos son víctimas de la prostitución y la droga.