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César Ramírez Caralvá
Escritor y Fundador Suplemento Tres mil
Nuestro tema “Los gatospardos” reseñados en artículos anteriores, es la visión del oportunismo político, es una opción maquiavélica pero la novela original El gatopardo de Giuseeppe Tomasi di Lampedusa trata de la unificación de Italia (Wikipedia) definiéndola así: “el cinismo con el que los partidarios del Antiguo Régimen se amoldaron al triunfo inevitable de la revolución, usándolo en su propio beneficio; posición acuñada en una frase lapidaria: “que todo cambie, para que todo siga igual”. La novela fue escrita a finales de 1954 y 1957, obtuvo el premio Strega y en 1963 Lucino Visconti la adaptó al cine.
La obra literaria tiene una referencia política al momento revolucionario en las clases dominantes para adaptarse a la nueva realidad social e incluso permanecer en el poder bajo el disfraz del “nuevo partido”, me parece que es un modelo de estrategia de los llamados “camaleones”, ellos son leales al dinero, no a las personas, como en la escena bíblica de Moisés en Éxodo 32, erigen un ídolo de “oro” lo cual termina en: división, violencia y muerte.
José Rodríguez Iturbe ha escrito Los gatos pardos. Visión histórica del contexto jurídico-político latinoamericano (siglos XX-XXI). Colombia: Universidad de La Sabana, 2016, recientemente la revista Latinoamérica 66 (México 2018/1) XX-XX pág. 288 reseñó este documento de André Felipe Agudelo Gonzáles de la Universidad de La Sabana.
El análisis histórico de Rodríguez Iturbe instala el concepto en la formación social latinoamericana, que en esencia es la permanencia del capitalismo, la imposición de normas europeas y norteamericanas en otras palabras “el imperialismo” con sus intervenciones, sus doctrinas o concepto democrático en la región, lo cual produce su contraparte en el antimperialismo de izquierda, al igual que el modelo económico de las clases dominantes como las oligarquías, las cuales también generan la anti oligarquía; destaca el caudillismo del siglo XIX y XX, la herencia hispánica que permanece en el culto a los dictadores, como el fantasma de antiguos monarcas españoles. El gatopardismo no es un método de lucha insurgente, sino el movimiento que se une al bando triunfador (cualquiera que sea) para permanecer con sus privilegios añejos o aspiraciones oligárquicas; existen anécdotas en nuestra historia de siglos anteriores y en estos momentos, después del triunfo electoral de Nayib Bukele, ha surgido una verdadera plaga de gatospardos, como decían durante la guerra fría en algunas películas: “no son traidores, son leales a otros intereses”… quizás adoran al becerro de oro, como aquellos relatos bíblicos.
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