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Julio Marroquín Hernández, un experimentado veterano de guerra de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Liberación Popular FAR-LP del PRTC. Foto Diario Co Latino/Archivo PRTC

El PRTC en la ofensiva de Noviembre 89

Francisco Martínez
Dirigente de la Comisión Política del ex PRTC

Provocado por viejos camaradas, site he considerado necesario hacer un relato sobre lo que recuerdo fue nuestra participación política militar en la ofensiva militar hasta el tope, mind Fuera los fascistas, Febe Elizabeth vive.

Nuestra acción, por consideraciones políticas y táctico militares se definió en tres direcciones, la principal a San Salvador (Soyapango), la segunda a la ciudad de Usulután y la tercera a la Panamericana en San Vicente, entre quebrada seca y el kilo 51. Un esfuerzo de más de 600 hombres y mujeres, decididos a dar la vida por la justicia social en el país.

Pero este esfuerzo empezó a gestarse en las discusiones y líneas estratégicas definidas en el tercer congreso en guerra del PRTC, realizado en 1983 en Guazapa, que definió la conformación de nuestro Destacamento Militar Luis Díaz, el que fue liderado por Miguel Mendoza, Camilo Turcios, Elsio Amaya, Plutarco, Judith, Verónica Guzmán, Ernesto Maldonado, Elmer, Tiburcio, Eralio, Julian, Wilber Mendoza; entre otros compañeros y compañeras. El Destacamento fue una fuerza de combate móvil que realizó acciones propias como el ataque simultaneo en la carretera Suchitoto donde se tomaron prisioneros y se recuperaron armas; la limpieza de fuerzas paramilitares en el Paracentral Norte, de Guacotecti, en Cabañas, a Nuevo Edén de San Juan, en San Miguel; también en el Norte de San Vicente y Usulután, en la cordillera Berlín- San Agustín y en la Costa de Jiquilisco y Puerto El Triunfo; además se coordinaron acciones con las BRAZ del ERP, como el ataque a la Tercera Brigada en San Miguel, al CEMFA, en gotera, y en la voladura del puente Cuscatlán.

El concepto de grandes estructuras militares fue importante en la estrategia de resistir, desarrollarse y avanzar; pero se volvía demasiado pesado para el tipo de guerra que la coyuntura planteaba, a finales del 85, cuando se lanzó la consigna de un mar de guerrillas y un pueblo organizado;  el Destacamento se reestructuró y las fuerza guerrillera se dislocó asentándose en el Norte de San Miguel, en el Norte de San Vicente y en la cordillera de Berlín, San Agustín y la costa de Jiquilisco. Abandonamos erróneamente Guazapa.

La enfermera  francesa, Madeleine Lagadec, da  instrucciones a  personal sanitario  en un hospital  de las guerrillas  del PRTC. Foto Diario Co Latino/Archivo PRTC
La enfermera francesa, Madeleine Lagadec, da
instrucciones a personal sanitario en un hospital de las guerrillas del PRTC. Foto Diario Co Latino/Archivo PRTC

Se reactivó desde el 84 la acción militar urbana y se desplegó el trabajo social en los territorios controlados y en la metro. En diferentes momentos la estrategia y acción militar condicionó el trabajo de masas por un excesivo énfasis a hacer presencia militar urbana, lo que llevaba a desatender la organización sectorial; eso nos llevó a perder espacios de acción legal para ampliación del trabajo de masas, de reclutamiento de cuadros y de incidencia política.

El esfuerzo militar del 89 requería foguear hombres y mujeres, logística, presencia y control de territorios, un mecanismo efectivo de comunicaciones, mejor coordinación unitaria y un aparato conspirativo propio. Además de un aparato de gestión exterior y un mando integrado de dirección.

