Nelson de Jesús Quintanilla Gómez
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¿Qué es troika?
El término “Troika” se refiere originalmente a la palabra rusa con la que se designa a un carruaje tirado por tres caballos, pharmacy pero también puede utilizarse para describir cualquier tarea realizada de a tres. En el marco de la crisis europea, la Troika engloba a tres instituciones: la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), a lo que el pueblo Griego le dijo no en el referéndum de este domingo 5 de julio.
Básicamente, la Troika supervisa a los países con graves problemas económicos que reciben préstamos financieros de la UE y el FMI. A pesar de tener una tasa de interés inferior comparados con los del mercado de capitales, estos préstamos no ayudan a que las economías de los países afectados se recuperen, más bien los hunden cada día más en la crisis.
Si bien hay razones para las dificultades económicas a nivel nacional de esos países como la corrupción e impuestos extremadamente bajos que no deberían ser subestimadas, la Troika sólo se concentra en las causas nacionales; sin embargo, los asuntos sistémicos a nivel europeo y mundial son más importantes. Además, los blancos preferidos por la Troika son los sueldos, las horas laborales y los gastos sociales, preservando, una vez más, sólo los intereses de los más adinerados, de los capitalistas.
Hay que decir que la Troika actuó por primera vez en Grecia en el 2010. Resultó ser que la situación económica y financiera de Grecia no era tan próspera como se creía y, como resolución final, el país solicitó asistencia financiera a las instituciones internacionales en mayo de 2010. La CE, el BCE y el FMI emprendieron una misión a Atenas y, unos días después, se acordó un paquete financiero junto con el primer Memorando de Entendimiento (MdE). Esto dio inicio a una espiral descendente de reducciones de sueldos y jubilaciones, aumento de impuestos, despidos y privatizaciones: la Troika había tomado cartas en el asunto.
Luego de lo ocurrido en Grecia, otros tres países europeos fueron objeto de escrutinio por parte de la Troika: Irlanda en diciembre de 2010 (abandonando formalmente el programa de la Troika en diciembre), Portugal en mayo de 2011 y Chipre en abril de 2013. España tiene un Memorando de Entendimiento que sólo incluye condiciones para el sector bancario, pero también se ve forzado a la austeridad por otras medidas. Otros países, como Italia, no están oficialmente bajo el yugo de la Troika, es decir, no cuentan con un MdE, pero también se ven seriamente presionados para sacar adelante reformas y medidas de austeridad.
Fundamentalmente, la Troika garantiza que las personas comunes (el pueblo) sean las que paguen por los problemas sistémicos de la economía y los errores cometidos por las instituciones financieras, que son las causas reales de la crisis. Al mismo tiempo, en los últimos años, los legisladores europeos han ido disminuyendo continuamente las normativas y controles de esas instituciones financieras y grandes empresas. ¿Parece ilógico? Claro que sí. No obstante, desde el punto de vista neoliberal, tiene mucho sentido.
Por lo tanto, es importante ver a la Troika y a sus políticas neoliberales no como un asunto aislado, sino como un instrumento en tiempos de una crisis sistémica que encaja en una tendencia general de reformas y medidas neoliberales en toda Europa. Estas medidas y reformas, definidas por el término “gobernanza económica”, cada vez imponen más control neoliberal, lo que favorece a las grandes empresas y a los mercados financieros y pone en peligro los valores democráticos y derechos sociales obtenidos a base de lucha y sangre de la clase trabajadora.
¿Qué paso el 5 de julio en Grecia?
Grecia en su referéndum ha votado no a la troika y sí a Alexis Tsipras. Ha votado no a las políticas de austeridad aplicadas en los últimos años como única receta para salir de la crisis. Y ha votado para reforzar a su Gobierno ante las instituciones europeas: Tsipras consiguió el 35% de los votos hace cinco meses, el no ha cosechado más del 61%. Los griegos han votado no a los recortes en pensiones y servicios sociales. Y han votado a favor de lograr un acuerdo con Europa que pase por reestructurar la deuda y pasar de los ajustes a los incentivos para la economía. El 61,5% del no reclama una enmienda al discurso hegemónico en el continente y, con ello, concede oxígeno a un discurso alternativo sobre el modelo de construcción europea, del cual Tsipras es el único exponente entre los socios comunitarios.
El referendo fue convocado el fin de semana pasado por el Gobierno del primer ministro Alexis Tsipras, tras recibir el visto bueno del Parlamento. La decisión de la consulta popular responde a las infructuosas negociaciones entre Atenas, el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Europea.
¿Qué pasará este lunes 6 de julio en Grecia? De momento, el control de capitales seguirá vivo. La incógnita sobre el sistema financiero del país seguirá existiendo. Por eso, en su discurso de celebración de la victoria, Tsipras dijo que la prioridad era “poner en marcha el sistema financiero” y reclamar la ayuda del BCE, al que le dijo que debe “comprender la dimensión humanitaria de esta crisis”.
Los griegos han votado contra el memorándum de la troika. El discurso hegemónico en las instituciones europeas y en los dirigentes comunitarios de que la salida de la crisis pasa por la senda de la troika seguirá sin ser el único. Y, a partir de ahora, volverán las negociaciones sabiendo Tsipras que ha ganado holgadamente el referéndum y, Europa, que Grecia quiere una salida a su crisis que pase por reestructurar la deuda, que alcanza el 177% de su PIB.
*Sociólogo y Diputado de la Asamblea Legislativa de EL Salvador, período 2012-2015.