Por Irakli Metreveli/Olivier Baube
Tiflis/AFP
El papa Francisco pidió este sábado en Tiflis a la pequeña comunidad católica de Georgia que se mantuvieran unidos y se mostraran abiertos hacia la mayoría ortodoxa, a pesar de las tensiones existentes entre las dos iglesias cristianas.
«¿Qué hacer frente a los ortodoxos?», se preguntó el papa argentino ante sacerdotes, seminaristas y representantes católicos georgianos que lo interrogaban en ese sentido.
«Mantenerse abiertos, ser amigos», recomendó el Papa al segundo día de su corta estadía en el Cáucaso, tres meses después de su visita a Armenia.
«Nunca se debe hacer proselitismo con los ortodoxos», lanzó. «Son nuestros hermanos y hermanas, no puedo condenarlos», insistió pidiendo a los católicos «ser amigos, caminar juntos».
«Somos una pequeña Iglesia y cada día experimentamos ser la minoría», había dicho poco antes al Papa, Giuseppe Pasotto, obispo católico georgiano. «A veces, es muy difícil».
Deben ser «sólidos en vuestra fe», respondió el Papa, y para ello hay que tener «la memoria del pasado, el coraje en el presente y la esperanza en el futuro», subrayó.
Por la mañana, Francisco había dicho que llevaba «consuelo» a este «pequeño y amado rebaño de Georgia», durante su homilía en el gran estadio de Tiflis.
«El consuelo que necesitamos, en medio de las vicisitudes turbulentas de la vida, es la presencia de Dios en el corazón», lanzó el papa argentino ante una multitud ferviente reunida en el estadio Meskhi de Tiflis.
El papa Francisco llevó «consuelo» a la pequeña comunidad católica de Georgia en una misa oficiada al aire libre en el estadio de Tiflis este sábado, segundo día de su visita al Cáucaso.
«El consuelo que necesitamos, en medio de las vicisitudes turbulentas de la vida, es la presencia de Dios en el corazón», lanzó el papa argentino ante una multitud ferviente reunida en el estadio Meskhi de Tiflis.
La visita refuerza las relaciones
«Su visita es una gran alegría para nosotros, la pequeña comunidad católica de Georgia», dijo a la AFP Girogi Germanozashvili, católico de 23 años.
La comunidad católica, muy minoritaria en Georgia, uno de los países cristianos más antiguos en donde hoy predominan los ortodoxos (85%), se siente a veces marginada.
Varias decenas de manifestantes se habían incluso congregado el viernes delante del aeropuerto de la capital georgiana para expresar su oposición a la visita del sumo pontífice a tierra ortodoxa.
«Este día es muy importante para los georgianos, sea cual sea su origen», aseguró a la AFP Manana Itonishvili, de 56 años, profesora de historia del arte. «Vine a escuchar esta misa como ortodoxa para expresar mi gratitud hacia el papa», agregó.
La delegación oficial ortodoxa declinó no obstante la invitación a participar en esta misa, signo de la tensión que existe aún entre las dos comunidades.
El papa Francisco agradeció a los «fieles» de la Iglesia ortodoxa presentes en el estadio y no a los «representantes» de esta iglesia como estaba previsto en un principio.
«Estaba claro desde el comienzo que los representantes de la Iglesia (ortodoxa) de Georgia no asistirían a la misa. Desde 1054 (fecha del cisma entre católicos y ortodoxos) no hay liturgia común entre las Iglesias católica y ortodoxa», explicó a la AFP una portavoz de la Iglesia ortodoxa de Georgia, Nato Asatiani.
Pero, agregó, «hay que subrayar que esta visita del papa Francisco reforzará aún más las relaciones entre las dos Iglesias».
El patriarca y catholicós de la Iglesia ortodoxa georgiana, Elías II, aseguró igualmente el viernes ante el papa Francisco que su visita contribuirá a reforzar los lazos entre las dos Iglesias cristianas.
«Guerra mundial» contra el matrimonio
Durante su visita a sacerdotes y católicos georgianos, Francisco hizo una defensa del matrimonio, y pidió defenderlo como «lo más lindo que Dios haya creado».
El papa argentino, interrogado por una madre, denunció que se libra una «guerra mundial para destruir el matrimonio» que no se hace con armas sino «con ideas», afirmó evocando una «colonización ideológica».
«El hombre y la mujer son sólo uno a imagen de Dios» y «hay que hacer todo para salvar el matrimonio», insistió.
«Cuando hay un divorcio, se ensucia la imagen de Dios», agregó considendo «normal» las disputas entre parejas, que necesitan una reconciliación el mismo día ya que, subrayó, «la guerra fría del día después es muy peligrosa».
Esperanza de paz
Muchos fieles presentes el sábado expresaron su esperanza de que esta visita del Papa también aporte paz a la región, acechada por tensiones continuas.
El Papa no hizo referencia en su homilía a la situación en el Cáucaso, pero la víspera ante el presidente georgiano Giorgi Margvelashvi recordó la necesidad de una «coexistencia entre todos los pueblos y los Estados de la región», «condición previa indispensable» para conseguir la paz y la estabilidad.
«Hay partes de mi país que están bajo ocupación extranjera y el mensaje de paz del Papa es muy importante», explicó Manana Itonishvili.
Un 20% del territorio georgiano está bajo control ruso luego de la guerra relámpago de agosto de 2008 en este pequeño país del Cáucaso.
Luego de la misa, el Papa visitó a seminaristas y sacerdotes católicos así como organizaciones caritativas católicas activas en Georgia. Los alentó en su trabajo y homenajeó por su simplicidad, principal mensaje de la Iglesia, como lo recordó este sábado.
«Dichosos los pastores que no se apuntan a la lógica del éxito mundano, sino que siguen la ley del amor: la acogida, la escucha y el servicio», dijo Francisco en su homilía.
Por la tarde, el Papa debe visitar Mtsketa, antigua capital de Georgia, a unos 16 km de Tiflis en donde visitará la catedral, centro espiritual de la Iglesia ortodoxa georgiana.
El domingo llegará a Azerbaiyán, unos tres meses después de su visita a Armenia.