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Nelson de Jesús Quintanilla Gómez,
Doctor en Ciencias Sociales Mención Gerencia y Profesor Universitario de la UES en la FMOtal.
El 3 de febrero de 2019 se celebran las elecciones presidenciales número 6 después de la firma de los Acuerdos de Paz, se enfrentan la derecha y la izquierda, 7 partidos políticos, cuatro en coalición y tres individuales y con apuestas a ganar en primera vuelta, la campaña empezó el 2 de octubre y finaliza 3 días antes de la elección.
El único partido de izquierda que va como contendiente es el FMLN contra seis de derecha, de ahí que el enemigo principal sea la derecha en su conjunto; hay tres fórmulas muy fuertes lo que implica que podría darse una segunda vuelta dado el sistema presidencial de mayoría absoluta que obliga a sacar el 50% más 1 de los votos válidos para ganar en primera vuelta.
Las encuestas dicen que el FMLN va en tercer lugar, pero en el contacto con la gente y la proclamación de la fórmula presidencial el 9 de septiembre en el estadio Cuscatlán dicen que el Frente está vivo y que tiene respaldo popular y aunque muchos hagan publicidad con las encuestas el trabajo territorial y los logros del Gobierno deberán ser bien ponderados por los electores y dar el voto de confianza el 3 de febrero de 2019.
Las elecciones presidenciales siempre motivan la participación amplia de la ciudadanía puesto que se ponen en juego los intereses de país y de las grandes mayorías, y si bien es cierto que muchos medios de comunicación y la empresa privada más algunas organizaciones de fachada de la derecha siembran la desesperanza, la gente que recibe los beneficios del Gobierno es la mejor testigo de las buenas obras del FMLN y de la necesidad de seguir votando por el FMLN.
En este proceso electoral se conocerá gente beneficiaria de las buenas obras del Gobierno y del FMLN, que se vuelve traidora y muchas veces se venden por dinero o promesas falsas como es la de creer que se va a generar 160 empleos diarios o que se va hacer una obra por día, o utilizar la demagogia en los discursos de campaña o querer ganar adeptos criticando a los demás sin proponer soluciones a los problemas de país.
En política, las elecciones son un proceso de toma de decisiones en el que los electores eligen, con su voto, entre una pluralidad de candidatos a quienes ocuparán los cargos políticos en una democracia representativa. El voto es la confianza que deposita el ciudadano en el partido, candidato o proyecto político que ofrezca resolver los problemas de una forma creíble.
Al no haber ganador en primera vuelta, entonces existe la segunda vuelta o balotaje que es el término utilizado para designar la segunda ronda de votación en algunos sistemas de elección a cargos ejecutivos o legislativos… El vocablo «balotaje» proviene del francés ballottage y este a su vez del verbo ballotter, que significa votar con bolillas. En el caso salvadoreño solo aplica para la elección presidencial.
La técnica para el diseño de un sistema electoral para elegir presidente es diferente a la utilizada para elegir las legislaturas. Las presidencias son casi siempre cargos unipersonales y, por tanto, no se puede pretender una proporcionalidad entre la mayoría y las minorías.
Para las próximas elecciones del 2019 en El Salvador se llevarán a cabo según el TSE el 3 de febrero y de no existir un ganador en esa fecha, una posible segunda vuelta, se desarrollará el 10 de marzo. La perspectiva más fuerte es que habrá una segunda vuelta puesto que existen tres contendientes muy fuertes y el sistema de mayoría absoluta obliga a obtener el 50% más uno de los votos válidos, lo cual no se ve tan fácil.
Todos quieren derrumbar al Frente y es lógico pero no correcto, dado que los gobiernos del Frente hacen más por la gente aunque muchos no lo reconozcan, existen datos reales de la reducción de la pobreza, del crecimiento económico, del avance en la declaratoria de cero analfabetismo en los municipios, de los beneficios a la niñez y la juventud con los paquetes escolares, la universidad en línea, los beneficios de los agricultores con los paquetes agrícolas, el apoyo integral a las mujeres con Ciudad Mujer, entre otros.
Muchos están utilizando la anticorrupción como parte de sus discursos de campaña, pero eso debe ser un hecho concreto en las acciones de cada uno como políticos o como personas en su cotidianidad; resulta que ahora los corruptos hablan de corrupción para esconderse en ella y parecer que son diferentes, pero como dijo el dicho popular, “gallina que come huevos aunque le quemen el pico”, areneros véanse en ese espejo y candidato de GANA sepa que por sus acciones lo conoceremos no por lo que dice.
Resolver los problemas de El Salvador requiere de mucha voluntad política y de resolver la crisis económica que tiene el país para mejorar la salud, la educación, la seguridad, el desempleo, la infraestructura vial, mejorar la productividad del trabajo, sacar al país del analfabetismo, crear Ciudad Mujer en todos los departamentos, fortalecer los programas de apoyo para los jóvenes y reinsertarlos en la sociedad como personas útiles para salir del subdesarrollo.
Hay que fortalecer la democracia, para ello se necesita combatir la corrupción, fortalecer la rendición de cuentas y la transparencia en el Ejecutivo y en todas las instituciones del Estado; hay que hacer elecciones libres y transparentes, no puede ser que los delincuentes pongan presidentes y que además incidan en ellos para recibir trato especial, eso también es corrupción y fraude electoral.
En las elecciones del 2019 otra vez se pone en juego el rumbo del país, o regresamos al pasado con cualquiera de las derechas o avanzamos en las transformaciones sociales.
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