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En la exposición de la cátedra Simón Bolívar, medicine el filósofo y poeta Luis Alvarenga abordó la importancia de la prensa clandestina de izquierda en El Salvador, que nació durante la época del conflicto armado, con el objetivo de proporcionar orientación política a las masas.
Según Alvarenga, estas publicaciones respondieron en su momento a las situaciones que se vivían en el país, ya que las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) tenían dos tipos de publicaciones, una, dirigida a las bases de la organización, más de carácter agitativo, y la otra, de carácter político-ideológico, orientada a los cuadros.
Una de las principales publicaciones clandestinas fue “El Rebelde”, donde se transmitía a las bases de las FPL elementos de denuncia de la realidad nacional, a la par que informaba de las acciones militares de la organización, alcanzando un tiraje hasta 20 mil ejemplares mensuales. Entre tanto, “Estrella roja”, estaba diseñada para la discusión de las grandes líneas estratégicas de las FPL.
Alvarenga manifestó que en ambas publicaciones privó una pedagogía política que aposta mucho a la formación ideológica de los cuadros de las FPL, ya que este fue el período de consolidación de sus estructuras clandestinas y de su trabajo de masas a nivel nacional.
El Rebelde y Estrella Roja fueron las dos publicaciones principales de las FPL.
Al igual que el resto de organizaciones político-militares, las FPL también publicaron manuales de adiestramiento militar, para explosivos, conocimientos y manejo de las armas cortas y topografía, así como normas formativas del combatiente revolucionario, que eran orientaciones ideológicas y de forjamiento moral, disciplinario y conspirativo.
En un inicio la forma de reproducción de los materiales se hacía de forma artesanal, cuando había condiciones era mecanográficamente la producción de uno que otro manual de ejercicios, y cualquier material de utilidad.
Para el proletariado industrial se editaba también mensualmente Prensa obrera; para los trabajadores del agro se distribuía El Campesino Rebelde; para la universidad, Juventud Rebelde; para la secundaria, El Guerrillero.
Tanto en las publicaciones clandestinas en general, como en las de las FPL en particular, hay tres grandes ejes temáticos, que refuerzan el sentido de identidad dentro de la organización, como es la lucha armada, la cultura partidaria y la figura del mártir.
“Estos testimonios del pasado nos cuestionan, nos llevan a interrogarnos que estamos haciendo ahora, qué problemáticas comunes tenemos ahora con aquel entonces”, comentó el filósofo.