A mediados del 88 se nos planteó el esfuerzo de la contraofensiva estratégica y los diferentes ámbitos de acción, en masas ampliar y radicalizar, a nivel militar tensionar el accionar urbano, asegurar el control de territorios y preparar las condiciones de apoyo social en Tonaca y en La Libertad y Rosario de Mora, en Guazapa-Suchitoto siempre se mantuvo una unidad guerrillera y la acción de masas con cuadros como Román Rauda, nuestro querido “suegro”. Andino, junto con Verónica Guzmán fueron claves para reactivar, en tiempo record, el espacio de apoyo para el retorno a Guazapa de las FAR-LP, que se concretó a mediados de 1989.

En abril del 89, cuando creíamos que todo estaba listo para nuestro aporte en el gran esfuerzo militar, enfrentamos el más duro golpe logístico y humano al caer, luego de una traición, la principal bodega de armamento. Se perdió el armamento estratégico que armaría modernamente a 500 hombres y mujeres de las FAR-LP. Ese golpe trajo consecuencias en pérdidas humanas de muchos compañeros y en la captura y desarticulación de estructuras políticas y militares.

Abril y mayo 89 fueron duros, el ejército enemigo realizó una incursión en el frente de San Vicente, en la zona de Santa Clara, donde asesinaron a heridos de guerra y al personal sanitario incluidas la enfermera Madeleine Legadec y Celia, hermana de Luis Díaz. A mí me capturan el 25 de mayo, cuando, entre otras cosas,  iba a tutela legal del arzobispado a dejarle un correo de Jonathan a la Dra. María Julia Hernández, donde se detallaban los hechos del asesinato de Madeleine Legadec, Celia, los brigadistas y los heridos de guerra. Como muchos otros compañeros, hice del secuestro y la cárcel una trinchera.

Superamos el golpe recibido incrementamos nuestro esfuerzo social, se buscó resolver los problemas logísticos y se recompusieron las diferentes estructuras de la metro y del exterior para asegurar nuestro aporte en la ofensiva. Se abandonó el esfuerzo de la zona sur en La Libertad, Villanueva y Rosario de Mora, por el nivel de comprometimiento en que quedó después de la traición de abril.

En lo que respecta a la preparación de condiciones para el esfuerzo principal, desde junio se inició el proceso de preparación de la gente de la metro, del sur, de los comandos urbanos y de las organizaciones sociales y cuadros institucionales que acompañaría ese esfuerzo. Avanzamos, en los preparativos, se acercó la vinculación frente-metro-exterior, cuadros militares apoyados por cuadros urbanos realizaron el levantamiento de las situaciones del escenario donde se afincaría la tropa de las FAR-LP. Y se definió el plan de acción general y los planes de apoyo.

Todo esto lo realizamos en una dinámica donde el gobierno de Cristiani impulsaba un programa de gobierno con la desregulación y la privatización por delante y con el incremento de la represión, más capturas y más operativos militares.

En Soyapango también operaría la RN-FARN y el PCS-FAL, igual en el poniente de San Salvador a Santa Tecla operarían las FPL y el ERP. Un esfuerzo en el sur (de San Marcos a la Santa Marta y Credisa) donde las RN-FARN y el PCS-FAL operarían, de este esfuerzo nos desligamos en mayo después del golpe logístico y humano, que recibimos por la traición.

La ofensiva, era el secreto público mejor guardado, ya no había dudas de que el frente preparaba una gran acción militar, lo que no se sabía era su trascendencia y contundencia. A finales de septiembre nos reunimos el equipo de cuadros con responsabilidades en Guazapa, ya el total de la fuerza de las FAR-LP, estaba ahí, los cuadros de la metro y del exterior se incorporaron a la fuerza en Guazapa, el resto nos quedamos a preservar nuestra acción social y política; y a asegurar las condiciones del territorio para la ofensiva.

