Álvaro Darío Lara
Escritor y poeta
Pegado a mi viejo aparato receptor escucho a las 8:00 a.m. de todos los sábados “Radio San José” en el 903 AM. El motivo: el fabuloso programa “Vamos al jardín de José”, conducido por el sensacional payaso “Clavito”, y sus entusiastas colaboradores, los pequeñines: Jennifer, Fátima, Gaby, Adriana, Mauricio y Rodrigo.
Clavito, “el amigo de los niños”, evoca, con emoción, a sus hermanos payasos de la Ciudad de las Colinas. Escuchémoslo: “Recuerdo que en 1984, en la populosa colonia San José del Pino, un dinámico grupo de jóvenes, conformaron un elenco artístico que se denominó “Generación 84”, con el objeto de apoyar las actividades de su comunidad, actuando en veladas, y en cuanto espacio fueran invitados. De este grupo surgieron algunos talentos que hasta la fecha se mantienen en el ámbito de la comedia, como: “Tirita”, “Maicillo”, “Lapicero”, “Chilillo”, y “Yolanda”, destacada bailarina y actriz de fono-mímica. Y por supuesto, mi amigo “Pompín”, con quien compartí escena en el episodio “El Reino de la Risa”, de “Las nuevas aventuras del Cipitío”, en Canal 10. Programa en el que aparecieron también, el inolvidable “Chirajito” (+), “Cascarrabias” (interpretado por el inigualable “Chipilín”, de grata recordación), “Memito”, y por supuesto, Rolando Menéndez Castro “El Cipitío”. Asimismo no puedo olvidar, con su humor negro y subido de tono, a la “Teófila”, interpretada por el ya fallecido Manuel Palomo.
En el año 87 surgieron otros grandes, de origen peruano-salvadoreño, avecindados en Santa Tecla, me refiero a los hermanos Peña Marambio, mejor conocidos como “Pildorín” y “Chisito” hijos de otra gloria de las carpas, como fue el incomparable “Cucharita” (+), quien ejerció la profesión, en ese bello país suramericano.
Otro elemento que ha descollado con éxito en la zona de Ciudad Merliot es “Chinchincito” y su elenco. Injusto sería no mencionar a Juan Salomón Paredes, quien aunque no ejerce la profesión de clown, ayudó en su formación a otros payasos sobresalientes de Santa Tecla, tales como “Tomatillo”, “Frijolito” y “Cascarita”, entre otros.
Para finalizar, no puedo pasar por alto al famoso “Chelito” (+), quien desarrolló su labor hasta la vejez en el Mercado Central de la ciudad, actuando como payaso, y en diciembre, como Santa Claus. Toda mi gratitud a quienes me acompañaron en esta sana locura de hacer reír a los demás, los hermanos: Saúl, Óscar, Alfredo y Jeanneth García; además de “Tachuelita”, Serafín y Querubín, los ángeles despistados, quienes después de Dios, dieron vida a este personaje, servidor de ustedes”.
“Clavito”, quien ha espantado tanto a la tristeza, nos dice sonriente y reflexivo, citando al genial Annie Fratellini: “Cuando pienso en el dolor que hay en el mundo, agradezco tener una oportunidad inaudita de poder hacer nacer una sonrisa, una risa. La pista es un rincón del paraíso donde los clowns entramos para hacer olvidar a los demás y a nosotros mismos las desdichas”. Así es, “Clavito”, querido amigo, ¡gracias por llenarnos de tanta vida y esperanza, y que siga la función!
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