París / AFP
El plancton del hemisferio norte tiende a emigrar hacia el norte a causa del calentamiento global, muestra un estudio publicado el miércoles en la revista Nature dedicado a estos microorganismos en la base de la cadena alimentaria oceánica.
«No es una buena noticia para los ecosistemas marinos», estima Lukas Jonkers, el autor principal, investigador de la universidad alemana de Bremen.
«Hemos empujado a los ecosistemas marinos, o a al menos a este grupo de zooplancton, lejos de su estado natural, y es muy preocupante: esto significa que, incluso si logramos mantener el calentamiento por debajo de los 1,5 ºC, de lo cual se puede dudar, los ecosistemas del planeta se verán probablemente afectados profundamente».
El equipo estudió el caso de los foraminíferos planctónicos, microorganismos unicelulares dotados de una envoltura rígida y resistente. Una envoltura que cae al fondo del mar a su muerte, y permite a los científicos guardar durante siglos el rastro de estas poblaciones en las diversas regiones del mundo.
Los investigadores compararon muestras recientes (1978-2013) con otras provenientes de sedimentos oceánicos de hace varios siglos.
El resultado da unas muestras recientes parecidas a las antiguas recolectadas en mares más al sur, lo que sugiere que el plancton emigró hacia el norte cuando el agua aumentaba de temperatura.
«Todo se movió hacia el norte», resume Jonkers para la AFP. «En tal lugar encontrará todavía numerosas especies diferentes, pero ahora vemos que este conjunto se compone de especies que prefieren las aguas más calientes».
Por ejemplo, las especies detectadas actualmente cerca de Groenlandia, anteriormente evolucionaban más al sur, a juzgar por los sedimentos que datan de la era preindustrial.
En total, se analizaron cerca de 4.000 muestras, de diversas áreas del hemisferio norte.
La situación en el hemisferio sur no se analiza en este estudio, pero para Lukas Jonkers, el patrón es similar.
«Ahí donde las temperaturas han cambiado más, las especies han cambiado más», dice, hablando de un ritmo de cambio gradual.
Según él, hasta el momento nada demuestra una extinción de especies.
En cambio, tanto el plancton como la fauna que se basa en este alimento podrían estar en peligro si no se adaptan lo bastante rápido para sobrevivir al nuevo entorno y coexistir con otras especies.
Este estudio se añade a otros que muestran el impacto del calentamiento de los océanos y sus poblaciones. En la Antártida, las focas y las ballenas tuvieron que cambiar sus hábitos alimenticios, según estudios publicados en marzo.