Redacción Nacionales
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A una semana de las elecciones presidenciales y legislativas, el Movimiento de Víctimas y Afectados por el Cambio Climático y Corporaciones (MOVIAC) señaló que el 4 de febrero culminó el proceso electoral más fraudulento en la historia del país, solo comparable a los engaños y violaciones del expresidente militar, Maximiliano Hernández Martínez, en la década de 1930 que lo llevó al poder por más de 12 años.
Un par de horas después de finalizado el evento, y cuando aún las Juntas Receptoras de Voto (JRV) estaban en el escrutinio preliminar, el presidente Nayib Bukele, citando encuestas a boca de urna, dijo que había ganado la presidencia con 85% de votos y en la Asamblea Legislativa 58 de los 60 diputados.
“Esa expresión más que el resultado de las encuestas, fue una orden dada al Tribunal Supremo Electoral (TSE), el resultado ya estaba decidido, solo faltaba contar o descontar votos para obtener el resultado deseado. El pueblo salvadoreño ha votado, pero no ha elegido, el sistema político del país está dejando de ser una democracia incipiente y se está convirtiendo en una dictadura”, indicó MOVIAC.
El fraude comenzó cuando el presidente anunció en 2021 su postulación para un segundo mandato, a pesar que lo prohíbe en seis artículos la Constitución de la República. El día del evento el fraude se consolidó cuando en las JRV a las personas que por sorteo habían sido seleccionadas y capacitadas, se les notificó su reemplazo por miembros de Nuevas Ideas, después de la votación muchas urnas fueron transportadas por gente del partido oficialista y pérdidas por varias horas.
Además, en las JRV cuando algunos resultados eran incorporados al sistema en línea, los votos de NI automáticamente se duplicaron o triplicaban, estas anomalías se detectaron en votaciones a diputados, pero es de suponer que también existieron en la elección a presidente, solo así se explica el alto porcentaje de NI manifestado antes de la elección, que era del 85%, y al final del escrutinio el resultado fue de 82.66%. Entre los cambios orientados a facilitar la reelección ilegal de Bukele están, que los diputados del oficialismo violando las leyes existentes, destituyó al fiscal general de la República y nombró uno nuevo a la medida del presidente, destituyó a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y nombró unos nuevos, obedientes al presidente, los cuales a su vez destituyeron a todos los jueces mayores de 65 años y nombraron jóvenes fieles al mandatario.
Según el MOVIAC, la reelección presidencial fue posible por el desgaste de los principales partidos políticos de derecha e izquierda, una campaña multimillonaria para favorecer la imagen del presidente, y finalmente una serie de ilegalidades cometidas para lograr que el partido NI alcanzara mayoría calificada en la Asamblea Legislativa.
Con todas estas ilegalidades y medidas tomadas por el presidente y sus seguidores, se ha quitado la independencia de la Asamblea Legislativa, del poder judicial y de la fiscalía, además de haber hecho desaparecer la institucionalidad del país.