Yaneth Estrada/AGENCIA
El Ministerio de Salud (MINSAL) reportó 508 niños en edades de 0 a 5 años contagiados con COVID-19 y 1,173 casos en edades de 10 a 19 años. En total, El Salvador reportó 39,718 casos confirmados, con 1,142 fallecidos.
Aunque pocos niños se han enfermado con COVID-19, en comparación con los adultos. Los niños pueden ser infectados por el virus que causa el COVID-19, y pueden propagar el virus que causa el COVID-19 a otras personas. Los niños -al igual que los adultos- que tienen COVID-19 pero no presentan síntomas (“asintomáticos”) igualmente pueden propagar el virus a otras personas.
Especialistas señalan que la mayoría de los niños con COVID-19 tienen síntomas leves o no han presentado síntomas en absoluto. Sin embargo, ciertos niños pueden enfermarse gravemente a causa del COVID-19. Podrían necesitar hospitalización, cuidados intensivos o asistencia mecánica que los ayude a respirar (respirador). En casos poco frecuentes, incluso podrían morir.
En este sentido, las autoridades instan a los padres a mantener la aplicación de medidas preventivas como lavado de manos, uso de mascarilla, evitar contacto directo con las personas, aglomeraciones y en caso de presentar síntomas acudir a un centro médico.
Además, el grupo de más contagios es el grupo etario de 20 a 39 años con 16,649 seguido del de 40 a 59 años con 15,480.
No obstante, según el Ministro de Salud, Francisco Alabí, el grupo con mayor número de muertes se encuentra entre 60 y 80 años.
Cómo se transmite
El virus se propaga principalmente a través de las gotitas que una persona infectada expulsa en el aire con la respiración (al toser, estornudar, hablar, cantar) que llegan a la boca, la nariz o los ojos de las personas que están cerca. Las personas también pueden infectarse al tocarse la boca, la nariz o los ojos después de tocar superficies contaminadas con el virus. El virus de la COVID-19 puede sobrevivir en las superficies durante unas horas o varios días, pero es posible eliminarlo con un simple desinfectante.
La transmisión aérea (o en aerosol) del virus puede ocurrir en los centros de atención médica donde los procedimientos médicos específicos generan gotitas muy pequeñas, llamadas aerosoles, que permanecen en el aire. Fuera de los entornos de atención de la salud, algunos informes sugieren la posibilidad de una transmisión por aire de corto alcance, particularmente en espacios interiores mal ventilados y atestados, donde las personas infectadas pasan largos períodos de tiempo junto a otras. Las pruebas disponibles hasta la fecha indican que es poco probable que se produzca una transmisión por aire de la COVID-19 a grandes distancias.
Sobre la base de lo que sabemos actualmente, las personas infectadas transmiten la COVID-19 cuando tienen síntomas (incluidos los síntomas leves), y también justo antes de que aparezcan los síntomas, cuando se encuentran en estrecha proximidad a otras personas durante períodos prolongados de tiempo. Aunque alguien que nunca llega a tener síntomas también puede transmitir el virus a otros, se están realizando investigaciones para comprender hasta qué punto esto ocurre.