Alma Vilches
@AlmaCoLatino
A través del vía crucis al interior del templo, los feligreses de la Basílica Sagrado Corazón de Jesús, en el centro de San Salvador, conmemoraron el sacrificio de Cristo al entregar su vida por la salvación de la humanidad. Esta devoción es una oportunidad de hacer propio este acontecimiento, reverenciar su entrega y unirse a los padecimientos de Jesús.
Para los católicos, el participar del vía crucis significa tener parte en la cruz de Cristo y experimentar en el espíritu el amor que esconde tras de sí la cruz de Jesús, reconocer a la luz de este amor la propia cruz, cargarla sobre la espalda y movidos cada vez más sobre este amor caminar a través de la vida.
Durante la Cuaresma que son los días penitenciales, los católicos son invitados a dedicarse de forma especial a la oración, obras de piedad y caridad y negarse a sí mismos, cada uno puede imponerse algunas penitencias personales, pequeña o grandes privaciones de cosas que dan placer en lo cotidiano, con el propósito de hacer alguna renuncia o sacrificio y entregárselo a Jesús.
El presbítero de la Basílica Sagrado Corazón de Jesús, Fernando Villalobos, señaló que Dios hace entrar al pueblo de Israel a la tierra prometida, pero no hace caso ni cuida lo que él le ha pedido, por eso comienza a enviar profetas para que anuncien la conversión, sin embargo, el pueblo permanece empecinado.
“Al final Dios envía a su hijo, que lo terminan matando, a pesar de ser un episodio triste que por la terquedad del pueblo y de nosotros, Dios sigue amándonos y haciendo el esfuerzo para que nosotros entremos a la conversión, la piedra que fue desechada por los constructores ahora es la piedra angular”, externó el religioso.
Villalobos enfatizó que el mensaje y sacrificio de Jesucristo nadie lo ha podido superar, pero el demonio quiere hacer pensar que el hombre por sus propias fuerzas puede igualarse a Dios, lo que sí es posible tener es el sentimiento del Padre en el corazón de cada uno; en la vida se puede tener el amor de Dios en plenitud, porque todo aquel bautizado tiene el Espíritu Santo y actúa en la vida.
La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión y preparación a la gran fiesta de la Pascua, es momento para arrepentirse de los pecados y cambiar, a fin de ser mejores personas y poder vivir más cerca de Cristo.