Un ligero descanso que se aprovecha para la comida después del combate. Foto Diario Co Latino/Archivo PRTC
Un ligero descanso que se aprovecha para la comida después del combate. Foto Diario Co Latino/Archivo PRTC

La tensión crecía, el gobierno de Cristiani, militarmente se esforzaba por neutralizar la ofensiva y aumentaba la represión y las capturas, en ese clima, se realizó la masacre de los cros. y cras. de FENASTRAS, entre ellas la Cra. Tatiana Mendoza, hija de Humberto Mendoza, líder del  MLP  asesinado en Noviembre del 80; recuerdo el mediodía del 31 de octubre, estábamos en un local sindical que teníamos en la ferrocarril, esquina sur poniente del Mercado Central, reunidos con Andino, ultimando detalles de los planes del día D, cuando se escuchó la detonación, como que fuera el tanque de gas del mercado creímos. Y nos chiviamos, nos levantamos de la reunión, aquel se fue. Con otros cros. monitoreamos rápido que pasaba y nos enteramos de que habían puesto una bomba en FENASTRAS matando a varios compañeros y compañeras. Nos contactamos, con los cros. del Ejecutivo de la UNTS para sentar posición sobre el atentado y para definir las acciones a seguir. Acordamos llamar a huelgas en diferentes sindicatos. Con los CODYDES nos fuimos a la sede de FENASTRAS a apoyar las actividades de seguridad, limpieza de escombros y preparación de los entierros de los cros y cras, esa noche se detuvieron a varios orejas que intentaron infiltrarse en la vela, se decomisaron diversas armas cortas, se preparó la seguridad de la marcha de entierro conjuntamente con los contingentes de FENASTRAS y de los otros agrupamientos.

Sabedores de lo que se venía, redoblamos las medidas de seguridad para evitar bajas y capturas, no obstante en los días previos nuevas capturas se sumaron. Empezamos la concentración de cuadros en las casas de seguridad de la metro y Soyapango.

El día sábado 11 de noviembre iniciamos una ronda de supervisión de detalles, me encontré con los CODYDES en su local para que se movilizaran a sus posiciones, revisamos las logísticas de las casas y donde haríamos la concentración mayor en la boda del Bombin con la Ana. En esa mañana, capturaron a Jorge Calderón, saliendo de la UNTS. Fuimos a dejar la hija de la Carmencita maidemform, donde su abuela en la colonia IVU.

Más capturas se empezaron a conocer, la del negro Montesinos, en la tarde ya en Soyapango, en la casa de Carmencita, revisamos como estaban los otros, Roberto Hilaturas en la San Fernando, Tony Seta, en la colonia Los Ángeles, y Oscar Bombin en la calle principal frente al tanque de la Coruña.

Temprano, capturaron a Juan CODYDES y este entregó las casas con los cuadros de MSM, ASDI, la ACC, y otros. Las nuestras no las conocía, eso nos salvó de la captura.

A las 6 estábamos “invitados” a la boda poco a poco fuimos llegando, a las 7 ya estábamos todos, unos 45 compañeros y compañeras. En la espera, en un chequeo, nos encontramos al choco, que se había perdido de la columna y se había adelantado, nos comimos unas pupusas en una pupusería frente de la casa de la boda y aquel se regresó a buscar su fusil y a incorporarse a las columnas que ya habían ingresado. Nos quedamos esperando, el contacto para nuestro ingreso a las columnas de las FAR-LP, que habían abierto combates ya en la zona de Prados; la noche empezó a avanzar, nuestro contacto se retrasó, ya habíamos sacado las armas cortas que teníamos en la casa. Como a la 1 de la mañana, ya del domingo, se parqueó un camión con soldados en la acera de la casa, y dijeron “mira vos aquí ha habido otra boda”, se nos fue el… creímos que iban a entrar, nos hubieran masacrado, a las 5 de la mañana, empezamos a despachar hacia las casas de seguridad a los grupos a esperar a contactar a los compas. Pasamos la mañana del domingo, hasta que Carmencita logró contactarse con la columna de las FAR-LP que estaba atrás del tanque de la Coruña II. Organizamos la salida y en grupos, nos fuimos incorporando.

Yo fui el ultimo el llegar, ahí me entregaron el equipo del compañero Américo, jefe de un pelotón, que había caído abatido por el fuego artillero de helicóptero.

