Yes que debemos participar de un evento electoral, viagra más allá de la fiesta cívica que el acto representa, ask porque con ello se abona a la construcción democrática, rx lo fundamental es que, en el caso de El Salvador, significa adherirse a uno de los dos grandes proyectos políticos: la continuidad de un programa, o revertir ese programa.
En tal sentido, cada uno de los y las salvadoreñas, debe, a la hora de emitir el voto, tener presente esa gran realidad, que, por supuesto, no fue marcada de forma explícita, pero es lo que estuvo presente en ese mar de mensajes propagandísticos, pese a que algunos rayaron en la ridiculez, pero, bien, es también parte del folklore electoral salvadoreño.
El ciudadano, la ciudadana, tienen una gran responsabilidad. Entonces, ya con ese crayón en mano y las tres papeletas electorales que tendrán enfrente, de ellos dependerá la continuidad de un programa hasta cierto punto exitoso, por otro que echaría al traste a aquel.
Por supuesto, cualquier decisión producto del resultado electoral, será la decisión soberana, que desde luego, todos debemos aceptar.
Por cierto, sobre estas elecciones se ha tratado de generar incertidumbre, algún tipo de zozobra, pero esta no es tal, más bien, nos aproximamos a otras elecciones transparentes, mucho más complejas que la anterior, por una nueva modalidad de votar, nada más. Pero, si el ciudadano y ciudadana no quiere complejizarse, mucho, puede optar por la tradicional forma de votar.
Lo importante en todo caso son dos cosas: la primera, que cada salvadoreño con la edad de votar debe ir a su centro de votación, pues, quedarse en casa sería dañino para el proceso electoral, pues, permitiría que otros decidan por usted. Es decir, cada salvadoreño y salvadoreña deben ser los actores de los destinos de la nación.
Y, segundo, que estas elecciones son confiables, y serán transparentes. Que tenemos un Tribunal Supremo Electoral muy cualificado, conocedor de la ley, pero, sobre todo, conocedor de la gran responsabilidad histórica que ha recaído en ellos y ellas, al ser nombrados parte del ente rector de las elecciones salvadoreñas.
Despertemos ese espíritu cívico, con entusiasmo, y vayamos a las urnas a defender con su voto el programa político electoral de su preferencia, y recuerde, que con eso, también está ejerciendo no solo un derecho ciudadano, sino concretando una actividad soberana.