Barcelona/dpa
Una semana después de ser vapuleado por el Barcelona en su propia cancha, store el Real Madrid regresa mañana a la Liga española de fútbol obligado a no ceder más terreno respecto a los azulgrana.
La presión es máxima sobre Rafael Benítez y sus hombres, site cuestionados no sólo por su caída ante el máximo rival, sino por un estilo de juego que no convence y por la escasa complicidad que los futbolistas blancos han mostrado hasta ahora.
«Estuvimos 14 partidos invictos y me parecía que ése era el camino. Ahora, tenemos que reajustar cosas y vamos a ver si somos capaces, pero yo me quedo con la reacción del otro día», se defendió hoy Benítez.
Aludía el técnico blanco a la victoria 4-3 de su equipo el pasado miércoles frente al Shakhtar Donetsk en la Liga de Campeones europea. El Real Madrid sufrió para conservar el claro triunfo inicial (4-0), pero los jugadores mezclaron mejor y dieron algunas muestras de unión hasta entonces inéditas.
El portugués Cristiano Ronaldo y el galés Gareth Bale, los dos hombres llamados a liderar el remonte, parecieron apartar las diferencias que los separaron en el pasado y se buscaron en la cancha como pocas veces lo habían hecho antes.
«Queríamos una reacción y la vimos. El equipo tuvo el balón, hizo ocasiones, goles, trabajó con intensidad en defensa y, luego, cometió errores a balón parado, pero eso se puede solucionar con un poquito más de concentración», resumió Benítez sobre la actuación de su equipo el miércoles.
«Esos 75 minutos de intensidad, cohesión y armonía es lo que hay que resaltar y con lo me quedo para el futuro», prosiguió el técnico español, aparentemente convencido de que nada está aún perdido.
Unión es, precisamente, lo que el entorno blanco reclama: quiere que Cristiano, Bale y al francés Karim Benzema se acerquen a la sintonía que en el Barcelona exhiben el argentino Lionel Messi, el uruguayo Luis Suárez y el brasileño Neymar.
Pero el Real Madrid, de momento, se manejó con otros códigos. El Eibar, uno de los equipos más en forma y más exigentes de la Liga, medirá si el cambio esbozado el miércoles tiene continuidad.
Con sólo dos derrotas en lo que va de campeonato, el conjunto dirigido por José Luis Mendilíbar marcha sexto en la tabla, a seis puntos de distancia del Real Madrid y a tan sólo uno de Celta y Villarreal, sus predecesores.
«Al Real Madrid se le puede ganar jugando a lo que sabemos jugar; no vamos a cambiar nuestro juego ni un ápice», advirtió el viernes Mendilíbar, después de asumir que «lo normal» es que su equipo caiga ante el Real Madrid.
«Para nosotros, es una oportunidad de demostrar que el equipo está ahí y que sigue peleando, quedan aún muchas jornadas», replicó Benítez.
«Ellos están bien, en un buen momento, su campo es difícil y tienen confianza, pero nosotros también. Cuando el equipo está metido y tiene compenetración, podemos hacer cuatro goles fuera de casa», añadió el entrenador del Real Madrid.
Con Benzema «tranquilo y trabajando bien», según Benítez, los quebraderos de cabeza del técnico blanco se centran en la defensa, línea en la que no podrá contar ni con Sergio Ramos ni con Marcelo ni con el francés Raphael Varane. Isco, sancionado, también causará baja.
El Sevilla y el Valencia, por su parte, protagonizarán el otro gran encuentro de la décimo tercera fecha de la Liga. El duelo se presenta como una oportunidad de oro para que el conjunto andaluz, duodécimo con 15 puntos, enderece su trayectoria y se acerque a los dirigidos por el portugués Nuno Espírito Santo, séptimos con 19.
La jornada se completará con el Getafe-Villarreal y el Rayo-Athletic de Bilbao.