La dirección militar del esfuerzo lo tenía Rogelio Martínez, Camilo Turcios y Miguel Mendoza. Rogelio en las comunicaciones estratégicas, con el exterior y con las otras fuerzas del fmln; Camilo dirigiendo la fuerza militar con el apoyo en campo de Elsio Amaya, Raúl Rodas y Judith; en los pelotones, Plutarco, Américo, Izmael, El tigre, Milton, Maldonado. Otros cuadros en campo, el Tico, Robin, Saúl. Y Miguel, coordinando el equipo insurrecional y de apoyo territorial con Verónica y yo. Manuel Hernández y Wilber Mendoza en Usulután, y Elmer en San Vicente;  en el exterior Roca y José Juan en Managua, Venancio, y Nidia en México.

Nuestras fuerzas habían entrado hasta la zona del mercado de Soya por el callejón de la venta de zapatos averiados de la adoc, cerca de la defensa civil, controlando esa zona desde la Villa de Jesús hasta la Coruña II. Ahí nos mantuvimos hasta el 14. Ese día en la noche, los cros. de las FAL-PCS, se retiraron de Soyapango, los combates arreciaron y en la mañana del 15 Rogelio Martínez buscó coordinar maniobras ofensivas con Chano Guevara de la RN, pero este le informó que estaban en la zona del Tránsito, reagrupándose. Solo habían quedado unidades dispersas de la RN en la Guadalupe, los Conacastes; y en el sur en Ciudad Credisa donde la gente de las FAL-PCS no se incorporaron al esfuerzo de la Santa Marta. La RN no pudo concretar el ataque con morteros a la fuerza aérea, desde el cerro San Jacinto.

Ese día 15 de Noviembre fue sensible la contraofensiva del ejército, nos sacaron de la Villa de Jesús, nos fuimos reagrupando en la zona de la Coruña II y Prados de Venecia hacia la fábrica INCO. Las fuerzas del  ejército de la dictadura bombardearon y ametrallaron la fábrica INCO, para evitar que la población continuara el desfile con sillones, camas y sofás. En la noche, en medio de los combates nos movimos a la Colonia Las Flores, trasladamos nuestros heridos a casas de familias, a quienes les pedimos que buscaran a la Cruz Roja y cuidaran de nuestros compañeros como sus familiares; ahí amanecimos el 16, día del cobarde asesinato de los padres Jesuitas y sus colaboradoras.

Eran las 7 o antes, estábamos con un grupo de combatientes en una casa de esquina frente a lo que era la Fábrica de Lejías Oliva, cuando en la Venceremos, estaban confirmando la noticia del asesinato de los padres. En momentos en que los comandos de la fuerza aérea, chocaban con compañeros de avanzada que estaban en la fábrica INCO, se oía el traqueteo intenso de las metrallas enemigas y el tiro a tiro de los compas. Mi compañera de la vida, Mayra, junto con Ana, la compa de Bombim, y Verónica Guzmán se retrasaron y fueron atrapadas por el fuego enemigo. El compañero Humberto (Rabanito) me aborda en la posición y me dice compa su compa cayó, sentí un dolor intenso y ante la mirada sorprendida de los cipotes combatientes sólo alcance a decir bueno compa, ni modo, hay que seguir. Entre el dolor y la alegría, como a las once aparecieron las tres, que se habían logrado resguardar en un matochito, la experiencia de Verónica fue clave para que no las mataran. Yo no pude expresar la alegría de ese momento, sólo la vi y seguimos en la posición. Unos reporteros de teledos llegaron a entrevistar a Rogelio. Me ordenaron, cubrirme el rostro, no hay que olvidar que era un cuadro público, pero el amigo me conoció y me saludo, pero no grabó.

El día fue de resistencia en las posiciones por un lado nos presionaban los comandos de la Fuerza Aérea y por otro el Batallón Soriano, nos habían abierto y partido en dos las posiciones, se coordinó y en la oscuridad de la noche iniciamos un repliegue táctico a la periferia de Soya, en la zona del Cortés. Nos reagrupamos, se revisó la estructura y en la noche del 18, regresamos a soya, entramos por la vieja calle a Tonaca, se desalojaron las posiciones enemigas retomamos la fábrica INCO y nos desplegamos en un dinámico movimiento de fuerzas por la colonia Las Flores y la Quiroz, nos mantuvimos ahí hasta el 21, recuerdo que en una casa de retiro de la Iglesia, de Monseñor Rivera y Damas, habían unos venados y unos gansos, fueron un gran banquete para la tropa, unos fusiles 22 que habían pasaron a ser parte del armamento popular.

