Harry J. Kellem, unhealthy F.R.C.
(Reproducido de la Revista El Rosacruz, Julio de 1973)
Un reciente experimento muestra que ratas han sido entrenadas para hacer actos específicos. Una porción de su serum fue inyectado dentro de ratas no entrenadas. Algunas, pero no todas de estas ratas no entrenadas, aparecían como beneficiándose de esas inyecciones. Quizá un día se desarrolle un serum que acelere nuestros actuales sistemas educacionales. Debido a que la educación demanda entrenamiento de la memoria y con conocimientos incrementados a sus tasas presentes, esto puede conferir la posibilidad de transferir conocimiento y experiencias a través de la inyección de algún serúmen específico dentro de la corriente sanguínea y con ello aumentar o recortar nuestro sistema escolar.
Teóricamente, a los tres años de edad, cuando a un niño se le entrena en sus necesidades y puede vestirse solo y hablar con frases coherentes, debería entrar al Kindergarten. Entonces, a los siete años, cuando tiene un ímpetu natural para aprender, comienza a tomar una serie de inyecciones mensuales para aprender a leer, escribir, deletrear y estudiar matemáticas. Ese niño se probaría periódicamente en sus habilidades antes de que se le dé la siguiente serie de inyecciones. A la edad de doce años ya puede tener su equivalencia en escuela secundaria. Entonces sería probado en su conocimiento, personalidad y carácter para determinar si debería ir a la universidad o aprender comercio o un oficio en un programa de entrenamiento de aprendizaje y otras inyecciones. ¿Ciencia o ficción? Si, pero hace veinticinco años, enviar a un hombre en una espacio-nave a la Luna, pertenecía a esa precisa categoría.
Para corregir los aspectos negativos de la memoria, podemos usar la ley de la sugestión. Los aspectos negativos, en sentido psicológico, son los odios, temores y rencores en que nos amparamos y alimentamos diariamente, los cuales son destructores para nuestro crecimiento. La gente que medra en tal clase de memorias puede ser llamada “colectora de injusticias”. Esas personas pueden ser liberadas de tal cautiverio, por medio de la realización de del error en su forma de pensar, y entonces revertir el proceso implantando sugestiones positivas en su consciencia , como son los de amor, paz y armonía.
La memoria puede ser comparada con un banco: el capital es lo que usted recuerda; el pasivo, lo que usted olvida. De este banco, usted hace constantemente retiros y depósitos. El interés que percibe son estas memorias que evitarán que usted repita pasadas equivocaciones.
Existen niveles de memoria, lo mismo que existen niveles de percepción. En el reino objetivo existen memorias que pueden ser revividas con sólo el más leve estímulo. La memoria, en su totalidad, está alojada en el inconsciente. El psicólogo William James llamaba al área entre estos dos reinos el “filo de la consciencia”, y Sigmund Freud usaba el término “preconsciente”. Preconsciente significa no precisamente “no presente en la consciencia, pero fácilmente disponible a través de recordar sin restricción o represión.
El nivel de preconsciencia de intercambio entre lo objetivo y lo subconsciente puede alcanzarse asumiendo el estado fronterizo como se define en las enseñanzas Rosacruces. Durante el estado fronterizo se forman imágenes en el preconsciente, salidas del almacén de la memoria total. Podemos, creativamente, a través del uso de libre imaginación y asociación, recombinar a un molde original a elementos previamente no relacionados. Esta nueva imagen puede entonces ser ´proyectada a la pantalla de nuestra consciencia objetiva. Como una guía a cómo o qué queremos cambiar en el presente y en el futuro.,
Los planes para el futuro están hechos por el estudio de registros del pasado. La memoria humana es solamente una faceta del registro Cósmico. Existen momentos placenteros y no placenteros en cada uno de nosotros. En ensueños podemos adjudicar momentos felices de nuestra vida, algunas en forma más completa que la experiencia original. El peligro del ensueño es la tendencia a vivir mucho en el pasado, descuidando el presente. Tenemos tendencia a repetir previas experiencias, placenteras, unas porque las disfrutamos y las no placenteras porque aún no hemos aprendido la lección o no hemos resuelto algún segmento en nuestro pensamiento. Recordar las memorias no placenteras nos capacita a evitar repetir pasados errores.
Nuestro pasado es nuestra historia personal de lo que podemos estudiar y sacar beneficios, del mismo modo como los historiadores estudian para aprender la fortaleza y la debilidad de una pasada civilización. Nuestro avance en el proceso evolutivo depende del desarrollo y uso de una buena memoria. El arte de la memoria se adquiere cuando el hombre se entrena a sí mismo para registrar, retener y recordar lo que ha aprendido para continuar su progreso. Pasen revista a los eventos de cada día antes de acostarse, y razonen y clasifiquen esas memorias que son importantes. Tal evaluación de sus experiencias les dará una mayor vista interna, dentro de ustedes mismos, y su relación con el mundo que los rodea.