Tomado de Red Informativa Sol
El lunes 3 de julio de 2023 fue un día récord a nivel mundial en cuanto a la temperatura. Se superó por primera vez una media de 17 grados centígrados, según los Centros Nacionales de Predicción Ambiental, que depende de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estado Unidos. Pero el martes 4 se alcanzó otro récord: 17,18°, según actualizó el organismo.
Se estima que el 4 de julio puede haber sido uno de los días más calurosos en la Tierra en unos 125.000 años. Expertos de diferentes países ya pronostican que la temperatura promedio podría seguir en aumento por dos factores principales.
Uno de los factores es el fenómeno natural de El Niño, un proceso natural que empieza con el calentamiento de las aguas del océano Pacífico y repercute en todo el planeta.
Según la Organización Meteorológica Mundial ya están presentes las condiciones necesarias para el desarrollo de El Niño. Es muy probable (90%) que estas condiciones se mantengan durante los próximos meses. El otro factor de las temperaturas más altas es el calentamiento global por las emisiones de gases de invernadero.
Los científicos dedicados a las cuestiones climáticas han demostrado que ciertas actividades de los seres humanos son responsables del calentamiento global de los últimos 200 años. Generan gases de efecto invernadero que elevan la temperatura del planeta al ritmo más rápido de los 2000 años pasados.
Por las temperaturas más altas, en América Latina, según la Organización Meteorológica Mundial se proyectan estas consecuencias principales:
1 – Olas de calor más frecuentes e intensas
2 – Disminución del rendimiento de los cultivos
3 – Incendios forestales con mayor frecuencia
4 – El nivel del mar en la región crecerá por encima del promedio mundial y podría provocar inundaciones
“Desgraciadamente, promete ser sólo el primero de una serie de nuevos récords que se batirán este año, ya que el aumento de las emisiones de dióxido de carbono y de gases de efecto invernadero, unido a un fenómeno El Niño cada vez más intenso, empujan las temperaturas a nuevos máximos”, explicó Zeke Hausfather, investigador científico de Berkeley Earth, una organización sin fines de lucro que se enfoca en el análisis de datos sobre el clima.
Según informó el Servicio Meteorológico Nacional en Argentina, “las primaveras y veranos bajo la influencia de El Niño suele aumentar la frecuencia y la intensidad de las precipitaciones en gran parte del centro y norte argentino. Esto se traduce en temporada donde se incrementa la probabilidad de tener inundaciones, crecidas de ríos, tormentas intensas, deslizamientos de tierra, entre otras consecuencias”.
La temperatura media del aire en el mundo fluctúa entre los 12° y algo menos de 17° en cualquier día del año. A principios de julio de los años 1979 y 2000 alcanzó una media de 16,2°.
Ante los récords de temperatura, la climatóloga Friederike Otto, del Instituto Grantham para el Cambio Climático y el Medio Ambiente del Imperial College de Londres, en el Reino Unido, sostuvo que el récord de la temperatura del planeta puede considerarse como “una sentencia de muerte para las personas y los ecosistemas”.
El récord del lunes incluso se registró en la Antártida, con temperaturas altas. La base de investigación ucraniana Vernadsky, situada en las islas Argentinas, batió recientemente su récord de temperatura en julio con 8,7°.
Para Jeni Miller, directora ejecutiva de la Alianza Mundial sobre Clima y Salud, con sede en California, Estados Unidos, un consorcio internacional de organizaciones sanitarias, “las personas de todo el mundo ya están sufriendo los efectos del clima, desde olas de calor e incendios forestales hasta contaminación atmosférica, inundaciones y tormentas extremas. El calentamiento global también está exacerbando las pérdidas de cosechas y la propagación de enfermedades infecciosas, así como las migraciones”.