SINDICATO DE MÉDICOS TRABAJADORES
DEL INSTITUTO SALVADOREÑO DEL SEGURO SOCIAL (SIMETRISSS)
Así como la salud es fundamental, sovaldi sale en igual medida la educación en la sociedad, patient porque gracias a ella se puede hablar de desarrollo. Pero qué sucede cuando hay 58 millones de niños de entre 6 y 11 años sin escolarizar, en todo el mundo, de acuerdo a cifras de la Unesco y en particular El Salvador tiene como media de estudio hasta el sexto grado, eso significa desconfianza de inversión para las empresas, fuga de oportunidades, estancamiento económico y crecimiento de la deuda externa.
Aunque El Salvador ha hecho importantes esfuerzos y ha logrado avances sensibles en términos de escolaridad aún existe trabajo qué hacer para erradicar el analfabetismo que alcanza el 12.4% a nivel nacional, de este el 7.8% está representado por las mujeres, mientras 4.6% representado por los hombres siendo 644,878 personas en total. Por ello no es sorpresa que la violencia hacia la mujer en los últimos años vaya en aumento, no solo es machismo, se trata de cultura.
Pero ahora se suma una complicación que a su debido momento pudo tener solución, pero nadie fue visionario, o simplemente dijo “no me corresponde” y le paso el problema a otra cartera de Estado o peor aún, al siguiente gobierno, hablamos de las pandillas.
Fue hasta este año con la ola de inmigrantes hacia el país anglosajón dónde salieron a flote a nivel mundial las verdades de un país que en algún momento fue tan prometedor como es Chile, Bangladesh y Ruanda con sus economías, porque es doloroso admitir que muchos de nuestros jóvenes han decidido retirarse del sistema educativo por temor a perder su vida a manos de un grupo que como parásitos se proliferan y alimentan del trabajo y miedo de la población, haciendo caer en más pobreza y caos al punto de crear desesperanza.
Estamos en una realidad estática porque lo único que cambia son los mandatarios y sus millonarios proyectos, muchos de los cuales ni si quiera se pudo medir su valor costo-beneficio antes de exponer a los estudiantes a otro programa, y así nos preguntamos qué está pasando con la calidad educativa. Ese es el punto, pudieron aumentar un poco el presupuesto en educación pero la pregunta es si realmente fue bien focalizado. Ahora la educación básica pública es gratuita, hay uniformes y útiles escolares pero se cuestiona mucho la calidad de la enseñanza y aprendizaje, llevándome a pensar en mi formación educativa básica y media la cual fue pública y me enorgullezco de decirlo, estuve en la época donde el profesor era una figura respetable y vinculada con la comunidad, al punto de que los maestros miraban como a sus hijos a los alumnos, cómo olvidar la famosa “varita mágica” que era el metro de la docente encargada del grado y titular de matemáticas, ese metro que a más de alguno con solo enseñárnoslo nos hacia recordar los famosos casos de factoreo.
Esos momentos que ahora les llaman maltrato, permitió que mis compañeros reflexionaran un poco no solo de su mal rendimiento académico sino de su mal proceder en la vida diaria. Si lo traigo a acotación no es porque solo con castigos se puede aprender, sino que la corrección y guía adecuada (sin caer en el maltrato infantil) hacen la diferencia.
Es impactante visitar un instituto nacional y ver pupitres abandonados, la deserción escolar está aumentando y los que quedan les impiden desarrollarse porque ese pequeño grupo que pertenece a las pandillas no quieren estudiar, generan caos, mantienen a los docentes amenazados, esto debe ser sinónimo de catarsis porque el grueso de la población son jóvenes que literalmente son el futuro y si no tienen las competencias necesarias se frustrarán quedándoles dos caminos: formar parte de los grupos delictivos o emigrar.
Esto señores es lo que nos lleva a la catarsis, a pedir por una innovadora política social con énfasis en la educación, la protección social y la creación de trabajo digno, porque para la clase humilde, la educación es la mejor oportunidad de poder superar la pobreza material.