Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino
“Cuando escucho a un profeta bíblico inmediatamente parece que estoy escuchando a monseñor Oscar Romero, aunque el papel de un profeta por los tiempos y los contextos, su anuncio, su denuncia y su esperanza, siempre va a ser la misma la defensa de los pobres”, dijo en su prédica el padre Ariel Cruz, de la parroquia San Francisco, Mejicanos.
En la misa del 25 del tiempo ordinario, en la liturgia eucarística se hizo alusión en sus lecturas y Evangelio, a buscar siempre la honestidad y honradez moral, como signo de amor a Dios, a denunciar el pecado y descartar cualquier acción egoísta con el prójimo.
El padre Cruz instó a sus feligreses a retomar el camino del “profeta”, desarrollando las capacidades de anunciar la buena nueva, luego la capacidad de denuncia de todo aquello que no construye el Evangelio y ser siempre portadores de la esperanza. “Pudieron cambiar los tiempos y contextos, pero siempre los mismos tristes motivos que tanto el profeta Amos en su tiempo como san Romero en el suyo, los impulsó a alzar la voz de Dios, a ser micrófonos de Dios, contra la ambición, el poder, el dinero tan lleno de injusticias, como lo llamó Jesús, pues esos motivos siguen generando abusos contra los más pequeños, los más sencillos, los que menos tienen, o sea, los pobres”, expresó el sacerdote católico.
Sobre la actualidad, el sacerdote consideró que aún en el contexto en que vivió monseñor Romero, sigue tocando a los más pobres en el país. Y la diferencia que se alza en este momento, es que no se cuenta con un profeta. Por lo que llamó a los presentes a seguir el camino que da el Bautismo, “sacerdocio, profeta y reyes”, les recordó.
“Queridos hermanos, en mi parecer los profetas a lo largo de la historia han sido grandes defensores de los derechos humanos, ¿por qué?, porque los profetas velan por la dignidad de la humanidad, por su bienestar y preverles de lo que es básico para vivir. Y solo un profeta convencido del amor a sus hermanos los mueve a denunciar y buscar caminos de solución y conversión”, reiteró.
Sobre la palabra profética de san Oscar Romero, el padre Cruz expresó su admiración, porque el pueblo salvadoreño contó con un profeta que los amó en demasía, y fue lo que llevó a denunciar el pecado de la injusticia.
“Solo una persona que sabe amar como Cristo amó, y monseñor Romero nos invita a amar a los demás, con esa fuerza de tal manera, que también seamos de los que denuncian las cosas que no están bien. Queridos hermanos, un profeta no es una persona que arregla cosas, sino que son personas que por amor a la vida te invitan a tomar conciencia que como personas capaces de vivir en sociedad, juntos busquemos felicidad y bienestar”, puntualizó.