Una zorra creyose la reina del manjar
llamó a los animales tirándoles frutas,
al verle un águila hambrienta desesperada
no esperó en el aire espacio alguno
con su agudo ojo desde lo alto, abrió
sus garras rompiendo al aire sin detenerse,
al verle la pequeña zorra sintiose valerosa
lanzándole de todas las mordidas frutas,
el águila sin dudar con sus finas garras
le tomó su cuerpecito llevándole a su manjar
y los animales contentos se quedaron
disfrutando las frutas caídas en el bosque,
tomando de nuevo el reinado de los animales
el león quien sigue durmiendo con su melena,
sin bañarse, esperando dormido a su leona
que le lleva su comida para disfrutar
tranquilos en su banquete para luego
seguir tranquilo durmiendo todo despeinado…
Aristarco Azul