Iván Escobar
Colaborador
@DiarioCoLatino
Uno de los aspectos que destaca el historiador Roberto Turcios, en su más reciente publicación titulada: “Dictadura de Ley, Maximiliano Hernández Martínez 1939”, es lo acontecido entre 1934 y 1939, cuando se configura propiamente la dictadura militar, que hasta entonces había contado con el aval y acompañamiento de “intelectuales destacados liberales del país”, quienes se retractan ante la figura
constante de la reelección.
En el marco de la III Feria del Libro Académico, celebrada recientemente en el país, se presentó el libro de Turcios, donde el autor explicó algunos elementos que acontecieron en su mayor consolidación de la dictadura, y cómo afectó al general el haberse reelegido por tercera ocasión en el cargo, a sabiendas que sectores
que le acompañaban desde un inicio, ya no compartían su desprecio y violación a la Constitución de la República.
“Hay algunos aspectos, el carácter de ese gobierno de 1934 a 1938…siendo una dictadura (el régimen). Ahí estaban los destacados liberales del país”, indicó Turcios, en la presentación de libro, el cual ha sido publicado bajo el sello de la Editorial de la Universidad Evangélica de El Salvador.
El historiador y catedrático universitario precisó que este trabajo corresponde a una beca de investigación que ganó, la cual comprende un estudio en un primer momento de la parte legal y accionar del régimen del general Martínez, quien llegó al poder en diciembre 1931, luego de dar un golpe de Estado al entonces presidente Arturo Araujo. El general llegó en enero de 1931 a casa Presidencial, como vicepresidente del mandato de Araujo, antes del año traicionó al gobierno.
Además, adelantó que sus investigaciones siguen en la línea de las Constituciones de la República, desde una forma más precisa, aquellas referidas a los regímenes políticos que vivió el país, lo cual corresponderá a otra publicación a futuro.
En este trabajo aborda la parte constitucional, pero no profundiza, ya que la investigación se centra en 1939 año decisivo y donde el general perdió amplios apoyos, luego que se encaprichó por un nuevo mandato aunque la Carta magna lo
prohibiera.
“Ellos fueron creadores de leyes de emergencia”, dijo Turcios en referencia a los liberales que desde un principio validaron el golpe de Estado de 1931.
“Eran intelectuales liberales que apoyan (a Martínez), después de la rebelión de 1932”, acotó.
El investigador aporta al igual que otros, que Martínez recibió un acompañamiento de la población, porque en ese momento, el gobierno de Araujo, por 11 años no había logrado responder a las crisis que se presentaban. Martínez, a pesar de ser parte de este gobierno, se diluyó, y aprovechó el Golpe para presentarse como aquel que daría solución a lo acontecido.
“El régimen de Martínez ejecuta una permanente violación de Derechos Humanos de la ciudadanía”, indicó. Y añadió que en su actuar, luego de un año de gobierno de trabajo, comienza a cumplir los requisitos clásicos que la ciencia política determina para establecer que se está dando una dictadura. Es decir, Martínez comenzó a violentar Derechos Humanos, mantuvo un control pleno del poder, eliminó los partidos políticos, no había autonomía de la Universidad Nacional, entre otros.
“El centro del régimen se articula en el general”, señaló. Y en compensación para mantener los apoyos populares y de sectores económicos, es que da paso a políticas encaminadas a enfrentar problemas económicos y combatir toda expresión opositora. Pero ante la crisis económica, el régimen actúa “para salvar” a los sectores de poder económico, no a las mayorías de la población.
Por ello, la investigación de Turcios es clara en afirmar que la dictadura del General se consolida en 1939. ¿Por qué? Pues es ahí, donde él a pesar de diversas formas de accionar ante la crisis económica, frena el pago de salarios, la deuda del gobierno incrementó descomunalmente, y en el ejército había malestar también por impagos.
“Todos las órdenes de la vida nacional se afectan”. Hay que recordar que al llegar Martínez al poder a través del Golpe de Estado, en el contexto internacional estaba el fascismo en ascendencia en Europa de 1923; estalla la Guerra civil española, y el nacionalsocialismo en Alemania, por lo cual intelectuales como Hermógenes Alvarado h., dio el visto bueno para que asumiera la presidencia en 1931.
Algo diferente sucedió en 1938, cuando el General le consulta al jurisconsulto Alvarado h., si era posible aprobar una nueva constitución para en 1939, aspirar a una nueva reelección, ante esto el intelectual le dijo que no era viable. Pero el General no escuchó, y siguió con su plan.
Ello desencadenó una ola de protestas y retiro de apoyos importantes incluso de miembros de su gabinete. “Por eso, él (Hermógenes) y otros miembros del gabinete renuncian…no apoyan la reelección”.
En ese instante, el General agudiza el control desde el Estado, la represión, persecución de opositores. “El General sabía modular la represión de acuerdo al momento político”, acotó Turcios.
Ya para 1939, el contexto mundial era adverso al general. Eso lleva a pensar, que no solo se puede pensar en atropellar la Constitución no es oportuno. Por ello, Turcios concluye que el libro “es una obra oportuna” que emana de la ciudadanía y de la academia.
Martínez dejó su cargo en 1944 ante las presiones sociales que ya no pudo frenar. Su ambición de estar en el cargo, no le permitió detener la ola de protestas.
“(Esta obra representa) conocimiento.
Conocimiento entre nosotros. La aspiración del libro es ofrecernos una vertiente de conocimiento, conocimiento a mi modo de ver, sobre el momento decisivo del siglo XX en El Salvador. El siglo XX quedó marcado por esos hechos hasta el estallido de la guerra” explicó.
Y subrayó que “el conocimiento de la dictadura, el conocimiento de los otros regímenes son fundamentales para conocer nuestra sociedad, dicho de una manera más cercana, porque en El Salvador tendemos al menosprecio de los conocimientos, y al menosprecio de los conocimientos históricos, es algo que debemos saber si aspiramos a tener un mejor futuro”, concluyó.