Desde el 20, se dieron fuertes combates con el Batallón Soriano, el 21 nuestros compañeros en un exceso de confianza por el control de la posición por tres días, iniciaron el día jugando fútbol en el predio de una casa en la Quiroz; como a las 9, el enemigo inició un ataque con morteros, a posiciones guerrilleras, la población civil inició la huida, un mortero hace impacto en la casa donde los cros. jugaban fútbol, ahí se había instalado la fábrica de explosivos, en la explosión cayeron abatidos Lenin, Juancito y otro compañero; en medio de ese bombardeo, un mortero cayó en una casa por donde nos desplazábamos con Miguel Mendoza, una pared se nos vino encima pero el techo de lámina cayó antes, eso evitó que la pared nos matara. En la calle, Verónica gritaba que ayudaran a Lenin, que luchando por su vida se arrastraba desangrándose por la acera. En la noche, antes de retirarnos a la periferia, junto con Victor, nos tocó cavar la tumba donde enterramos los restos esparcidos de nuestros compañeros. Fueron exhumados posteriormente, por el CPDH-ML.

En nuestra retirada, la noche del 21, el día en que los cros. de las FPL y del ERP, incursionaron a la escalón y tomaron control del hotel Sheraton, nos concentramos de nuevo en El Cortés, hacia Plan del Pino, esperando por órdenes para una nueva incursión, de hecho para asegurar nuestra posición de repliegue. Se mantuvo incursión el 22, esa incursión nos dejó las bajas de Delmy y nuevos heridos como Saúl y el Lobo. Nos movimos más hacia Plan del Pino y Calle Real, asentamos la fuerza, desplegamos un radio de defensa. El cansancio por desgaste, por estrés de los combates hacía mella en la gente, los “triquinice”, como le decían a los de la metro, empezaron a abandonar las filas, se tomó la decisión de replegar la tropa a Tonaca, se dejó una posición avanzada con Camilo al mando, para mantener presencia e incursiones de desgaste con unidades de guerrilla. Con Judith nos tocó asegurar la logística de soporte, ahí fue clave el apoyo de la población y el trabajo de masas que habíamos realizado en las previas.

Esperamos ahí, en espera de la siguiente ola, hasta el 8 de diciembre, en que se nos ordenó retirarnos a la retaguardia estratégica de Guazapa.

En nuestro retiro, nuevamente en un exceso de confianza, antes de cruzar el río las cañas, hicimos una parada en la bajada, oímos combates cerca, se nos informó que cros. de la RN atacaban San José Guayabal, varios empezamos a fumar relajados, confiados; de pronto se ordena avanzar, cruzamos el río en la playita había una grada de arena ahí se empezaron a sentar varios, de repente, se abrió la balacera y el desparpajo nuestro, en el momento Judith y Edith, caen abatidas, iban delante de mí; Victor explota una papa en el aire que nos deja aturdidos, regreso donde Judith que en su agonía me pide que las saque, a ella y a Edith de la zona, las sacamos a un espacio del río como a 30 metros de la orilla, me pide que le dé su pistola y agua; me ordena, saca a los compas de acá, déjame. Camilo y el chele Emilio se nos pierden en la refriega, aparecerán luego en Guazapa, una semana después; con Victor, nos quedamos al frente de la columna, eran cros. de seguridad el viejo porfi, la Carolina, radista estratégica, los heridos Lobo y otros compañeros de fuerza no combatiente, nos regresamos a la zona del Pino, en Soyapango, y permanecimos el día ahí, oímos el desembarco de un helicóptero en la zona donde quedó Judith y Edith.

