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Ciudad del Vaticano / AFP
El papa Francisco, que ha hecho del diálogo con el islam una prioridad, ha visitado varias veces países musulmanes o con mucha población musulmana desde el comienzo de su pontificado, en 2013.
En febrero, se convertirá en el primer papa en visitar la península arábiga con un viaje a Emiratos Árabes Unidos, antes de otro a Marruecos, en marzo.
– Jordania, Territorios Palestinos e Israel –
El 24 de mayo de 2014, el papa fue calurosamente recibido en Amán por el rey Abadalá II y confraternizó con los refugiados sirios.
Al día siguiente, emprendió una peregrinación a Tierra Santa en Belén, en Cisjordania ocupada, y oró en silencio ante el muro de separación con Israel.
Además de los sitios de tradición cristiana, visitó la Explanada de las Mezquitas y el Muro de los Lamentos en Jerusalén, lugares santos del islam y del judaísmo.
– Albania –
El sumo pontífice acudió a Albania el 21 de septiembre de 2014, un país dirigido por una coalición de musulmanes, católicos y ortodoxos, que presentó como un «modelo de coexistencia entre religiones», coincidiendo con el auge del grupo yihadista Estado Islámico (EI), que multiplicaba sus actos en Siria e Irak, al igual que Boko Haram, que hacía lo propio en Nigeria.
«El clima de respeto y de confianza recíproca, entre católicos, ortodoxos y musulmanes, es un bien preciado para el país y adquiere un significado especial en nuestra época», declaró ante cientos de miles de personas en Tirana.
– Turquía –
Del 28 al 30 de noviembre de 2014, el papa visitó Turquía, donde 80.000 cristianos viven entre 75 millones de musulmanes. En la famosa Mezquita Azul de Estambul, repitió la «meditación» silenciosa que realizara su predecesor, Benedicto XVI, ocho años antes, en un gesto de fraternidad con el islam.
Pero su visita acabó siendo un diálogo de sordos político. Al papa, que defiende la alianza de las religiones contra el terrorismo, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan le respondió criticando el aumento de la islamofobia en Occidente.
– República Centroafricana –
Los 29 y 30 de noviembre de 2015, al papa le dedicaron una acogida triunfal en República Centroafricana, un país arrasado por la violencia intercomunitaria.
Durante su estancia, de 26 horas, visitó la mezquita central de Bangui, en el barrio musulmán del PK5. «Cristianos y musulmanes son hermanos», lanzó, instando a decir «no a la venganza, a la violencia y al odio». Bajo los vítores de la multitud, varios musulmanes luciendo una camiseta con una fotografía del papa estampada asistieron a la misa que Francisco ofició en un estadio.
– Azerbaiyán –
El 2 de octubre de 2016, el papa visitó brevemente Azerbaiyán. Describió el país del Cáucaso, mayoritariamente musulmán, como una «sociedad que reconoce los beneficios del multiculturalismo y de la complementariedad necesaria de culturas», y donde las diferentes religiones «instauran relaciones de colaboración mutua y de respeto».
– Egipto –
Francisco efectuó la segunda visita de un papa a Egipto en la época moderna los 28 y 29 de abril de 2017, diecisiete años después de que Juan Pablo II viajara a ese país de 92 millones de habitantes (un 10% de los cuales, cristianos).
Allí, afirmó que la verdadera fe es la que conduce «a vivir la cultura del encuentro, del diálogo, del respeto y de la fraternidad». Visitó la institución sunita de Al Azhar, cuyas relaciones con El Vaticano se habían crispado tras unas polémicas declaraciones del papa Benedicto XVI en 2006, en las que parecía asociar islam y violencia.
– Birmania y Bangladés –
El 2 de diciembre de 2017, el papa Francisco pidió «perdón» a los refugiados musulmanes rohinyás por su sufrimiento «ante la indiferencia del mundo». Hizo estas declaraciones tras haber escuchado la gravedad de los relatos de dieciséis de ellos en Bangladés, donde cientos de miles de rohinyás se han refugiado, escapando de las persecuciones en la vecina Birmania.
El sumo pontífice, que había pasado antes cuatro días en Birmania, exhortó a los budistas a «superar cualquier forma de intolerancia, prejuicio y odio», sin mencionar explícitamente a los rohinyás.
