Jesús Bastante/SIGNIS/ALC
Francisco piensa en verde. El primer Papa del Sur dedicará su próxima encíclica -la primera atribuible exclusivamente a él, hospital pues Lumen Fidei, medical firmada por él, es obra de su antecesor- a la ecología y al cuidado del medio ambiente. Se trata del primer texto de este calado -forma parte del Magisterio de la Iglesia, y compromete la infalibilidad papal- escrito por un pontífice.
Su título marca diferencias. Laudato sii (Alabado seas), son las primeras palabras del Cántico de las Criaturas de San Francisco de Asís, considerado el primer texto ecológico -y ecologista- de la historia, donde el fundador de los franciscanos, en pleno siglo XIII, apuntaba los principios que hoy defienden los amantes de la naturaleza.
Y, del mismo modo, Bergoglio retorna al comienzo de su pontificado. Sus primeras palabras en la misa de su coronación giraban en torno a la necesidad de que el hombre dejara de asesinar al planeta y se convirtiera en «custodio de la creación». Y precisamente esta expresión -«Sobre el cuidado de la creación»- es el subtítulo de la encíclica, que verá la luz previsiblemente el próximo 16 de junio.
Al igual que San Francisco hablaba en su Cántico de «El Hermano Sol, la Hermana Luna, la Hermana Tierra», el texto de Bergoglio abordará la urgencia de atacar conjuntamente el cambio climático, el hambre, la desigualdad o el impacto de la deforestación y la esquilmación de los recursos naturales en la vida de los seres humanos, especialmente de los más pobres.
Después de varios meses de rumores -y mucha polémica, especialmente desde grandes multinacionales, que temen una severa condena por parte del Papa Francisco-, y meses antes de que el Papa hable ante Naciones Unidas, el director de la Librería Editrice Vaticana, Giuseppe Costa, desveló el título este fin de semana, durante la entrega del premio Cardenal Michele Giordano en Roma.
«Son muchas editoriales en el extranjero las que se han interesado ya por la publicación de la encíclica en sus países», ha declarado el director de la editorial oficial del Vaticano, en declaraciones a la agencia SIR de la Conferencia Episcopal Italiana.
En el texto ha colaborado un equipo de expertos, liderados por el cardenal Turkson y el teólogo de cabecera del Papa, Víctor Manuel Fernández. Según reveló el teólogo brasileño Leonardo Boff, uno de los padres de la Teología de la Liberación, Francisco le pidió material para la misma. Algo similar ocurrió con los más famosos teólogos especializados en medio ambiente, como Frei Betto o el obispo de la Amazonía, Pere Casaldàliga.
El propio secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, anunciaba hace un mes que Francisco quería presentar su encíclica en la Asamblea General de la ONU, ante la que hablará el próximo 26 de septiembre. Este año, además, se celebran la Conferencia de las Partes o COP 21 de París, donde se analizarán los compromisos para sustituir al fracasado protocolo de Kyoto.
¿Cuáles son los puntos clave de la encíclica? Fuentes que han trabajado con alguno de los textos previos aseguran que el documento papal no solo va a tratar temas propios del medio ambiente, sino también temas relacionados con la tierra, el agua, los alimentos, la pobreza. Francisco también hablará sobre los grupos de poder, las grandes multinacionales que se convierten en «depredadores» del planeta a costa de incrementar la brecha entre ricos y pobres.
Para el teólogo Álvaro Ramis, con Laudato sii el Papa quiere abordar seriamente el cambio climático, uniéndolo con la preocupación por la justicia social. «Francisco ha planteado el tema de los desplazados climáticos», en Asia, África y Latinoamérica, asociando el impacto de la industria en el medio ambiente con la pobreza y los movimientos migratorios. A más pobreza, más desigualdad, y más migración.
«Si destruimos la creación, la creación nos destruirá a nosotros»
«Los países del sur no tienen las mismas responsabilidades que los países del norte y deben tener el apoyo financiero para poder enfrentar estos desastres naturales. Debe existir una política de justicia internacional, que dé a los países del sur la capacidad de enfrentar las consecuencias del cambio climático que han originado los países desarrollados», explicó Ramis.
«La naturaleza no es una propiedad de la que podamos abusar a nuestro antojo, ni mucho menos es la propiedad de unos pocos, sino un don de todos, que debemos custodiar. Si destruimos la creación, la creación nos destruirá a nosotros. ¡Nunca lo olvides!», ha señalado en algunas ocasiones Francisco quien, rotundo, ha afirmado que «Dios perdona siempre; los hombres, algunas veces; la naturaleza, nunca».
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