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El Salvador: 22 de enero de 1932, Día de la Resistencia Indígena.

Nelson de Jesús Quintanilla Gómez,

Sociólogo, doctor en Ciencias Sociales, mención gerencia y profesor universitario de la UES en la FMOtal. De San Miguel.*

El levantamiento campesino de 1932 en El Salvador fue una mezcla entre protesta e insurrección que acabó en etnocidio​ al represaliarse con el exterminio directo de la casi totalidad de las comunidades nahuas del país. Entiéndase por etnocidio, la destrucción de la cultura de un pueblo. Este concepto fue expuesto por Robert Jaulin, quien partió de la denuncia del genocidio cultural, que hizo Jean Malaurie en 1968, para referirse a la liquidación de las culturas indígenas. Antes esta temática había sido expuesta por Georges Condominas en 1965 en Lo exótico es lo cotidiano.

Además, Para Pierre Clastres, el etnocidio es la destrucción sistemática de los modos de vida y pensamiento de gentes diferentes a las que imponen la destrucción. El genocidio considera a “los otros” como absolutamente malos, y cree que puede “mejorarlos” al transformarlos de manera que se parezcan al modelo propio; el etnocidio se ejerce “por el bien del salvaje”. Si el genocidio liquida los cuerpos, el etnocidio mata el espíritu.

Es importante tener claro que, la base ideológica del etnocidio es el etnocentrismo que pregona la superioridad de una cultura sobre otras. Así, una cultura etnocentrista ha pretendido sustituir las otras culturas por su propia cultura, que considera “superior”. Las culturas son juzgadas como simples escalones en el camino hacia una única civilización, la propia de la humanidad, que hoy estaría representada por el sistema occidental.

También es importante recordar que, tras la llegada de los españoles a territorio de lo que hoy es El Salvador allá por 1492, la situación económica y social de los nativos se caracterizó por la constante decadencia de las condiciones de vida, la cual se incrementó en los años próximos a la independencia.​ Tras la independencia de El Salvador el 15 de septiembre de 1821, hace 200 años, los gobiernos fueron propiciando la creación de un sistema desigual, el cual dejaba alejadas del progreso a las poblaciones nativas de los territorios del Señorío de Cuzcatlán.

La historia de El Salvador, “es una historia de los países atados por arriba y sueltos por abajo”. Es decir, es una historia de sometimiento de la soberanía y autodeterminación del pueblo por fuerzas invasoras en lo político y en lo económico, el invento y copia de modelos extranjeros que están sometidos a los vaivenes de los países de los cuales se copian sus modelos. Además, la historia de El Salvador, muestra que se ha sumido en una profunda crisis económica por la caída de los precios del café y la crisis de 1929, se enfrentó a una oleada de protestas y rebeliones contra el sistema desigual de tenencia de tierras, que se agudizaron con las reformas presidenciales que despojaban a los campesinos de sus tierras ejidales para darlas a los grandes terratenientes.

A partir de lo anterior, los campesinos e indígenas se levantaron contra el gobierno y atacaron instalaciones militares en el occidente del país, coincidiendo con una rebelión organizada por el Partido Comunista Salvadoreño (PCS) tras perder las elecciones que posteriormente acusaron de fraudulentas. En consecuencia, el resultado fue una respuesta militar del gobierno de Maximiliano Hernández Martínez, quien ordenó la ejecución de todo aquel que se alzase contra el régimen. Algunos autores estiman una cifra cercana a los 30.000 fallecidos. ​Hasta la fecha, se sigue conmemorando los hechos como uno de los episodios más emblemáticos y determinantes en la historia de El Salvador, por sus secuelas políticas, económicas y culturales.

Debe recalcarse además que, el malestar social en El Salvador había crecido durante toda la década de 1920 a causa de los abusos por parte de la clase política y la amplia desigualdad entre los terratenientes y el campesinado, ​producto de las políticas aplicadas sobre latifundios. Dicho malestar se vio agudizado por la tremenda baja de los precios del café y el creciente desempleo provocado por la crisis general del capitalismo; debe tenerse en cuenta que durante las dos últimas décadas del siglo XIX y las primeras tres décadas del siglo XX, la economía salvadoreña se sostuvo gracias al cultivo del café, de tal forma que dicha época se conoce como la “república cafetalera”. En tal sentido, la caída de los precios del café significó el despido masivo de campesinos y el cierre de varias haciendas, lo cual llevaría a una mayor profundización de la crisis económica.

La explotación del oligarca cafetalero sobe el campesino jornalero era cada día mas fuerte y la crisis golpeaba más al campesinado. Además, los mecanismos de acumulación originaria de capital prácticamente habían dejado al trabajador solo a vender su fuerza de trabajo muy barata. Es decir, esas condiciones incrementaron el malestar social de los trabajadores de aquella época. En consecuencia, para paliar la crisis económica, los indígenas se habían organizado en asociaciones de cooperación, mediante las cuales se brindaba empleo a los indígenas que no lo poseían, a cambio de que estos colaborasen con las festividades católicas. Los encargados de dirigir dichas asociaciones eran los caciques, quienes representaban a los desempleados ante las autoridades y supervisaban el trabajo realizado.

En este orden, Feliciano Ama, líder y comunista, era uno de los caciques más activos y estimados por la población indígena; había hecho gestiones de ayuda económica con el presidente Romero a cambio de la colaboración en su candidatura. Además, la crisis se agudizaba por el conflicto permanente entre las poblaciones indígenas y los habitantes de la zona que no pertenecían a su etnia. Evidentemente, las poblaciones de “no indígenas” estaban mejor relacionadas con las urbes gubernamentales, por lo cual, cuando ocurrían revueltas o combates, el ejército arrestaba a los líderes indígenas y los condenaba a muerte. Los elementos antes dichos y la inestabilidad política llevaron a la represión del régimen contra la resistencia indígena (masacre de 1932).

*[email protected], [email protected], [email protected]  y @NelsonQuintani5

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