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Por: Nelson de Jesús Quintanilla Gómez, Sociólogo, Profesor Universitario de la UES en la FMOtal. De San Miguel.
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Las elecciones del 2024 son las más atípicas de la historia electoral de El Salvador y en particular después de la firma de los acuerdos de paz puesto que bajo toda circunstancia se comete el mayor acto de corrupción con la reelección presidencial inconstitucional teniendo nada más una interpretación de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia y luego la complicidad del Tribunal Supremo Electoral que mas por miedo que por legalidad inscriben una candidatura del actual presidente violando la Carta Magna del país.
Sin duda alguna, el fraude electoral está bien montado con las distintas reformas que ha hecho la Asamblea Legislativa adecuando la legislación a la medida del gusto y capricho del presidente, por ejemplo se derogo el articulo que prohibía hacer reformas sustanciales antes de un año de la fecha de elecciones, se redujo la cantidad de municipios de 262 a 44 y el tamaño de la Asamblea Legislativa de 84 a 60, se cambió la formula Hare por la D’Hondt para asignar los escaños, todo ello, con el propósito de concentrar mayor poder del que ya tiene en el congreso y en los gobiernos locales.
Hay que tener en cuenta que la formula, sistema o método D’Hondt es un método de promedio mayor para asignar escaños en los sistemas de representación proporcional por listas electorales. Los métodos de promedio mayor se caracterizan por dividir mediante sucesivos divisores los totales de los votos obtenidos por los distintos partidos, dando secuencias de cocientes decrecientes para cada partido y asignando los escaños a los promedios más altos. Es decir, los partidos pequeños y nuevos tendrán muy pocas opciones de lograr algún escaño en la Asamblea.
El partido en el gobierno y sus funcionarios buscan a toda costa lograr el voto del pueblo y de la ciudadanía haciendo campaña demagógica, de miedo, de imágenes de los aspirantes usando mayoritariamente las diferentes redes sociales, pendones y vallas publicitarias. Además, usan otros medios tradicionales como la radio y la TV. Desde luego, regalan cosas como planchas, lavadoras, sillas de rueda, hacen fiestas bailables, regalan juguetes y piñatas en navidad; pero no le dicen al pueblo como van a resolver la crisis económica y la inflación que golpea a los más pobres.
La gente debe salir a votar, pero no para reelegir al actual presidente y vicepresidente, sino, para rechazar la reelección y darle fuerza a la oposición para evitar que se consolide la dictadura y detener las arbitrariedades del ejecutivo. Desde luego, hay que retornar a la senda de la democracia, recuperar los municipios y el FODES para el desarrollo local, hay que recuperar la dignidad de los salvadoreños y evitar que se sigan violando los derechos humanos, hay que elegir personas que piensen en el pueblo y no en fiestas para despilfarrar el poco dinero del pueblo, hay que evitar el derroche desmedido en eventos de belleza y construir una mejor universidad que haga investigación científica y produzca profesionales con pensamiento crítico.
Hay que elegir candidatos que no solo sepan apretar botones y obedecer al presidente, se debe votar por candidatos que defiendan al pueblo y que propongan soluciones viables a los principales problemas de país. Además, hay que elegir candidatos que tengan capacidad de debate como los del FMLN y otros de oposición que tienen argumentos y valor para decir las cosas como son, sin miedo y sin tapujos, que hablen con la verdad y que no se cobijen en una bandera para lograr un escaño en la presidencia, asamblea, Parlacen o municipalidades.
Es importante tener en cuenta que las reformas electorales promovidas por el presidente y aprobabas por el partido en el gobierno sobre la reducción de los municipios y de la Asamblea Legislativa en principio tenía como propósito ahorrarse dinero de salarios a los empleados y funcionarios de esas instituciones. Desde luego, esa medida tendrá impactos negativos para la población de los municipios en tanto será difícil resolver y atender las diversas necesidades del territorio como arreglo de calles, servicio de agua potable y desechos sólidos; alumbrado eléctrico, entre otros.
El pueblo ya vivió en carne propia consumir medicina amarga en 4 años y medio de gestión de un gobierno que tiene un discurso demagogo y una práctica política que no se corresponde con los intereses y necesidades de la población; hay un discurso de buen gobierno y una praxis de un mal gobierno; desde luego, la publicidad en redes sociales y en televisión es muy envolvente. Sin embargo, la realidad de El Salvador es que vivimos una situación de pobreza, desempleo y alto costo de la vida, la crisis económica golpea a los mas pobres y necesitados y este gobierno no hace nada por resolver dicha problemática.
El gobierno busca reelegirse violando la normativa constitucional, electoral, bajo amenazas y persecución política para establecer una dictadura cívico-militar usando el ejército, la policía, la Asamblea Legislativa, el fiscal general y la Corte Suprema de Justicia para aplicar y mantener el régimen de excepción ya por 21 meses desde marzo de 2022 el cual le sirve como instrumento electoral y como medida para combatir a las pandillas. Desde luego, las graves violaciones a los Derechos Humanos están a la orden del día como dice El Movimiento de Víctimas del Régimen de El Salvador (MOVIR) a través de Samuel Ramírez, coordinador del MOVIR, afirmó que el presente año ha sido de “sufrimiento y dolor para miles de víctimas y sus familiares”, al hacer énfasis en capturas arbitrarias, cárcel, torturas y muertes de personas inocentes, que fueron detenidas en el marco del Régimen de Excepción, que lleva un año y 9 meses de vigencia. Además, dijo que hay una política terrorista de Estado que desprotege la población de sus derechos fundamentales.