Pasamos el día buscando contactar por radio con Guazapa, no fue posible hacerlo, oíamos a la población que pasaba, nos habíamos quedado en un cafetalito a la orilla de una vereda, en la noche como a las seis, empezamos la salida, nos fuimos al frente de la columna con Victor, cruzamos hacia Apopa, por las aguas del río para evitar la bulla de los perros, hasta que por radio nos contestaron los cros. que estaban en Las Flores. Dimos el parte y se ordenó a un equipo de expansión, regresar a la zona para revisar que no haya quedado nadie y buscar a Camilo y al chele Emilio.

El 14 o 15, se nos ordena avanzar más hacia el cerro, la ofensiva había terminado, subimos del Cantón El Tránsito por piedra labrada hacia el cerro.

Ahí me perdí, yo seguí avanzando como a la media hora, me llaman unas señoras y me dicen “muchacho, que anda haciendo acá no es de ustedes, hay soldados, regrese…” me regresé a unas casas donde se habían quedado los cros. en una parada de descanso.

El 16, Gloria Deysi, una codydes, se pierde y confunde una patrulla de la PRAL con compas, les hace la parada y estos la ametrallan y posteriormente desgarran y pelan su cuerpo.

Camilo y el chele Emilio aparecen el 16, el 18 en la noche se realiza una asamblea en una quebrada de Guazapa, para informar los resultados de la ofensiva a todos, y las medidas a tomar, el regreso de la fuerza principal de las FAR-LP a San Vicente y Norte de San Miguel, la reestructuración de todos los frentes y las tareas a impulsar. Una mañana de esos días, de repente aparecen el “Suegro” Roman Rauda y Chungo, Jesús Baires, con una dotación de alimentos: carne asada, tortillas y queso, que llevaban en una bestia. Que hartada, después de comer atunes, sardinas y otros enlatados, más naranjas y otras yerbas ese fue un manjar.

Empezamos el repliegue, con los compas de la metro: Bombim, Tony Chacón y otros, bajamos del cerro el 22, en la noche. En la bajada un cro. pisó una mina de un campo del PCS y estaba en chock, su escuadra lo atendía, no podíamos detenernos, avanzamos, llegando al Tránsito los perros nos delatan ante la población, entramos en nervios, Tony se nos adelanta y se pierde, toma una pequeña altura y nos confunde, nos levantó a balazos. Tiburció me tira al suelo y me dice ud. no se levante compa. Logran acercarse a donde está Tony y se le dice que somos nosotros. Se calma, se recoge el equipo y con apoyo de la población se retiran a la metro.

El 25 nos encontramos con Verónica, con Maldonado y los otras compas en El Tránsito, llegamos un día después pero nos habían guardado chompipe y de escondidas nos tomamos con Maldonado un par de carlsberg, que dicha. Escribo un correo a Rogelio, quién está en la zona alta del cerro para exponer la necesidad de reagrupar la fuerza urbana y de masas, que eso debe hacerlo el contingente abierto.

El 27 se autoriza mi salida del frente hacia la metro, el 8 de enero se me pide moverme a Managua, para una reunión de cuadros. Regreso a la metro en la primera semana de febrero, luego voy a México a una coordinación unitaria y me establezco permanentemente en la metros a partir de la tercerea semana de febrero, para preparar la consolidación del trabajo social, impulsar la lucha por la negociación y prepara las base para la inserción política del frente.

Posterior a los acuerdos, fui representante obrero en el Foro de Concertación Económica y Social, coordiné acciones sociales a nivel centroamericano, fui diputado y miembro de la comisión política del Frente.

En 2003, fuimos expulsados por ser renovadores.

Sirvan estas memorias personales para recordar a los combatientes heroicos, hombre y mujeres, del PRTC, de sus FAR-LP, del MLP, de los cuadros y miembros de las organizaciones de masas en la ciudad y en el campo, en el interior y en lo internacional, en el aporte que intelectuales, profesionales y técnicos, líderes religiosos y comunitarios a todos y a todas el esfuerzo, la entrega son la base para fundar un nuevo país, una nueva sociedad en democracia y justicia.

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